
El general Gustavo Vallejo está acostumbrado a “malpasarse”, como han hecho todos los militares de su familia. Sin embargo, la construcción del aeropuerto General Felipe Ángeles, y de la base aérea de Santa Lucia, en los mismos terrenos, incluyendo la zona habitacional, ha sido una hazaña en todas las acepciones del diccionario. Su esposa, sus hijas, ya ni se quejan cuando, excepción, algún domingo regresa a casa, para ir a misa, para comerse un taco y revisar encerrado, sin llamadas, cientos de páginas.