“El COVID-19 no es tan mortal”, asegura el EPR


Ciudad de México/ 14 julio.- En medio del agravamiento del coronavirus en México, con 36 mil fallecimientos reportados, más de 311 mil contagios confirmados y 30 mil casos activos de gente portadora del virus, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) lanza su diagnóstico del caso: “la pandemia del Covid-19 en los hechos no es tan mortal como se difundió en los monopolios de la comunicación”.

No solo eso; el grupo guerrillero sostiene que el coronavirus “ha resultado menos letal que lo proyectado para generar miedo y caos”.

Padecimientos relacionados con la obesidad, la diabetes y cardiopatías, así como el dengue y enfermedades de la pobreza “son mucho más mortíferas sin que tengan los proyectores mediáticos de por medio”, sostiene de manera contundente el EPR en su más reciente análisis sobre el COVID-19 en México.

El número 201 de su órgano de difusión El Insurgente, está centrado en una revisión sobre los escenarios desatados por la pandemia, en la respuesta del gobierno federal ante la crisis sanitaria, en la postura de los medios de comunicación, en las condiciones de desigualdad y atraso en las que el sector más desprotegido de la población –el proletariado– resiente los estragos de un virus que las autoridades sanitarias han sido incapaces de controlar y mucho menos de aplanar, como señala insistentemente el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell.

Tres de los cinco artículos del documento eperrista enviado hace unos días a algunos periodistas y medios de comunicación y luego al portal del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (CEDEMA), abordan el tema del COVID-19 y tocan también aspectos relacionados con la violencia, el Ejército Mexicano, las desapariciones forzadas y la manipulación informativa.

En su editorial, lo eperristas sostienen que “la pandemia del Covid-19 en los hechos no es tan mortal como se difundió en los monopolios de la comunicación, el coronavirus ha resultado menos letal que lo proyectado para generar miedo y caos; padecimientos relacionados con la obesidad, la diabetes y cardiopatías, así como el dengue y enfermedades de la pobreza son mucho más mortíferas sin que tengan los proyectores mediáticos de por medio”.

En su diagnóstico el grupo guerrillero señala que gran parte de la desgracia que se vive hoy con el coronavirus en México tiene qué ver con las condiciones de precariedad en las que vive el grueso de la población afectada, imposibilitada de acceder a los beneficios de un sistema de salud prohibitivo para la clase trabajadora, diseñado poco a poco para quienes tiene dinero, privatizado.

A diferencia del sistema de salud socialista, el capitalismo no está diseñado para prevenir escenarios de crisis sanitaria, sino más bien para reaccionar desde el punto de vista capitalista y mercantilista, dejando fuera a la mayoría de la población que nunca va a poder acceder a servicios de calidad a los que tiene derecho por ser la fuerza laboral más importante, la que sostiene la estructura de acumulación de la riqueza, dice el EPR.

Pintas de apoyo al Ejército Popular Revolucionario (EPR) en La Montaña, región que concentra la mayor desigualdad política y económica del estado de Guerrero (Foto: Prometeo Lucero / Procesofoto)

Entonces, las contradicciones del sistema capitalista brotan en medio de la crisis, señalan los eperristas; el sistema de salud es víctima de sus limitaciones y de sus contradicciones, un sistema diseñado para excluir a la mayoría de quienes lo necesitan termina por exhibirse y revela todo tipo de carencias, como la falta de insumos, le carencia de personal especializado (porque se ha visto obligado a contratarse con la iniciativa privada), la impreparación, la falta de material disponible y hecho en México, así como el atraso en infraestructura hospitalaria para responder a contingencias que tampoco estaban contempladas en ninguna agenda de riesgos y amenazas.

El propio EPR lo expresa así: “Los hechos son contundentes, están consignados en medios periodísticos, el sistema de salud reconoce que en el país existen 182 hospitales públicos y tres mil 172 en el régimen, privado, en esa lógica de fortalecimiento sistemático y sostenido del sistema privado de salud desde el gobierno de Vicente Fox, el negocio de los hospitales privados está fincado en la falta de salud del pueblo, un botón de muestra señala el fenómeno, Médica Sur aumentó sus ingresos hasta en un siete por ciento; Chrisus Mugurza, que opera en el norte del país aumentó sus ingresos de 4 mil 836 millones de pesos en el último año, a 5 mil 280. Estos ejemplos ilustran por qué había tanto interés en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en privatizar el sector salud”.

En este contexto se señala que “los efectos devastadores tanto de virus o bacterias siempre depende de las condiciones materiales de existencia del pueblo, de su alimentación y no sólo de su atención médica, sino de una política de salud integral donde destaque lo preventivo, como es el caso del sistema socialista”.

Entonces, es comprensible que un pueblo desnutrido, excluido del desarrollo de las fuerzas productivas expresado en el desarrollo socio económico sea blanco fácil de enfermedades producto de la pobreza, es decir, propias del capitalismo, explica el EPR.

Por eso, la actual epidemia no ha “sido domada” y ha cobrado decenas de miles de víctimas por la condición precaria de nuestro pueblo, sostiene el Ejército Popular Revolucionario.

Saqueos y pandemias…
El Número 201 de El Insurgente es el noveno que emite el EPR desde la clandestinidad en lo que va de este 2020. En los dos años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el grupo guerrillero ha elaborado y enviado 22 comunicados y ejemplares digitales de su órgano de propaganda a unos 155 receptores, entre periodistas y medios de comunicación.

VER LISTA DE ARTÍCULOS DE PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO-EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
Fecha / Titulo Categoria
2020 07 14 – El Insurgente Nº 201
Comunicado
2020 05 25 – República mexicana, a 25 de mayo de 2020
Comunicado
2020 05 18 – República mexicana, a 18 de mayo de 2020
Comunicado
2020 05 18 – Comité de Prensa y Propaganda del PDPR-EPR, República mexicana, a 18 de mayo de 2020
Comunicado
2020 05 10 – El Insurgente Nº 200
Comunicado
2020 05 05 – Chiapas, a 5 de mayo de 2020
Comunicado
2020 04 19 – Chiapas, a 19 de abril de 2020
Comunicado
2020 03 31 – El Insurgente Nº 199
Comunicado
2020 01 19 – El Insurgente Nº 198
Comunicado
2019 11 22 – República mexicana, a 22 de noviembre de 2019
Comunicado
2019 10 01 – El Insurgente Nº 197
Comunicado
2019 07 28 – Chiapas, a 28 de julio de 2019
Comunicado
2019 06 01 – El Insurgente Nº 196
Comunicado
2019 05 25 – El Insurgente Nº 195
Comunicado
2019 05 22 – República mexicana, a 22 de mayo de 2019
Comunicado
2019 05 01 – República mexicana, a 1 de mayo de 2019
Comunicado
2019 04 30 – El Insurgente Nº 194
Comunicado
2019 04 08 – República mexicana, a 8 de abril de 2019
Comunicado
2019 03 30 – El Insurgente Nº 193
Comunicado
2019 02 01 – El Insurgente Nº 192
Comunicado
2019 01 30 – El Insurgente Nº 191
Comunicado
2019 01 29 – República mexicana, 29 de enero de 2019
Comunicado

En sus comunicados y análisis, la guerrilla eperrista ha sostenido que el cambio de régimen con López Obrador conserva prácticamente las mismas líneas de acción y dinámica que los gobiernos anteriores, manteniendo inalterable el sistema de producción capitalista, el esquema de reparto injusto de la riqueza, un modelo opresor y explotador del proletariado y el campesinado que deja intocados los privilegios de unos cuantos.

Además, el aparato represivo encabezado por las fuerzas armadas está inalterado, con una dinámica de actuación impune en la que se han castigado solo unos cuantos casos de desaparición forzada y quedan sin ser llevados ante la justicia los mandos y oficiales que han ejecutado acciones violentas contra la población.

En este esquema, el EPR no ha dejado de demandar por todos los medios posibles la presentación con vida de sus compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, secuestrados por fuerzas militares y policiales en Oaxaca en 1996. Han denunciado una y otra vez los actos de represión y hostigamiento en su contra y en contra de sectores desprotegidos de la población.

Durante la tarde y noche del 4 de abril, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) envió por correo electrónico a 110 destinatarios el número 199 de su órgano de difusión y propaganda, El Insurgente, para dar a conocer su postura respecto a la pandemia del COVID-19 y a la forma en que el gobierno mexicano está enfrentando la emergencia sanitaria.

Los analistas del EPR tardaron tres meses en manifestarse de nuevo tras publicar, en enero de este año, el número 198 de su órgano de difusión en el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al que criticaron por conservar los esquemas e hilos conductores de neoliberalismo, personificado en el empresario Alfonso Romo, amigo y correa de transmisiones del lopezobradorismo en la era post Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En su número 200 de El Insurgente, el EPR avaló los saqueos cometidos por grupos e individuos en diversas tiendas de autoservicio y en decenas de comercios a partir de la premisa de que el proletariado tenía derecho a tomar aquello que el sistema capitalista y de acumulación de la riqueza le ha arrebatado por décadas, por la vía de las grandes empresas y consorcios protegidos por el aparato de Estado.

En ese contexto –el análisis del EPR y su aval a los saqueos se dio en los primeros días de abril de este año– la guerrilla afirmaba que detrás del aparato de Estado, lo que se oculta en realidad es todo un tinglado de mecanismos para echar abajo el de por sí maltrecho sistema de salud pública del país.

En junio de 1994, en el contexto del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el EPR dio las primeras muestras de vida, recordando sus orígenes a partir del legado del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo – Partido de los Pobres (PROCUP) y retomando la experiencia del Partido de los Pobres (PDLP) del profesor Lucio Cabañas Barrientos.

Con esas bases históricas y de praxis revolucionaria, anunciaban el surgimiento del brazo armado de ambas organizaciones político-militares: el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Silencio aparente
El EPR apareció públicamente en junio de 1996, un año después de la matanza de 17 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), cometida por policías del estado de Guerrero en Aguas Blancas. Durante el sepelio de los campesinos ejecutados, un grupo de civiles armados con fusiles de asalto AK-47 hizo presencia en el lugar.

Sus integrantes leyeron el Manifiesto de Aguas Blancas, en el que advirtieron que la muerte de los integrantes de la OCSS no quedaría impune; amenazaron al gobierno estatal y al federal y llamaron al proletariado a alzarse en armas.

En su aparición repartieron propaganda, su actividad operativa de adoctrinamiento ideológico se dio principalmente en los estados de Guerrero, Oaxaca y el norte de Chiapas, con presencia de comandos en la periferia de la capital del país y entidades como el Estado de México, Querétaro, Guanajuato y Veracruz.

En junio de 2007 policías y militares detuvieron en Oaxaca a Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, dos de sus fundadores. El EPR ha enarbolado en este cuarto de siglo sus banderas de guerra popular revolucionaria y ha sostenido también la exigencia para que el Estado presente vivos a los desaparecidos.

Jamás ha obtenido respuesta de los distintos gobiernos priistas, panistas o de cualquier otra filiación política. En 2007, después de la desaparición de los profesores Amaya y Cruz, el EPR lanzó una ofensiva en distintas ciudades del país con ataques explosivos, demandando una vez más la presentación con vida de los desaparecidos en Oaxaca.

En julio, agosto y septiembre de 2007, comandos eperristas atacaron instalaciones y ductos de Petróleos Mexicanos en Cadereyta, Querétaro, en Tlaxcala y en Veracruz, en donde detonaron seis artefactos en diversos puntos del estado. El 24 de septiembre, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) externó su apoyo al EPR en su exigencia de que el gobierno presentara con vida o diera luces sobre el paradero de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.

La ofensiva eperrista obligó al gobierno de Felipe Calderón a negociar una tregua con el grupo subversivo, que aceptó suspender los ataques mientras una comisión agilizaba la búsqueda de Amaya y Cruz, con una suerte de amnistía de por medio.

“Quédate en casa”, trampa clasista
Otro aspecto criticado por el EPR en su análisis es el de las contradictorias campañas del gobierno en torno al COVID-19, como la de “Quédate en casa”, con la que se ha buscado hacer que la ciudadanía no salga de sus casas y haga cuarentena para evitar más contagios.

Esta parte de la estrategia obradorista es considerada como una especie de trampa. “El quédate en casa es en sí el culto a la ideología burguesa y al individualismo acendrado; argumentar que es una medida voluntaria que reclama “disciplina social” conlleva ideología, la del fascismo, bajo tal discurso se justifican todo tipo de medidas autoritarias donde el aparato represivo juega un papel importante para oprimir al pueblo en nombre de la seguridad de la población”, fustiga el grupo rebelde.

El fetichismo creado en torno al virus es otro aspecto que el eperrismo no deja escapar y señala que “desde los monopolios de la comunicación se ha expandido un manto que procura ignorancia, difunde terror y exige que se apliquen más medidas autoritarias”.

Sostiene los guerrilleros que “en torno a la pandemia se escribe una historia que no cuenta la verdad, ésta se oculta o se distorsiona. Desde el gobierno se presume que se “le ha domado” y desde los monopolios de la comunicación se descalifica todo cuanto hace la actual administración, sin embargo, ambos coinciden en un aspecto, ocultan la verdad al pueblo”, dice el grupo.

Una parte de este esquema de terror ha sido construido desde los discursos políticos de gobiernos como los de Michoacán, tabasco, Chiapas y Jalisco, en los que se destacan la ideología y la posición de clase, advierte el análisis, en el que se afirma que “no es en sí ni el virus ni la pandemia el origen de los problemas que aquejan a los mexicanos, el problema radica en el modo de producción, en el capitalismo que a todo le pone un precio y conduce a la humanidad por la senda de la barbarie…”

Así, “la nueva realidad no existe” y “tampoco es real que el virus pone en muerte al neoliberalismo”, declara la guerrilla; la “nueva normalidad” es subjetiva, lo real y concreto es la cruda existencia que viven millones de desposeídos: opresión capitalista, explotación asalariada, precariedad material para millones de mexicanos, sentencia el EPR.

Jorge Medellín / @JorgeMedellin95 /EstadoMayor.mx

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