Una guerra criminal

1.- A final, el balance sobre el accionar de las fuerzas armadas mexicanas en el combate a los cárteles de la droga será positivo, pero no por los logros alcanzados o por las metas rebasadas, traducidas en la disminución de ese fenómeno delictivo o en la desaparición de uno, dos o tres cárteles o tal vez en la recuperación efectiva de espacios públicos (léase pueblos, zonas, municipios, regiones dominadas por el arco, no parques y jardines remozados para la foto). Más bien todo lo contrario.

2.- Se dirá en unos meses más que los soldados y marinos lograron impactar al enemigo con lo poco, mal armado, segmentado y mal planeado que tenían. Que la estrategia fue mejorándose y creciendo en complejidad y efectividad sobre la marcha. Que en ello hubo empeño, institucionalidad, apego a la ley y sobre todo, claridad en los objetivos de la misión.
3.- Es cierto, pero lo es también que la mayor parte de la estrategia contra el narco se hizo sobre las rodillas, que la guerra calderonista tomó a la Marina y al Ejército (incluida la Fuerza Aérea) con un inventario de material bélico anquilosado, insuficiente, de corta vida y poca fuerza ante el poder de fuego del narco.
4.- Además, la actualización de las fuerzas armadas en materia de combate a la delincuencia organizada también quedó exhibida, así como la gradual dependencia hacia la tecnología altamente especializada, la operatividad y la información sensible de inteligencia de los estrategas del Pentágono, de la Marina, de la DEA y de otras instancias norteamericanas.
5.- Los años del calderonismo han sido también los de una creciente dependencia militar en materia de adiestramiento y dinámica operativa norteamericana. Tras su éxito y retiro de Afghanistán, una parte de los militares estadunidenses se ha dedicado a aplicar en México las teorías y formas de operar de sus tropas en Medio Oriente.
6.- La Sedena y la Marina trabajan de manera conjunta y cada vez más estrecha con almirantes y generales encargados de llevar adelante estas formas de confrontar a un enemigo que aprendió rápidamente a camuflarse, a convertir su desventaja doctrinaria y de adestramiento en una versión renovada de guerrilla urbana a partir de la explotación del miedo, de la corrupción policial y administrativa, del resentimiento de un sector de la sociedad y de la impunidad rampante que caracteriza al país.
7.- El Vicealmirante de la Armada de los Estados Unidos, Gerald Beaman, comandante de la Tercera Flota de su país, se reúne frecuentemente con el almirante Francisco Saynez y con sus asesores del Estado Mayor General (EMG) para revisar a detalle la doctrina y los mecanismos de acercamiento norteamericanos y para mantener los canales de comunicación en materia de intercambio de inteligencia naval antinarco.
8.- En la Sedena, el Contralmirante Colin Kilrain, ex Comandante de las Fuerzas Especiales dela Marina de los Estados Unidos, es un personaje principalísimo para el conocimiento sobre tácticas antiterroristas y combate de grupos especiales en zonas urbanas. Desde finales de 2011 el Contralmirante estableció los primeros contactos con sus pares de Marina y finalmente fue enviado a la ciudad de México como enlace entre la embajada de su país y la Sedena. También trabaja activamente con mandos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) desde marzo de este año.
9.- Como en toda buena historia construida sobre bases endebles, la verdad o fragmentos de ella, sale a la luz por las vías menos pensadas. En Colombia, el presidente peruano Ollanta Humala conversa con los periodistas asistentes a la Sexta Cumbre de las Américas y al hablar sobre los temas difíciles de la región, revela que el presidente Felipe Calderón le habló sobre lo que ocurre en México, en donde los cárteles de la droga controlan territorios, cobran impuestos, establecen una especie de gobiernos paralelos y mantienen su influencia, sus operaciones y negocios con o sin guerra a las drogas.
10.- El reconocimiento de la debacle no es nuevo. El propio general secretario Guillermo Galván ha dicho (9 de febrero, Marcha de la Lealtad) que la seguridad del país está “seriamente amenazada” por el crimen organizado y que éste controla zonas del país en los que “la seguridad pública está totalmente rebasada”.
11.- El pasado 7 de abril se conoció la noticia de los cálculos de la DEA y de otros organismos del gobierno norteamericano cuyas estimaciones señalan que en México se lavaron alrededor de 10 mil millones de dólares en 2011. El dato sigue siendo confuso y e universo de su amplitud oscila entre los 15 mil y los 30 mil millones de dólares que el crimen organizado (no solo el narco) mueven en el país de diversas maneras.
12.- A finales de noviembre de 2011 del Banco de México reveló en un estudio que pasó casi inadvertido, que en los dos últimos gobiernos federales se lavaron en el país mas de 45 mil millones de dólares. “Sólo en el actual sexenio, con todo y guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, se tienen identificados recursos por 31 mil 325 millones de dólares, que se presupone tienen origen en actividades ilícitas”, señalaba el análisis del BdeM, el cual añadía que el incremento en esta actividad creció 105 por ciento en 2011.
13.- Hace dos semanas el general secretario Guillermo Galván visitó Chile para alcanzar acuerdos de cooperación con las fuerzas armadas de ese país. En el último tramo de su administración, Galván urgió a modernizar al ejército y a la fuerza aérea mexicanos para poder enfrentar con solidez los graves problemas que azotan a la región.
El general no tubo mas remedio que regresar en el tiempo y retomar parte del discurso y el análisis que presentó ante legisladores federales, cuando les advirtió que con los recursos humanos y materiales con los que contaba la Sedena no era posible defender al país, ni de una agresión externa ni de una amenaza interna.
14.- Se requerían al menos 35 mil millones de pesos adicionales a los presupuestos asignados a la Sedena para comenzar a modernizar y a responder a la afrenta del narco, al problema de los desastres naturales, al reto del bienestar social de los militares, al grave atraso de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), al escaso poder de fuego y a la sangría de las deserciones a causa de los bajos salarios.
15.- Eran los tiempos de advertir y pedir; de presentar escenarios delicados, de aseverar con contundencia que “el poder militar de México se degrada” y de no corregirse en los próximos cinco años esta situación, se volverá irreversible.
Muy poco sucedió desde entonces. Hubo inversiones, adiestramiento, compromisos, aumento de salarios, compra de helicópteros, de armamento, de radares, de material bélico. Fue insuficiente.
16.- Entre el 2000 y el 2011, México apareció colocado en el sitio número 19 entre las potencias con mayor poder bélico, en una lista elaborada por la CIA e integrada por 55 naciones. Desde hace tres meses se ubica en el lugar 30 del ranking de potencias militares del mundo.
Jorge Alejandro Medellín
De Orden Superior
Vía La Silla Rota

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