El Capitán que reventó a la Marina

México, 17 de septiembre.- Conforme se han conocido detalles de la investigación, más nombres de oficiales de la Marina Armada de México han salido a relucir por el papel que tuvieron en el grupo criminal que operó desde adentro de la institución. Uno de estos personajes que asoma es un especialista en comunicaciones que pasó por el área de inteligencia naval y que estuvo comisionado en la entonces Procuraduría General de la República en el área de delincuencia organizada. El capitán Miguel Ángel “N”, quien aparecía hasta mediados de septiembre como prófugo de la justicia, asoma como pieza clave en el entramado criminal del “huachicol fiscal” que apunta al ex secretario de Marina, el almirante Rafael Ojeda Durán, como un actor a seguir en la investigación. 

Foto: SEMAR

No hay un precedente en la historia contemporánea de la Marina Armada de México del daño interno que ha ocasionado la revelación de una organización delincuencial que operaba en aduanas y puertos del país el tráfico de huachicol fiscal, armas y droga integrada por oficiales de alto rango. La figura que asoma por detrás de los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, vicealmirante y contralmirante respectivamente, sobrinos del ex secretario de Marina Rafael Ojeda Durán, es la del capitán Miguel Ángel “N”. 

Detalles de su hoja de servicios militares algunos de los cuales se encuentran en la carpeta de investigación del caso porque se encuentra prófugo de la justicia, muestran su paso por áreas de inteligencia naval que le valieron ser incorporado como funcionario en áreas sensibles de la entonces Procuraduría General de la República entre los años 2010 a 2017. Miguel Ángel “N”, a quien en la investigación criminal aparece registrado con el alias de “el capitán Sol”, se especializó en investigar a la delincuencia organizada desde su paso por la sección segunda –inteligencia—del Estado Mayor de la Armada donde fue jefe del subgrupo de análisis de organizaciones delictivas del narcotráfico entre los meses de febrero del 2008 a julio del 2009, un periodo de alta beligerancia en estados como Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua, Sinaloa y Guerrero, ya que es cuando comienzan los enfrentamientos al interior del Cártel del Golfo que desembocarían en la ruptura con su brazo armado, el grupo paramilitar conocido como “los Zetas”, que se escinde y pasa a ser actor protagónico en el tráfico de drogas y en la violencia homicida. 

También ocurre la ruptura en la Federación de Sinaloa donde los hermanos Beltrán Leyva encabezados por Arturo rompen con Ismael “el Mayo” Zambada y Joaquín el Chapo Guzmán quienes ya mantenían un pulso sangriento en Ciudad Juárez contra el clan de los Carrillo Leyva. Las guerras del crimen organizado al iniciar la segunda década de este siglo, con el declive del sexenio de Felipe Calderón y el comienzo de la gestión de Enrique Peña Nieto son el insumo con el que los órganos de inteligencia de la Marina se suman a la llamada guerra contra el narco.

El “capitán Sol” quien era contemporáneo en la Heroica Escuela Naval Militar de los hermanos Farias Laguna, quienes como él avanzaban en el escalafón. El “capitán Sol” le favorece que después de realizar el curso de mando naval y la especialidad en Comunicaciones por el Centro de Estudios Superiores Navales, es considerado en las tareas que por orden presidencial comienzan a asumir en la secretaría de Marina. 

Su paso a la PGR formó parte de este proceso donde oficiales de la Marina como lo venían haciendo elementos del Ejército, pasaron a realizar funciones policiales en área de la procuración de justicia. Su perfil era considerado el idóneo para asumir como director general adjunto de planeación en el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI). En esta área se concentra la información de líderes, operadores, e integrantes a seguir, de las organizaciones delictivas, mismas que están mapeadas por zonas de control, áreas de presencia donde comparten terrenos y rutas, así como recursos con los que cuentan. También es el área donde se hace acopio de toda la información de los delincuentes detenidos, con fichas completas de sus datos, corporación que los detuvo con fecha y lugar, y reclusorio o penal donde están presos. 

Con esta información como respaldo en 2015 el “capitán Sol” fue nombrado director general en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde por espacio de dos años ya en el sexenio de Peña Nieto, fue uno de los principales funcionarios en el área encargada del combate al narcotráfico coincidiendo con los años de la expansión territorial y crecimiento del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Dejó la PGR en 2017 y volvió al servicio en la Armada, donde solicitó una licencia como paso previo a solicitar su retiro voluntario que se hizo efectivo en febrero de 2018, dos meses después de iniciado el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. 

Datos de la carpeta de investigación publicados por la prensa de la Ciudad de México señalan que su pensión quedó fijada en poco más de 18 mil pesos mensuales, sin embargo, en los siguientes dos años en los que se supone estuvo sin empleo comenzó a recibir depósitos bancarios que no fueron declarados ante Hacienda. 

“El 1 de octubre de 2018 al 3 de marzo de 2019, se conoció que ***** recibió 10 depósitos por $1’220,920.00 (un millón doscientos veinte mil novecientos veinte pesos), donde se conocieron los siguientes montos 

y ordenantes: $886,600.00 (ochocientos ochenta y seis mil seiscientos pesos) son de Herzap Transportes S.A. de C.V.;$204,400.00(doscientos cuatro mil cuatrocientos pesos) son de Operadora Saenmar, S.A. de C.V.; $129,920.00 (ciento veintinueve mil novecientos veinte pesos) son de Comercializadora  industrial Comp, S.A. de C.V. “Todas las empresas fueron constituidas de mayo a junio de 2017. Una vez recibidos los recursos, Miguel Ángel “N” utilizó su tarjeta de débito en ******, los cuales son casinos y/o centros de apuestas ubicados en la Ciudad de México”, de acuerdo a la investigación citada en una nota del periódico Reforma del viernes 12 de septiembre. 

LOS SOBRINOS DEL ALMIRANTE

Miguel Ángel “N” volvió a la actividad en 2020 cuando aparecen registros de sus entrevistas con su viejo conocido el entonces capitán de fragata Fernando Farias Laguna, quien estaba adscrito al Estado Mayor de la Armada, quien junto a su hermano el entonces contralmirante Manuel Roberto Farias Laguna quien era secretario particular del subsecretario de Marina, controlaban las comisiones en Aduanas y puertos que estaban bajo responsabilidad de la Armada. 

Haciendo gala del tráfico de influencias para incidir en las designaciones, los sobrinos del Almirante Secretario practicamente hicieron de las oficinas principales de la Secretaria de Marina un coto privado donde no se movía nada sin que estuvieran enterados. 

Desde que estalló el escándalo hay consenso entre coluministas y analistas en seguridad en la prensa escrita nacional de que el sistema de complicidades a este nivel no pudo ser ajeno al Almirante Ojeda, incluso sin que estuviera informado el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Andrés Manuel López Obrador.

La trama del “huchicol fiscal” reventó el día que el Secretario de Estado Marco Rubio estuvo en Palacio Nacional con la Presidenta Claudia Sheinbaum, se conoció cuatro días después y al quinto día los secretarios de Marina y Seguridad Ciudadana junto al Fiscal General dieron a conocer detalles exculpando al hoy ex Secretario de Marina. 

Sin embargo las huellas que dejaron los hermanos Farias Laguna, con el contralmirante Fernando prófugo al igual que el “capitán Sol”, son de una dimensión que no resultarían ajenas a ninguna autoridad militar. Los primeros cargos que enfrentan son por haber permitido el desembarque de 31 buques con combustibnle ingresado de contrabando en las aduanas de Altamira y Tampico, operadas por el grupo de oficiales nombrados por recomendaciones de los Farias Laguna, donde el “capitán Sol” era uno de los intermediarios para pagar sobornos a los funcionarios aduaneros.

El tráfico ilegal de combustible evadiendo controles fiscales, benefició a varias empresas algunas de ellas, según la investigación, están vinculadas al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). La hipótesis de las autoridades ministeriales es que desde un sector de la Marina se apoyó en este tipo de ilíctos al grupo criminal que más ha crecido en la última década y cuyos principales líderes siguen intocables.

@velediaz424

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