Alerta roja en el Caribe tras primer ataque estadounidense

México, 3 de septiembre.- Tras la primera acción armada en el Caribe contra carteles de la droga venezolanos que dejó saldo de 11 muertos, una pregunta quedó plantada en la agenda bilateral entre México y Estados Unidos. ¿De qué lado está el gobierno mexicano ante la ofensiva estadounidense contra el narcotráfico y el régimen de Nicolás Maduro? La visita de Marco Rubio a Palacio Nacional el miércoles 3 de septiembre dejó ésta y otras interrogantes. 

Foto: US Navy

La mañana del martes 2 de septiembre la Armada de los Estados Unidos difundió las primeras imágenes en el Mar Caribe del Grupo Anfibio Iwo Jima (LHD 7) navegando en aguas internacionales cercanas a las costas venezolanas. Las imágenes correspondían a los buques de asalto anfibio USS San Antonio, el USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale, que en conjunto transportan poco más de cuatro mil efectivos de tripulación y los dos mil 200 infantes de marina de la Unidad Expedicionaria de Marines número 22. El despliegue forma parte de la expedición ordenada por Donald Trump para combatir a los carteles de la droga en América Latina designados terroristas como el Cartel de los Soles y el llamado Tren de Aragua, ambos venezolanos.

Horas después se registró el primer “ataque cinético” contra una embarcación con motores fuera de borda, de las consideradas lanchas rápidas, en el área que monitorea el Comando Sur en esta región del Mar Caribe. El presidente estadounidense anunció la acción en su cuenta de la red social Truth donde mostró un video en blanco y negro aparentemente grabado con equipo de visión nocturna donde se aprecia una lancha rápida con varios ocupantes antes de ser impactado por un explosivo y estallar en llamas. El reporte oficial fue de 11 muertos.

La embarcación según las autoridades estadounidenses pertenecía al grupo delincuencial conocido como Tren de Aragua, organización que tuvo su origen en una de las cárceles venezolanas donde estaban recluidos líderes del tráfico de drogas, la banda creció con apoyo de funcionarios del chavismo y se expandió hacia otros penales, de ahí a ciudades del país hasta que su red abarcó países como Brasil, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá y en años recientes a México.

La operación fue un “ataque cinético” realizado desde un dron artillado, la agencia española EFE citó fuentes del Pentágono que catalogó la acción como “un ataque de precisión”. Sucedió en aguas internacionales, lo que anularía acciones legales de sujeción por posibles acusaciones de violaciones a la soberanía. El despacho informativo señaló que la acción estuvo apoyada con “capacidades de vigilancia e inteligencia” del despliegue naval estadounidense entre los que están los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y el USS Sampson. Esta acción forma parte de la anunciada escalada militar contra el narcotráfico tras la designación del Tren de Aragua y el Cártel de los Soles como organizaciones terroristas donde el régimen de Nicolás Maduro está señalado de ser el principal patrocinador de estas organizaciones. Hay una recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve a la detención del dictador venezolano acusado de ser el principal narcotraficante de ese país.

¿QUÉ OBSERVAN LAS FUERZAS ARMADAS MEXICANAS?

Los expertos en seguridad coinciden por separado desde hace varios meses en que la complicidad política de los gobiernos mexicanos con los cárteles, sobre el régimen de Andrés Manuel López Obrador con su “abrazos no balazos” al narcotráfico, es uno de los motivos de tensión diplomática y abierta desconfianza con el gobierno de Claudia Sheinbaum que ha mantenido intocable en sus primeros 11 meses de gobierno la red de complicidades políticas con el narcotráfico.

La presión estadounidense tiene varios frentes, el lavado de dinero, la migración y los intercambios comerciales copan la agenda. Los canales diplomáticos militares apuntan como los más profesionales y mejor estructurados sobre los que el gobierno se apoya en la coyuntura actual, pero con el despliegue naval en el sur del Mar Caribe la escalada tiene visos de subir también la presión entre las Fuerzas Armadas.

La agenda de Marco Rubio en su visita del miércoles 3 de septiembre a Palacio Nacional dejó plantada la pregunta que requerirá respuestas claras sobre de qué lado está el gobierno mexicano ante la ofensiva estadounidense contra el narcotráfico y el régimen de Nicolás Maduro.

La agenda política definirá la agenda militar. Las Fuerzas Armadas mexicanas como socios hemisféricos de sus homólogos estadounidenses conocen por doctrina que las órdenes de la Comandante Suprema se acatan, y si habrá que realizar operaciones conjuntas los canales están hechos desde que se ampliaron los alcances de la Mesa Redonda de Cooperación Militar Bilateral (BMCR por sus siglas en inglés) con el Comando Norte el sexenio pasado.

Las Fuerzas Armadas observan que el concepto de soberanía que el actual régimen tiene no corresponde con lo que la realidad de la relación bilateral ha alcanzado desde hace más de una década, dice una fuente militar consultada vía correo electrónico. Tarde o temprano tendrán que reconocer que es uno de los conceptos que más han cambiado en función de los intereses nacionales. También obligará al gobierno mexicano a tener que plantearse su política con Cuba, Rusia y China, tres de las naciones a las que Estados Unidos coloca en las antípodas de sus intereses, señaló este oficial que solicitó no ser citado con nombre ni rango.

La sombra de la izquierda latinoamericana espejo donde se mira el régimen mexicano, asoma como uno de los factores que podría ser motivo de sacudida de concretarse en los próximos días una acción militar estadounidense en Venezuela.

Juan Veledíaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx

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