Alertas por nacionalidades de “interés especial”

México, 25 de junio.- Los flujos migratorios están catalogados de diferente manera de acuerdo al país de origen de los migrantes, mención aparte tienen los ciudadanos de países con presencia de organizaciones terroristas vinculadas al yihadismo que han entrado al país con intención de dirigirse a los Estados Unidos. La detención en los últimos años de algunos de ellos en las fronteras y aeropuertos confirma la importancia estratégica de México para sus objetivos en la Unión Americana. La frontera sur ha sido clave para el ingreso de este tipo de personas que vienen de países asiáticos e incluso de Sudamérica donde también hay organizaciones que han sido señaladas como terroristas. 

Fuente: Gobierno de México

Los flujos migratorios descontrolados son un tema central en la Agenda Nacional de Riesgos debido a que se considera que son un fenómeno global imparable. A México le concierne por tres factores, el primero por sus implicaciones en la seguridad transnacional pues afecta a personas y estados, son un factor desestabilizador en el ámbito social, económico, político y de seguridad. El segundo en la seguridad nacional, pues “vulnera el pleno desarrollo de una nación hasta atentar contra los objetivos e intereses nacionales”. Y el tercero por su vinculación con la seguridad pública, “son un potencial para generar o dinamizar las redes delincuenciales y de corrupción”, además de poner “a prueba la capacidad de las autoridades para detectar y contener la migración irregular”.

En los últimos dos años, el último del sexenio de Andrés Manuel López Obrador y el primero que está en curso de Claudia Sheinbaum en la presidencia de la República, este fenómeno se puede observar con la proliferación de bandas delincuenciales venezolanas como el llamado “Tren de Aragua”, que opera en la Ciudad de México y en municipios fronterizos del sur como Tapachula, Chiapas y en el norte como Ciudad Juárez, Chihuahua. También asoma con la proliferación de ciudadanos colombianos, hondureños y guatemaltecos con adiestramiento militar en los ejércitos de sus países de origen, que operan como paramilitares para el crimen organizado en Guanajuato, Guerrero, Chiapas, Jalisco y Michoacán.

Pero existen otro tipo de nacionalidades que son de especial atención. Los casos más relevantes que afectan la seguridad nacional y que son de interés de las agencias de seguridad estadounidenses, son los que se vinculan con el terrorismo islámico. En agosto del 2021 las alertas terroristas se encendieron en México luego de que un ciudadano yemení fuera detenido en la estación migratoria de Tapachula, Chiapas. Se trataba de un hombre de 28 años de edad llamado Mahmood Naji Saad Al Qamus, quien apareció en una lista de terroristas vinculados a Al Qaeda con ligas en organizaciones de tráfico de personas y armas. Tras quedar plenamente identificado y fichado fue deportado a Estambul, Turquía, de donde lo enviaron a El Cairo, Egipto y su destino final Yemen.

No se trató de un caso único ya que por esas fechas fue asegurado en el aeropuerto de la Ciudad de México un ciudadano iraquí llamado Ali Falih Kalkhan Hamrani, quien ingresó al país de forma irregular, y cuyo nombre aparecía en la lista de militantes de la organización terrorista libanesa Hezbollah, vinculado a un caso de ataque terrorista en Seattle, Washington. Fue detenido cuando pretendía tomar un vuelo para salir del país rumbo a Turquía. Un tercer caso fue el de Rubén Dario Hoyos Pulido, ciudadano colombiano de 35 años de edad quien militó en las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia). En México se dedicaba a supervisar rutas de cobranza de los préstamos “gota a gota” para la red que operaba en Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Brasil. En el país tras cumplir una pena de prisión por narcomenudeo, fue deportado.

Los tres casos aparecen en un documento fechado en febrero de 2022 titulado “Flujos Migratorios Irregulares de Migrantes de Nacionalidad de Interés Especial. Contraterrorismo y seguridad trasnacional”, localizado en los correos hackeados a la secretaría de la Defensa Nacional por el colectivo Guacamaya. El documento es un análisis muy amplio sobre los llamados flujos migratorios descontrolados, considerados uno de los temas más sensibles y de vital importancia en la Agenda Nacional de Riesgos.

Los flujos migratorios irregulares pasaron de 86 mil 298 casos en 2013, a 239 mil 542 en 2021, antes de que estallara la crisis que durante los años 2022 y parte del 2023 colapsó trenes de carga, estaciones migratorias y puntos fronterizos al norte y sur del país. Como antecedente, en el año 2016 hubo un arribo masivo de congo-haitianos, se registraron más de 30 mil procedentes de Brasil y en 2018 hubo cinco caravanas migrantes. La razón de la primera oleada se debió al colapso del gobierno en Haití y a la crisis humanitaria por la guerra en el Congo.

De los más de 239 mil 542 migrantes detenidos en 2021, 4 mil 627 procedían de países de “interés especial en materia de contraterrorismo”. De esa cifra el 64 por ciento venía de países con presencia de “organizaciones terroristas yihadistas”, mientras el 36 por ciento era originario de naciones con presencia de “terrorismo de extrema izquierda”.

En 2021 ingresaron dos mil 142 migrantes extra continentales de nacionalidades de “interés especial”. En ese año se disparó en 91 por ciento el ingreso de rusos a estaciones migratorias respecto al año anterior. El 84 por ciento de los rusos se registraron en Tijuana. El ingreso de Uzbecos se incrementó en 81 por ciento en relación al 2020, y por primera vez hubo Tayicos y Kazajos. El documento confirma que México está en la ruta de células terroristas.

Juan Veledíaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx

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