México, 11 de junio.- Los artefactos explosivos de fabricación casera hechos por los grupos del crimen organizado que operan a lo largo del territorio mexicano, sobre todo, en zonas como Jalisco y Michoacán, afectan a militares de acuerdo al menos con cuatro reportes de estallidos al paso de vehículos castrenses.

EstadoMayor.mx documentó los más recientes eventos. El último fatal tuvo lugar el pasado 27 de mayo, en el poblado El Santuario, perteneciente al municipio de Los Reyes, Michoacán, donde seis elementos de la Guardia Nacional y el Ejército fallecieron; otros dos perecieron más tarde en un hospital a consecuencia de heridas graves.
Casi cinco meses atrás, justamente los días 16 y 18 de diciembre de 2024, dos sucesos quedaron marcados por las explosiones que mataron a cuatro elementos castrenses y cinco más lesionados. El primer evento se suscitó en Cotija, con dos bajas; en tanto, el otro se registró en Buenavista, con dos decesos más, ambos de la entidad en cuestión.
Otro hecho funesto fue el 11 de julio de 2023, donde el estruendo por la activación de por lo menos siete bombas enterradas en una brecha de la colonia Larios, del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco cimbró las paredes, techos y ventanas de varios domicilios. Trágico suceso con la muerte de cuatro elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado y dos civiles.

De acuerdo a las autoridades, los límites de estos estados son peleados por las organizaciones Cárteles Unidos y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), aunque el primero de ellos es a quien le han atribuido la mayor parte de los ataques para contrarrestar el paso de las fuerzas federales y de sus enemigos, aunque los daños colaterales se han extendido a la población rural.
La Defensa dio a conocer recientemente que durante el mes de mayo fueron halladas y desmanteladas 87 minas artesanales en comunidades de Tierra Caliente: El Alcalde, Las Bateas, San Fernando, Presa del Rosario, Loma de los Hoyos, Puerta de Alambre y Razo del Órgano.
Minas terrestres, creatividad mortal
Informes consultados a través de la Agencia de Defensa Cibernética de Estados Unidos (CISA, por sus siglas en inglés), nos relatan que “los artefactos explosivos improvisados, más comúnmente conocidos como bombas caseras, han sido una amenaza persistente a lo largo de la historia”.
Añade que estas siguen siendo el arma predilecta de muchos “terroristas, delincuentes, vándalos, extremistas violentos, terroristas suicidas e insurgentes”, y su uso se remonta a la invención de los propios explosivos.
“Los artefactos son fáciles de fabricar, difíciles de combatir y pueden causar daños y perturbaciones considerables”, relata la CISA.

En un apartado del informe nos explica sobre la implementación de medidas de protección, las cuales se organiza en torno a las cinco “D” de la seguridad:
- Disuadir a través de sistemas que evitan que alguien entre a un área, como la señalización de un binomio canino, mejor conocidos como K-9.
- Detectar con métodos para identificar a una persona o cosa no autorizada por medio de cámaras de video o sistemas de detección de intrusos.
- Retraso por medio de vallas para que el atacante no acceda rápidamente a determinada área.
- Denegar el acceso a un sitio con formas de más difícil acceso, tales como vallas con alambres de púas o muros altos.
- Defender con la capacidad de interrumpir y/o neutralizar una amenaza potencial cuando intenta hacer explotar una zona vulnerable o violar una medida de seguridad, explica, que esto puede ser con la utilización de vehículos aéreos no tripulados.
Cada instalación o espacio requiere diferentes medidas de protección para una acción eficaz. Estas operaciones pueden incluir, entre otras, la vigilancia de la situación, la detección de comportamientos sospechosos, la limitación del acceso a zonas críticas o la realización de un registro o barrido de seguridad.
Rodrigo Alarcón / @tiburon_alarcon / EstadoMayor.mx