México, 3 de mayo.- La primera etapa de modernización de las fuerzas armadas mexicanas sigue en el centro del interés de las firmas fabricantes de cazas ligeros, de transportes militares pesados, de aviones entrenadores, de drones de vigilancia y ataque, de misiles aire-aire y aire-tierra, de cohetes guiados por láser, de lanzadores y sistemas de visión nocturna, así como de compañías especializadas en el overhaul de aparatos desahuciados.
La Feria Aeroespacial México 2017 (FAMEX 2017) celebrada del 26 al 29 de abril en la Base Aérea Militar Número 1 de Santa Lucía (BAM-No.1) ha sido el terreno propicio para palpar y medir la cantidad y calidad de los intereses comerciales y estratégicos –e incluso geopolíticos– detrás de la presencia de firmas dedicadas al negocio de la guerra en todo el mundo.
Los grandes consorcios especializados en este campo y las empresas que comienzan a destacar por sus logros y novedades en años recientes llegan, se anuncian y promueven productos avanzados y tecnología de punta para colocarla entre el material existente en la Fuerza Aérea Mexicana, en la Armada de México o bien en la Policía Federal o en alguna secretaría de estado vinculada con el combate a la delincuencia, la seguridad interior o hasta la seguridad nacional.
Aquellas que ya han tenido proyectos consolidados con la comunidad militar y de seguridad pública en México encuentran un camino menos complicado. Otras, las más, deben abrirse paso ofreciendo productos innovadores, exitosos y a bajo costo para ganar mercados y eventualmente colocar material de consideración, importante, pesado, estratégico.
Todas agendan reuniones de diversa importancia y nivel para avanzar en acuerdos en contratos y proyectos de variado calibre y repercusión. No se trata solo de la organización de la FAMEX 2017 como foro idóneo para hacer negocios; el tema va más allá y pasa por el despegue de la industria aeroespacial en México, que tiene ya más de 320 empresas nacionales y extranjeras creciendo y expandiéndose en el norte, occidente y sur de país, generando más de 7 mil millones de dólares en exportaciones en 2015.
México ha pasado de ser uno más de los países del conglomerado maquilador de partes aeroespaciales al fabricante número 14 en el mundo. Su crecimiento anual promedio es del 15% y las perspectivas de expansión son muy alentadoras, según la jefa del Departamento de Industrias de la Embajada de Francia en nuestro país, Nathalie Gazeyeff.
Ese promedio de crecimiento es lo que se espera de la industria aeroespacial este año, dijo en entrevista con la revista especializada Expansión. Las empresas Airbus y Safran tienen fuerte presencia en plantas industriales de Querétaro y Monterrey, como parte de los clústeres de fabricantes y armadores de partes en esta rama de la economía.
Durante la inauguración de la FAMEX 2017 fue difundido el documento Plan de Órbita 2.0, elaborado por diversas instancias del gobierno federal y por la Agencia Espacial Mexicana (AEM). En el se delinean de forma precisa los caminos, tiempos, rutas, fortalezas y debilidades del sector aeronáutico del país para desarrollar en forma eficiente y exitosa a esta rama productiva. El documento señala que son seis las firmas líderes en este campo y todas operan en los clusters ubicados mayormente en el norte de México.
Advantech Wireless (EU), Globalstar (EU), Safran (Francia), Honeywell (EU), UTC Aerospace System (EU) y Airbus (Francia) dominan al conglomerado de más de 320 compañías que operan en el norte del territorio.
Lo hacen apoyadas en la preparación de su personal, pero también en la capacidad de investigadores y estudiantes mexicanos. Estas seis firmas trabajan codo a codo con instituciones como la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el Centro de Investigación Científica y Educación Superior Avanzada de Ensenada, Baja California, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (CINVESTAV), la UNAM, Pro México, la Secretaría de Energía (SENER), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El informe señala, en prospectiva elaborada por ProMéxico (instancia federal creada para promover la inversión y el comercio internacional), se prevé que la industria aeroespacial mexicana registre exportaciones por 12,000 millones de dólares para 2020 y se ubique entre los primeros 10 lugares a nivel mundial, generando alrededor de 110,000 empleos directos en la industria aeroespacial.
Empresas como la francesa Airbus, la estatal rusa Rosoboronexport, la sueca Saab, la asiática China National Aero-Technology Import & Export Corporation (CITAC), la turca Turkish Aerospace industries Inc (TAI), lo saben y no piensan dejar pasar la oportunidad de insertarse en el despegue de la industria aeroespacial mexicana.
Airbus regresa para promover y colocar su A400M Atlas no solo entre militares, marinos y policías federales, sino también entre gobiernos estatales y dependencias federales a las que les brindaría una ayuda invaluable. No sería nada raro o inusual que alguna secretaría comprara uno o dos de los Atlas para luego entregarlos en comodato a la FAM o incluso a Marina o a la CNS.
Este gigante aeroespacial partió de México con compromisos y negocios en puerta con gobiernos estatales y dependencias federales. El panorama, indicaron ejecutivos de la firma, es alentador no solo por la posibilidad de colocar material de vuelo, sino porque estamos adentro del conglomerado aeroespacial en un país que crece rápidamente en este campo.
La industria aeroespacial de China acudió a la FAMEX 2017 no solo para mostrar su drone Wing Loong (Dragón), habilitado para operaciones de vigilancia estratégica e incluso para acciones ofensivas con armas; los chinos tienen la firme intención de promover su caza ligero subsónico L-15, de cuarta generación, creado como avión entrenador pero con prestaciones para artillarlo y realizar funciones de defensa y vigilancia.
Pero sus intereses no paran ahí. El modelo de crecimiento y desarrollo de la industria aeroespacial china es uno de los cinco a seguir, recomendado por la AEM y ProMéxico, para garantizar un posicionamiento global a mediano plazo.
Los chinos lo saben muy bien y por eso están aquí, no tanto para colocar aviones, drones, sistemas defensivos, bombas o misiles dirigidos. Están decididos a insertarse en la dinámica de crecimiento y expansión aeroespacial en México, la cual, se prevé, lo ubicará como una de las diez potencias en este terreno en menos de 20 años.
Por eso, al finalizar la FAMEX 2017, la delegación china se fue contenta, muy optimista, por los acuerdos alcanzados y por las perspectivas para formar parte de los clusters aeronáuticos que se diseminan ya por diez estados del país.
En cuanto a Turquía, este país ya está ubicado entre los primeros doce productores, armadores e innovadores de material bélico de diverso tipo, que va desde aviones, helicópteros, lanzacohetes, lanza misiles y radares, hasta vehículos blindados y transportes todo-terreno.
Con sus aviones entrenadores Hürkus, aparatos turbohélice que pueden ser artillados y usados para operaciones de vigilancia y defensa básica, y su helicópteroT-129 Atak, los turcos se presentaron por primera vez en la FAMEX para levantar la mano y hacerse notar en el conglomerado de compañías que buscan un lugar en la comunidad aeroespacial mexicana.
Los turcos, que no trajeron maquetas de sus productos, pero sí lograron los contactos y encuentros necesarios para garantizarse nuevas citas más formales y prometedoras con autoridades militares de la FAM. Eso en lo militar. En el terreno de la tecnología, TAI consiguió encuentros con representantes de empresas asentadas en los clusters aeroespaciales y con algunos centros académicos y de investigación. Estos encuentros deberán dar sus frutos en unos meses más.
Los suecos de Saab fueron muy prácticos y presentaron sus sistemas de radares Eireye montados en aeronaves, los cuales operan desde hace años en equipos de la FAM y de Marina.
También mostraron una maqueta de su Gripen, el caza de cuarta generación cuyo uso de extiende en Europa junto con el Eurofighter 2000 para contrarrestar la llegada del F-35 estadunidense y de otras aeronaves que dominan los cielos de ese continente.
Anders Wanner, Director de Ventas y Mercado de Saab, fue claro al responder acerca del interés de su empresa en venderle a la FAM un escuadrón de gripens nuevos. Este es un avión avanzado, un caza de última generación que rebasa por mucho, por sus prestaciones, los requerimientos de la Fuerza Aérea Mexicana en cuanto lo que necesita para sus labores de vigilancia y seguridad.
Una escuadra de cazas ligeros como el F-5E va más de acuerdo con lo que necesita la Fuerza Aérea de México, reconoció el empresario sueco.
Finalmente, la empresa estatal rusa Rosoboronexport, con presencia en México desde la década de los noventas, mostró una de las maquetas más buscadas en la FAMEX 2017: la de su avión entrenador Yak-130, una aeronave que puede ser artillada con casi dos toneladas de material.
Este aparato fue ampliamente promocionado por la delegación rusa con atractivas propuestas para evitar el desencanto que dio al traste con la excelente relación iniciada hace veinte años con la compra den los poderosos, confiables y no tan costosos helicópteros Mi-8 y Mi-17.
El Yak-130 es la principal apuesta de Rosoboronexport para dotar a México con un aparato subsónico, de bajo costo, de amplias prestaciones y, sobre todo, nuevo. Con el Yakovlev, Rusia quiere convencer a la FAM de que podrá sustituir a los muy disminuidos tigres F-5E que forman el Escuadrón Aéreo 401.
De los aparatos presentados y promovidos en la FAMEX 2017, este, el Yak-130, es el que con más agrado ven los mandos de la FAM.
Otra aeronave mostrada por los rusos es el Mi-17V5, en una nueva versión artillada y dotada por completo con controles digitales, con motores más potentes y mayor capacidad de carga.
El verdadero plus de los rusos está en su ofrecimiento para construir en México un centro de reparación y mantenimiento para cada aparato que el gobierno mexicano o los gobiernos estatales adquieran.
Además, los rusos darían asesoría técnica y cursos especiales al personal mexicano que sea enviado a los talleres que serían instalados en dos o tres estados del país, como Querétaro, que tiene una creciente planta aeroespacial y varios centros de investigación avanzada.
La oferta es tentadora y salvaría la deteriorada relación que en el pasado reciente dejó la falta de suministros, refacciones y material ruso para mantener operativa la flota de los Mi-8 y Mi-17 militares y navales.
Jorge Medellín
@JorgeMedellin95
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