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México, 26 de marzo.- La ASF encontró “irregularidades” por mil millones de pesos. Una hoja no se ha movido sin la “autorización” de Gerardo Ruiz Esparza, que controla todos los negocios, perdón todos los contratos del nuevo aeropuerto hoy tan mencionado.
¿Hay corrupción?
Baste referirnos a los mil millones de irregularidades que encontró, apenas el mes pasado, la Auditoría Superior de la Federación.
Es decir, una determinación que no tiene vínculo alguno con el tema político-electoral.
Tal vez por eso, por este “cochinero” que, además, va muy atrasado lo que obligará a pagos extras, es que Manuel Ángel Núñez, el exgobernador de Hidalgo, renunció casi de inmediato a la encomienda, pese a que era, es el funcionario público más enterado sobre la construcción de este aeropuerto, a partir del proyecto en la entidad que gobernó.
Hasta gastos de “comunicación social” que no correspondían se encontraron. Y facturas por “servicios” que nunca se hicieron. Dobles indemnizaciones a empleados vueltos a contratar…
En uno de los temas en que la Auditoría Superior de la Federación halló “irregularidades”, tan obvias, tan imperdonables como el mal manejo del IVA, o la falta de soportes para más de 300 millones de pesos, fue en la construcción de la barda perimetral que, vaya usted a escandalizarse a tiempo, se le encargó a la Sedena.
O sea, la Sedena como constructora, con un monto de mil 611 millones de pesos, también está en esa línea tan compleja de las “irregularidades”, esas que luego se vuelven, como en el caso de Javier Duarte, desfalcos al erario público. ¿Tendrá alguna relación el hecho de que el encargado de esta construcción sea yerno del general Salvador Cienfuegos, o es una mera coincidencia?
¿Estamos hablando de corrupción? Digamos, para ser exactos, noticia verificada, que la Auditoría Superior de la Federación es quien ha examinado los contratos y lo que se ha hecho. Es una ecuación muy simple. Dónde faltan casi mil millones de pesos.
¿Esto quiere decir que se los robaron? Esto significa que en una cultura de “sospechosismo”, donde la sociedad está dispuesta a creer todos los males, todas las corrupciones, todos los negocios desde el poder, en este gobierno, hay elementos para una percepción social negativa.
O sea que son muchos los que piensan, a partir de esta revisión de la ASF, que puede haber muchas más irregularidades. Y detrás, porque es la entidad responsable de esta construcción, aparece siempre el nombre del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que tan mal fama pública tiene.
¿Esto significa que no debe construirse el nuevo aeropuerto? Diría que esto explica que Andrés Manuel López Obrador y muchos otros piensen, asuman, digan que hay “corrupción” en su construcción. Que pidan que los contratos sean revisados. Y, en su caso, sea cancelado el proyecto.
El tema, como tantos otros, es la corrupción. Tal vez no deberíamos tener auditores para que no viésemos todo al revés como la bandera que izaron el 24 de febrero en el Campo Marte…
Isabel Arvide
@isabelarvide
Estadomayor.mx
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