La otra pugna en Acapulco

México, 4 de noviembre.- Los continuos relevos de los mandos militares al frente de la Guardia Nacional en Acapulco han dejado entrever la agudización de la crisis que vive el puerto, donde la alcaldesa Abelina López protagoniza una soterrada pugna contra Evelyn Salgado Pineda, la cuestionada y “sospechosa” mujer que despacha como gobernadora de Guerrero. Las pugnas políticas se traducen en una disfuncionalidad institucional donde los primeros que pierden son los ciudadanos, sitiados por las luchas fratricidas de los grupos criminales en el que hoy día es el municipio más violento del estado y uno de los más inseguros del país.

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General Aragón Vázquez Foto: Gobierno del estado de Guerrero

El pasado martes 22 de octubre el general Miguel Ángel Aragón Vázquez asumió el mando de la comandancia de la Guardia Nacional en Acapulco, precedido de 11 asesinatos y una explosión en una jornada violenta que volvió a sacudir al puerto. El relevo fue el segundo en este 2024 en el mando de la corporación ya que en agosto pasado había tomado la jefatura el brigadier José Benito Romero Líbano, rebasado por la ola de inseguridad que tiene en jaque a la población de este destino turístico en el que solo estuvo dos meses.

La llegada de Aragón Vázquez exhibió la riña política y el distanciamiento institucional entre Evelyn Salgado Pineda, quien ocupa el cargo de gobernadora, y la alcaldesa Abelina López, quien no asistió al evento pese a tratarse de una autoridad con la que tendrá que interactuar mientras esté en el cargo. El hecho fue catalogado como parte de la disfuncionalidad y falta de coordinación entre autoridades civiles que repercute en el desarrollo de los programas y estrategias que se buscan implementar. El relevo de los mandos de la Guardia Nacional es el más corto registrado en los últimos años en el país, lo que a decir de los medios locales dejó entrever el tamaño de la crisis que vive Acapulco por dos factores: los resabios del huracán Otis, y por la violencia desatada entre los grupos criminales que disputan el municipio.

Aragón Vázquez es un oficial de infantería que dentro de la Guardia Nacional estuvo en las coordinaciones de los estados de Colima y Oaxaca. El general no es ajeno a Guerrero, como coronel le tocó encabezar el 50 batallón de infantería con cuartel en Chilpancingo entre los años 2016 y 2017, por lo que conocen bien la dinámica de la inseguridad y cuáles son los intereses tras bambalinas de algunos políticos.

Abelina López, quien fue reelecta como alcaldesa de Acapulco para un segundo periodo de tres años, ha sido blanco de críticas por su desentendimiento de la inseguridad que vive el puerto. Pocos días antes de la llegada del general Aragón Velázquez al frente de la Guardia Nacional, fue cuestionada sobre la ola de crímenes y solo dijo que ella no era la fiscal para conocer de los hechos violentos que ocurren en el municipio que dice gobernar. La funcionaria pasó por alto la emergencia que atendieron cuerpos de rescate del municipio cuando un auto compacto fue incendiado tras ser atacado con bombas molotov en las inmediaciones de las oficinas del ministerio público local.

El mes de octubre cerró con sucesos que marcaron el nivel en que está la inseguridad. El domingo 20 en la colonia Ciudad Renacimiento dos civiles armados murieron durante un enfrentamiento contra elementos de la Policía Ministerial, antes policía judicial. Ese mismo día en la colonia Las Parotas un agente fue asesinado y tres presuntos delincuentes resultaron heridos. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública habían registrado hasta septiembre de este año mil 65 homicidios dolosos en Acapulco, lo que coloca al municipio como uno de los cinco más violentos durante 2024 en todo el país.

Desde el proceso electoral del 2021 Abelina no ha disimulado que responde a otros intereses políticos distintos a los que tiene la gobernadora y su padre el senador Félix Salgado Macedonio, acusado de violación y cuyo expediente de forma extraña fue “congelado” por la fiscalía del estado. La pugna entre la alcaldesa y los Salgado fue notoria en el pasado proceso electoral federal donde padre e hija apoyaron a la diputada local Yoloczin Domínguez para ser primer edil del puerto, pero perdió ante Abelina quien ganó la encuesta interna de Morena para elegir candidata y se alzó con la victoria para ganar la reelección. El cuestionamiento a nivel nacional de las ligas familiares de Salgado Pineda con la delincuencia organizada se actualizó tras el asesinaro en marzo pasado de su exsuegro Joaquín Alonso Piedra, señalado de ser operador de los Beltrán Leyva y quien estuvo preso por delincuencia organizada. Por este crimen a la fecha no hay informes sobre la identidad de los probables autores, y tampoco si las pesquisas han sido judicializadas ante un juez.

Verano caliente

En una línea de tiempo de julio a octubre, la crisis de seguridad pública en Acapulco ha tenido momentos demasiado álgidos donde han brillado por su ausencia la alcaldesa y la gobernadora. En los primeros días de julio pasado, por ejemplo, hubo 42 asesinatos de los cuales la mayoría fueron cuerpos desmembrados, donde el factor central fue la ampliación de la zona de control de la banda criminal conocida como “los Rusos”, liderada por Carlos Alberto Navarrete Soriano un antiguo operador del clan sinaloense Beltrán Leyva en el puerto, socios del ex suegro de la gobernadora, organización que desde 2022 empezó a expandir su hegemonía frente a sus acérrimos enemigos del autodenominado Cártel Independiente de Acapulco (CIDA).

Un documento militar encontrado entre los correos electrónicos hackeados por el colectivo Guacamaya a la secretaría de la Defensa Nacional, señalaba que el proceso de crecimiento de “los Rusos” se debió a que se organizó en dos estructuras. La primera apoyada por “pseudo policías comunitarios” de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), encabezada por Pedro Santos Cruz. La segunda con el reforzamiento de la célula delictiva llamada “los Amarillos”, lidereada por Goven Ulises Chávez Ramírez, identificado como uno de los cabecillas más violentos de “los Rusos”.

El informe decía que Navarrete Soriano, alias “el Ruso”, y Jesús Orlando Rodríguez Soriano apodado “el Gordo”, tienen vínculos con mandos y elementos de la fiscalía general del estado de Guerrero, la secretaría de seguridad pública municipal en un ayuntamiento a cargo de Abelina López, y policías auxiliares. Con ellos “de manera conjunta, coordinada o con el consentimiento de estos, se llevan a cabo privaciones de la libertad, homicidios, halconeo, narcomenudeo, extorsión, cobro de piso y detenciones”. También “estas autoridades generan confusión, distracción, fuga de información, o líneas de investigación distintas a las reales, a favor de los delincuentes”. El informe identificó a Esteban Maldonado Palacios, quien entonces era coordinador general de la Policía Ministerial de Acapulco, y a Giovanni Mejía Olguín, asesor de quien era secretario de seguridad pública municipal del puerto, como cabezas visibles de “los Rusos” en el gobierno. Maldonado fue exhibido en un video a finales del 2021 junto al entonces fiscal general del estado Jorge Zuriel de los Santos, quien renunció a su cargo tras difundirse las imágenes.

Durante la gestión de Salgado Pineda como gobernadora, la fiscalía y la policía ministerial han sido termómetros para medir el nivel de corrupción y complicidades de las autoridades con la delincuencia organizada. Los documentos militares dejan entrever que poco o nada ha cambiado. La irrupción de células criminales arraigadas en el puerto ahora aglutinadas como franquicia del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), origen de la actual ola de violencia, es vista como “fenómeno paralelo” al resultado del pasado proceso electoral, donde la estructura de protección oficial de “los Rusos” quedó “intacta”. No se menciona si fue por la reelección de Abelina o si tiene que ver la “burbuja política” que mantiene blindada a Salgado Pineda.

Algunos analistas escribieron desde el verano pasado que la medida disuasiva que está detrás del reforzamiento del despliegue de la Guardia Nacional en Acapulco, servirá de poco pues no resolverá un problema donde la autoridad política es vista y ha quedado exhibida como parte del problema. Como evidencia están las declaraciones de Abelina, y las ausencias y vacíos que ha dejado Salgado Pineda.

Juan Velediaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx

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