México, 12 de septiembre.- El mercado de paramilitares vinculados al crimen organizado en la zona de la frontera de Chiapas con Guatemala está en auge, y representa una de las amenazas más lacerantes para la población civil que habita en comunidades cercanas a la línea divisoria. Obligados a dejar sus hogares en desplazamiento forzado, los pobladores de la región son las primeras víctimas del paramilitarismo que opera ahí con total impunidad.
Lo niegan de manera oficial pero los reportes que las tropas en operaciones envían confirman que el Ejército mexicano tiene detectados a grupos de ex kaibiles, fuerzas especiales del ejército guatemalteco, operando para la delincuencia organizada en distintos puntos de la frontera de Chiapas con Guatemala. Uno de los reportes que se conoció fue el del 3 de mayo de 2022, cuando tropas del 15 regimiento de caballería motorizada con sede en Comitán, y efectivos del 101 batallón de infantería que tiene su sede en Chicomuselo, realizaban un recorrido a las afueras de la comunidad El Lagartero, en el municipio de Frontera Comalapa, cuando observaron movimientos extraños en el área. Se trataba de dos vehículos tipo pick-up cuyos tripulantes al percatarse de la presencia militar, huyeron del lugar con rumbo desconocido. “Al mismo tiempo 6 personas que portaban armas largas y vistiendo ropa color negro y beige, cruzaron el río hacia Guatemala”, dice el documento militar consultado. Cuando inspeccionaron el sitio localizaron dos campamentos, en uno de ellos había parapetos, cobijas, ropa y uniformes tipo militar “algunos con la leyenda de Kaibil”.
La evidencia sobre la presencia de Kaibiles en México no se circunscribe solo a Chiapas, ha habido ex militares que pertenecieron a esta unidad guatemalteca detenidos en Michoacán y Guanajuato. Se ha detectado su estancia también como instructores de grupos civiles paramilitares en Zacatecas, Jalisco y Veracruz.
En documentos militares obtenidos por el colectivo de hackers Guacamaya, aparece el mapeo de los grupos civiles que operan como pelotones móviles que realizan incursiones armadas en comunidades fronterizas de Chiapas, son parte de la “guerra asimétrica” que tiene lugar en esta zona del país. La delincuencia organizada ha creado sus brazos armados con preparación paramilitar como parte del reforzamiento de su estrategia para confrontar a los grupos enemigos con los que disputan el control territorial y las rutas que vienen de la frontera guatemalteca hacia México. Se habla del grupo delictivo guatemalteco conocido como ”los Huistas”, quienes mantienen pugnas por el dominio de las actividades relacionadas con el trasiego y comercio de drogas que vienen de Centro y Sudamérica. Para sus operaciones utilizan rutas terrestres y marítimas, dando continuidad a vuelos ilícitos que cruzan la línea fronteriza transportando cocaína con el propósito de aterrizar en pistas clandestinas de ambos países y continuar con el tráfico hacia la frontera norte del país.
La inteligencia militar detectó desde hace dos años disputas que se fueron acrecentando hasta desbordarse este 2024 por el control de las economías criminales entre el Cártel del Pacífico o Sinaloa, Los Huistas y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que vino a alterar la paz en la región de Frontera Comalapa. Los Huistas serían parte del autodenominado Cártel de Chiapas y Guatemala como se autodenominó la unión de varios grupos para enfrentar en la región al CDP y al CJNG del que algunos se escindieron.
El CDP en Chiapas es la organización hegemónica, reportes periodísticos basados en documentos oficiales, hablan de que mantienen un acuerdo con el gobierno del estado que se traduce en protección oficial con la policía preventiva y la policía ministerial. Sus líderes como Jesús Machado Meza, alias “el Güero Pulseras”, encabezan la disputa por mantener la hegemonía en la zona fronteriza donde su presencia ha sido mayoría desde hace varios sexenios. Una de sus estrategias, de acuerdo a informes oficiales, ha sido crear grupos paramilitares en la zona para hacer frente al CJNG, que está detrás del autodenominado Movimiento Agrario Indígena Zapatista (M.A.I.Z).
Otros grupos delictivos que se han detectado tienen formación paramilitar son “los Collazo Gómez” que ahora se hacen llamar “Chamula Power”, con presencia en el municipio de San Cristóbal de las Casas. Se tiene registro de “los Pelones” también conocidos como “los Coyotes”, que operan en los municipios de La Concordia, Venustiano Carranza, Las Rosas, Tzimol y Socoltenango. De los socios del CDP se tiene registro de “los Chumises”, con presencia en Joaquín Gutiérrez (Quespala), municipio de Frontera Comalapa, quienes trafican droga y mantienen el robo de combustible como actividades principales. Su perfil paramilitar quedó documentado por las denuncias de plagios de pobladores como reclutamiento forzado para darles entrenamiento y engrosar sus filas de células armadas. Tienen un blanco móvil en los cientos de migrantes que pasan por las zonas sin vigilancia, a quienes secuestran y extorsionan como medida de presión para obtener pagos en dólares y así establecer otra cadena criminal como expansión de sus economías ilícitas.
Juan Velediaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx