México, 3 de julio.- La presentación por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro de la orden del 11 de junio del 2014 donde se lee que las tropas deben operar de noche para “abatir delincuentes en hora de oscuridad” es uno de los giros que mayor daño pueden causarle a la Secretaria de la Defensa Nacional y a las fuerzas armadas como institución.
En la primera parte de este análisis, mencionaba que nada es casualidad en comunicación. La fecha de la entrevista, a un día del aniversario de Tlatlaya, previo que volviera a cobrar importancia en la agenda de medios, se antoja comprender cómo un “ataque preventivo”, una movida de defensa previa a una ofensiva. Los encabezados y titulares de medios giraron en torno a dos ideas principales: el Ejército y los Derechos Humanos; y el “alto costo” de Tlatlaya para el Ejército.
Con la información presentada ayer y siguiendo bajo el supuesto de que que se trató de un movimiento de comunicación “preventivo”, el tiro salió por la culata. El efecto es el contrario. En pocas horas, ya hay cerca de 2,500 publicaciones y referencias de noticias en internet (https://www.google.com.mx/search?q=centro+prodh+tlatlaya#q=centro+prodh+tlatlaya&tbm=nws).
Tlatlaya es uno de los temas que Estado Mayor MX ha seguido desde el principio (22 presuntos criminales muertos en enfrentamiento con el Ejército http://www.estadomayor.mx/44566). Lo hemos hecho de la misma forma que muchos otros, unas veces desde la óptica de las fuerzas armadas y otros de la civil. Siempre privilegiando la presentación de todos los puntos de vista.
Exhaustivamente hablamos acerca de la cadena de mando, el flujo de órdenes y reportes al interior de la estructura de las fuerzas armadas. En las fuerzas armadas no sucede nada sin una orden. No existe orden que no conlleve a un reporte de la ejecución de la misma. Necesariamente, alguien estuvo enterado, se giró la orden de efectuar ese patrullaje, no fue por el libre albedrío de siete soldados y un oficial. Como también alguien se enteró del enfrentamiento y los 22 civiles que fallecieron. En aquella ocasión, “Caso Tlatlaya: ¿se vulneró la Cadena de Mando?” (http://www.estadomayor.mx/47460), colocamos en la mesa de discusión dos hipotéticos escenarios:
1.- Los soldados involucrados ocultaron información.
2.- La institución decidió ocultar la información para proteger a sus soldados.
Concluíamos: “Lo realmente preocupante es que las diferentes versiones sobre Tlatlaya reflejan un desconocimiento total, por parte de los altos mandos castrenses…” . La orden presentada por el Centro Prodh es peor que gasolina aventada al incendio.
En octubre del 2014, seguimos con el análisis en torno a Tlataya, esta vez preguntando en voz alta “Tlatlaya ¿orden roja?” (http://www.estadomayor.mx/47379 ), un día después de publicar “Ejército mentiroso…cada día a la baja en la confianza mexicana” (http://www.estadomayor.mx/47382)
En la entrevista de El Universal, el General Secretario declaró que el enfrentamiento en Tlatlaya fue cercano al “número 800 en lo que llevamos de la administración”, que fue manejado “como los otros 799, por decir un número”. La pregunta emana sola, ahí queda.
La suma de la entrevista y la información presentada por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, nos lleva a una “conclusión temporal” en lo que los mecanismos civiles de justicia nos permiten tener una definitiva, conclusión que también ya hemos preguntado antes: “¿Llegará la CNDH hasta Cienfuegos en el Caso Tlatlaya?, ¿se acusará a jefes militares de encubrimiento o de asesinato?” (http://www.estadomayor.mx/51227 )
Cerramos una semana de mucho movimiento, mucho análisis. Esta tercera parte de la revisión a la entrevista del General Secretario Cienfuegos con Carlos Benavides (El Universal http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2015/exige-general-cienfuegos-justicia-en-caso-tlatlaya-1110642.html) , se complementaba con dos temas adicionales, temas que también, dado el carácter de blog especializado de Estado Mayor MX, han sido de nuestra atención: el presupuesto y el pago a los soldados, desde la óptica del problema alrededor del cambio de condiciones de retiro del Ejército. Pareciera a veces que las respuestas a nuestros análisis las brinda el General Secretario, como cuando en la entrevista con Mario Vázquez Raña para la Organización Editorial Mexicana (http://www.oem.com.mx/laprensa/notas/n3333810.htm) aseguraba no padecer ninguna enfermedad que le impidiera continuar con su cargo; meses antes habíamos publicado “Salvador Cienfuegos: ¿gravemente enfermo?” (http://www.estadomayor.mx/34154).
Por encima de una respuesta a un medio especializado, México, nuestra sociedad, necesita claridad acerca de los ya más de mil enfrentamientos de esta administración; cuál es el protocolo de uso de fuerza para los 45 mil elementos del ejército desplegados diariamente en labores de seguridad. Es el General Secretario quien declara con gran tino: “… tenemos que esperar todos el veredicto del juez, nada más.”
Bruno Cárcamo Arvide
@Bruno_m9
Estado Mayor MX
5 comments for “Revisión a la entrevista del General Secretario Cienfuegos: Tlatlaya y la orden de “abatir” (3era. parte)”