Al menos 250 minas terrestres ha desactivado el Ejército en Aguililla

Estado Mayor/22 febrero 2022

Jorge Alejandro Medellín

En las últimas dos semanas, tropas de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército Mexicano se han dado a la tarea de desminar brechas y carreteras del municipio de Aguililla, en el estado de Michoacán, otrora tomado y controlado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) durante poco más de dos años de ocupación, terror y autogobierno del narco.

En estos días, la inédita labor de desminado ha dado frutos: al menos 250 piezas armadas con niples de cobre galvanizado, cables, temporizadores o circuitos activados mediante teléfonos móviles han sido localizados, aislados, desenterrados y desactivados por tropas especializadas en demoliciones.

Lo que durante meses fueron prácticas y entrenamientos en instalaciones militares de la Escuela de Materiales de Guerra, ahora se hicieron realidad en campos minados que muchos soldados enfrentan por primera ocasión.

Embozados en trajes antiexplosivos fabricados por la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), al menos cuatro pelotones de militares de la Brigada de Fusileros Paracaidistas (BFP) armados con detectores y herramientas para el desminado de terreno irregular, se mueven en las brechas y carreteras del municipio de Aguililla recientemente liberado tras el ingreso de mas de 5 mil efectivos del Ejército, la Guardia Nacional, policías estatales y municipales en Tepalcatepec, Buenavista y Coalcomán, en una acción que el gobierno federal planeó desde octubre de 2021, cuando anunció el Plan de Apoyo a Michoacán como respuesta a la violencia desbordada de los cárteles contra la población civil y a los enfrentamientos entre grupos armados.

En este contexto, el CJNG inició una serie de ataques con drones cargados con granadas y luego con explosivos dirigidos y hechos estallar sobre sus enemigos y más tarde sobre objetivos civiles -casas y vehículos- para luego lanzar los artefactos sobre patrullas y convoys de la Guardia Nacional.

Esto aceleró la respuesta federal y el 9 de febrero se dio el ingreso de las tropas en Aguililla, Buenavista, Coalcomán y Tepalcatepec, los puntos clave de la violencia generada por el CJNG y otras organizaciones. Una semana antes del despliegue militar, un convoy de la SEDENA que patrullaba un camino de terracería del municipio de Apatzingán fue atacado al hacer explotar una mina artesanal de niple con una carga suficientemente fuerte para dañar la carrocería del Sandcat en el que viajaban 9 elementos, de los cuales cuatro resultaron heridos.

Al ingresar a los municipios y poblados que controlaban los cárteles, los militares hallaron en varios cateos diversos arsenales, vehículos con blindaje artesanal y, sobre todo, decenas de niples, alambre, explosivos y material para fabricar minas antipersona que serían detonadas a distancia o con temporizadores.

También encontraron datos que les permitieron descubrir que decenas de esos artefactos habían sido sembrados en carretas, brechas y puntos de acceso a zonas en las que los sicarios y operadores ocultaban laboratorios, vehículos blindados, droga, arsenales y campos de entrenamiento.

Algunos de los integrantes de la BFP ya están viendo quienes logran desactivar más niples. Otros se dedican a brindar protección perimetral y cercana a los encargados de ubicar y manipular las minas que ya causaron la muerte de un civil de 72 años, un campesino aguacatero que regresaba después de mucho tiempo a revisar sus tierras y en la brecha se topó con dos minas que destrozaron su camioneta y lo mataron al instante.

Luego vino el ataque a los militares y después la recuperación de los municipios tomados por el narco, sembrados con minas al estilo de las guerrillas centroamericanas, colombianas, terroristas.

@JorgeMedellin95

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