Cae México al sitio 38 como potencia militar

Ciudad de México / 12 abril.– Las fuerzas armadas mexicanas dejaron de ser el país número 34 en cuanto capacidades y poderío militar en el planeta, al descender cuatro lugares y caer al sitio 38 en el ranking de naciones sometidas periódicamente a revisión por el Global Firepower Index (GFP).

El reporte más reciente de GFP coloca a México en la posición más baja desde que el portal especializado comenzó a publicar su popular ranking mundial sobre el poderío bélico en el mundo, esto en el año 2005.

En este sitio, las fuerzas armadas mexicanas llegaron a ubicarse entre los primeros 15 países con capacidades bélicas sustantivas de acuerdo con su situación geográfica, su número de habitantes, las riquezas naturales con las que cuenta, su producción per cápita, la cantidad de militares en el activo, la cantidad de civiles reservistas y su estado de fuerza terrestre, aéreo y naval.

Así, desde que apareció por primera vez en el ranking del GFP, México ha ido cayendo de manera consecutiva, pasando del lugar 14 al 38 en el que hoy está ubicado en un universo de fuerzas militares que ha crecido y reordenándose al pasar de 60 a 138 naciones revisadas anualmente.

Aunque GFP indica en su portal que sus bases de datos se publican desde 2006, lo cierto es que en su propio sitio muestra un enlace titulado Past Rankings en que aparecen sus primeros reportes fechados en 2005, aunque solo se muestran listados de 25 países sin mayor detalle que el de su posición en la tabla.

En los dos primeros años del ranking las fuerzas armadas mexicanas no figuraron en el listado, pero de 2007 a 2009 (los años duros de la guerra contra el narcotráfico) apareció súbitamente en el sitio 14, por arriba de Canadá, Irán y Egipto y Corea del Norte y sus capacidades nucleares, y por debajo de Indonesia, Corea del Sur, Italia e Inglaterra y su poderío militar.

Durante esos tres años, de acuerdo con el análisis de GFP, el poderío militar de México lo mantuvo en forma consecutiva en el sitio 14. En 2010 las cosas comenzaron a cambiar, a reacomodarse en su verdadera perspectiva y México fue ubicado en el lugar 19 del listado de 106 países.

En 2011, el reajuste del GFP fue más marcado y realista y colocó a México más abajo en la tabla, en el sitio 26, justo cuando el gasto bélico crecía de manera constante por la urgencia de la guerra al narco.

Un año después, en 2012, los efectos del gasto bélico y los escenarios de violencia desatados por la guerra al narco ordenada por el presidente Felipe Calderón hicieron que México y sus fuerzas armadas fueran reubicados en el sitio 21, lugar en el que se mantuvieron también en el año 2013 (en un universo de 123 países analizados por el GFP) debido al gasto en seguridad que no tuvo precedentes.

En 2012, el Maestro Julio Cesar Rodríguez Fonseca, profesor de Derecho Fiscal y Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Salle Bajío, publicó el artículo El Presupuesto de Egresos de la Federación 2012, el presupuesto de guerra”, en el que señalaba que “según el Banco Mundial, el gasto militar en nuestro país creció en el último año a una cifra de 64 mil 348 millones de pesos, un incremento dice del 44 por ciento respecto del monto registrado al inicio de la actual administración federal, considerando únicamente a la Secretaria de la Defensa Nacional y Marina”.

Los recursos destinados a las dependencias federales que integran el Gabinete de Seguridad Nacional se han incrementado en forma alarmante, añadía el maestro al señalar que esto permite distinguir, por el histórico desarrollo del Presupuesto de Egresos de la Federación desde el año 2007 y a los que corresponderá cada año, que no habrá limite a los recursos que se destinen por el rubro de la seguridad y el combate a la delincuencia organizada”.

En estos términos comenzaba el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y en 2014, su segundo año de mandato, el GFP rehízo su análisis sobre México a partir no de su gasto bélico destinado a acciones sustantivas, sino a parir de los planes para modernizar y reconstruir capacidades militares a largo plazo (la estrategia 20-30 del gobierno federal, diseñada para alcanzar todas sus metas en el 2030).

Así, en 2014 el GFP mandó a las fuerzas armadas mexicanas al sitio 33 del ranking integrado en ese año por 106 naciones, por debajo de todos los países a los que había superado entre 2007 y 2009. En 2015 hubo un repunte en su ubicación en el ranking del Global Firepower, que coincidió con el incremento en los presupuestos sostenidos para el Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina.

En ese año México recuperó dos peldaños y quedó en el sitio 31, el cual conservó también en el 2016, en un muestreo de 126 países analizados.

Datos de la Secretaría de Hacienda indican que en el sexenio del presidente Felipe Calderón el Ejército y la Fuerza Aérea recibieron alrededor de 259 mil 966 millones de pesos para operar durante toda la administración.

En tanto, la Marina recibió 94 mil 332 millones de pesos. Los presupuestos para seguridad y defensa ejercidos por ambas secretarías ascendieron en conjunto a alrededor de 354 mil 298 millones de pesos.

En contraste, con Enrique Peña Nieto el Ejército y la Fuerza Aérea recibieron en total 420 mil 001 millones, 766 mil 764 pesos y la Marina paso a 158 mil 536 millones, 882 mil 495 pesos. En conjunto recibieron durante el sexenio anterior la cantidad de 578 mil 538 millones, 649 mil 259 pesos.

Así, en los dos sexenios anteriores las fuerzas armadas mexicanas recibieron aproximadamente 932 mil 836 millones, 649 mil 259 pesos.

Pero los problemas de reclasificación en el GFP regresaron en el 2017, con la finalización de la etapa de compras fuertes para modernizar a las fuerzas armadas, con las adquisiciones de 91 helicópteros y 81 aviones y al menos 10 sistemas aéreos no tripulados, así como con la compra de decenas de blindados ligeros, la construcción de cerca de una veintena de buques en astilleros navales, el rearme de cuerpos especiales y el crecimiento y fortalecimiento de las redes de inteligencia del Ejército y la Marina en todo el país.

En ese año, el poder bélico de México lo ubicó en el sitio 34 entre 133 países analizados.

Para 2018, el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, el GFP colocó a México en el sitio 32 del ranking que entonces incluyó a 136 países con sus distintas capacidades bélicas.

En 2019, el cambio de régimen y la llegada al poder el presidente Andrés Manuel López Obrador significaron un nuevo revés en el ranking militar, que colocó a las fuerzas armadas en el sitio 34 de una clasificación que incluía a 137 naciones.

Ahora, en 2020, el Global Firepower baja nuevamente la ubicación del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina hasta el sitio 38, con la política de austeridad republicana del actual gobierno como primer marco referencial.

Lo que en un principio significaría fuertes restricciones para los programas de modernización y crecimiento militar en los ejércitos de tierra, aire y mar, ahora se convierte en un panorama incierto ante la crisis sanitaria desatada por el COVID-19 y sus repercusiones en todas las áreas de la vida del país.

Ejército, Marina y Fuerza Aérea han suspendido momentáneamente sus de por sí limitadas dinámicas de desarrollo institucional para centrarse en unificar esfuerzos en el combate a la pandemia del coronavirus, por lo menos hasta el mes de mayo.

Jorge Medellín / @JorgeMedellín95 /EstadoMayor.mx

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