México, 19 de septiembre.- El nuevo Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), el general Manuel de Jesús Hernández González, ya se reunió con su equipo de trabajo para revisar la situación en la que recibe al arma del aire, esto a menos de tres meses de concluir el gobierno de Enrique Peña Nieto y la administración del general Salvador Cienfuegos Zepeda al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
De inicio, en las primeras reuniones de trabajo del general Hernández con su Estado Mayor Aéreo ha puesto sobre la mesa varias propuestas para iniciar una suerte de reingeniería en la FAM encaminada primero a la formación de pilotos aviadores para que esta sea más precisa.
- El general ordenará separar desde los primeros cursos de la Escuela Militar de Aviación (EMA) a los cadetes que buscarán convertirse en pilotos de ala fija de quienes serán pilotos de ala rotativa.
Separar a futuros pilotos de aviones y de helicópteros deberá servir para enfocar desde la base todo el esfuerzo y el trabajo de los instructores y los alumnos no solo para reducir tiempos y costos, sino también para lograr una enseñanza de mayor calidad.
Así, el Colegio del Aire contará con una escuela para aviación de ala rotativa y una para aviación de ala fija.
En los hechos, la formación de pilotos militares suele iniciar con cadetes que en tres años se convierten en pilotos de avión y terminan su ciclo de estudios convirtiéndose en pilotos helicopteristas. Esto va a cambiar, los pilotos y las tripulaciones van a especializarse en el material de vuelo que elegirán al inicio de su carrera.
- La otra propuesta que deberá avanzar rápido es la de la creación de una instancia militar que supervise todo el esquema de seguridad en los vuelos, un ente en el que podrían participar civiles altamente especializados para que al final, en caso de que accidentes e incidentes aéreos, la FAM no termine siendo juez y parte en la prevención y en las evaluaciones y peritajes, para los cuales no cuenta con material humano ampliamente capacitado.
Dicha agencia se encargará de todo lo relacionado con la seguridad en tierra y en el aire y deberá transparentar su trabajo en plazos y formas definidas en nuevas disposiciones que dictarán mandos de la FAM.
- Otro punto que se está revisando es el de la creación de una sección o la asignación para que una parte del Estado Mayor Aéreo de la FAM se haga cargo de todo lo relacionado con la aeronavegabilidad y se lleve un control exclusivo y preciso de esta agenda en la nueva administración.
Volando bajo
El contexto en el que el general Hernández llega a la FAM es poco menos que favorable para llevar adelante cambios a fondo, sobre todo porque al nuevo mando aéreo nada le asegura seguir al frente del arma una vez que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador asuma el poder el próximo 1° de diciembre.
Con Obrador llegará un nuevo secretario de la Defensa y éste podría relevar al general -quien ya tiene 48 años de servicio en la institución- y cuya verdadera misión podría ser la de elaborar un diagnóstico real y detallado, crudo, para entregarle al futuro DN1 y al Comandante Supremo una imagen y una perspectiva verdaderas sobre lo que es hoy la FAM y qué se necesita para recuperarla.
De entrada, el general Hernández encontrará una Fuerza Aérea sacudida por los 60 accidentes sufridos en esta administración (en los que han fallecido al menos 23 militares y 13 civiles); desconcertada, por la escasa capacidad para haberlos prevenido; paralizada, por la cuestionable respuesta tras su ocurrencia; resentida, por los costos que esto ha representado para al arma (más de 93 millones de dólares en siniestros); cimbrada, por la falta de preparación de varias tripulaciones, por los excesos y omisiones de las mismas en la operación del material aéreo.
Pero lo más grave es el atraso tecnológico y la escasa preparación profesional especializada para hacerle frente a retos como el de la fabricación de una aeronave turbohélice para los cadetes del Colegio del Aire, y la insistencia de algunos jefes para que ese proyecto se consolidara sin tener idea de cómo hacerlo, qué pasos seguir, cómo desarrollarlo y presentarlo ante las autoridades aeronáuticas correspondientes en los Estados Unidos.
¿Cuáles son los retos inmediatos que debe enfrentar y tratar de sacar adelante el nuevo Comandante de la FAM? Para empezar:
- Reducir sustancialmente los índices de siniestralidad de la flota aérea militar, que pasaron de un 23.49 por ciento en 2013 a un 418.89 por ciento en 2014 y un 111.38 por ciento en 2015, de acuerdo con datos del Grupo Mexicano de Seguros (GMX Seguros) elaborado en marzo de este año.
- Revisar detalladamente todo el programa de mantenimiento de aeronaves de ala fija y ala rotativa, así como los niveles de capacitación y la actualización del personal de seguridad encargado de aplicar los programas vigentes.
- Vigilar el cumplimiento riguroso de todos los ordenamientos disciplinarios que el personal de pilotos debe acatar para garantizar la seguridad en todas las operaciones que se efectúen en pista y en vuelo.
- Castigar con toda severidad a quienes cometan faltas y actos de indisciplina en vuelo y a quienes, sin importar el grado, contradigan cualquier disposición de seguridad en vuelo o en tierra.
¿Cómo piensan el general Manuel de Jesús Hernández y su Estado Mayor alcanzar a la brevedad estos cambios para evitar más tragedias, más pérdida de material aéreo, más costos monetarios y sobre todo más atraso en la operatividad y eficacia de la Fuerza Aérea Mexicana?
El general habló con el personal de Jefes y Oficiales para exigirles cumplir los reglamentos y les adelantó varias líneas de acción que se aplicarán de inmediato, haciendo énfasis en que no habrá tibieza para aplicar la ley a quienes cometan cualquier falta o indisciplina en tierra o en vuelo.
El tema de los accidentes e incidentes ha ocupado una buena parte del tiempo en las reuniones del general con su Estado Mayor Aéreo y sus jefes y oficiales. La inexistencia de una Dirección de Aeronavegabilidad en la FAM y la limitada capacitación de los ingenieros de vuelo también se han revisado en los primeros días del nuevo comandante en su cargo.
Datos de la FAM proporcionados en agosto de 2017 por la vía de la transparencia informativa, revelaron que en el gobierno del presidente Vicente Fox (2000-2006) hubo 34 accidentes aéreos, todos ellos fatales.
En el gobierno de Felipe Calderón (2007-2012) se registraron 38 accidentes, también fatales. Con el presidente Enrique Peña Nieto van ya 60 accidentes sufridos en una flota aérea que han luchado por modernizarse a pasos acelerados, aún pese a atravesar por su peor etapa de siniestralidad en su historia reciente.
Jorge Medellín
@JorgeMedellin95
Estadomayor.mx
