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Su paso por la tenebrosa policía Judicial Federal Militar tuvo su recompensa en 2012 cuando fue ascendido a general. Próximo a la frontera para la edad de retiro, David Enrique Velarde Sigüenza, oficial de arma blindada, fue nombrado director de la Policía Ministerial de Quintana Roo en medio de la peor crisis de seguridad que se vive en la entidad. Su expediente por casos judiciales como el de Ojinaga, más que presentarlo como un investigador, lo exhiben como “especialista en montajes”. La cereza en su carrera fue en julio del 2015 cuando el Chapo Guzmán se escapó de Almoloya.
México, 29 de agosto.- Su llegada a Quintana Roo se da en medio de la peor crisis de seguridad de la entidad, con Cancún como epicentro de disputas criminales que han arrojado más de 500 asesinatos en el último año. El general brigadier David Enrique Velarde Sigüenza fue nombrado al inicio de esta semana director de la Policía Ministerial de Quintana Roo, una corporación que era encabezada de manera interina hasta hace unos días por otro militar, el capitán Juan Carlos García Miranda.
El desastre en la procuración de justicia, la investigación de los delitos y captura de los probables responsables, más allá de la estadística que ilustra el desastre en todo el país, ha dejado una huella de impunidad en esta zona del territorio nacional donde el gobernador Carlos Joaquín se ha mostrado incapaz de devolver la paz y seguridad a los quintanarroenses.
Velarde Sigüenza fue nombrado a tres meses de que concluya el sexenio, en un puesto que parecería más un premio de consolación tras seis años sin ningún ascenso luego de su magro papel en sus últimas encomiendas militares que lo han dejado mal parado.
Sobre su nuevo nombramiento, la prensa quintanarroense poco a aportado sobre las razones de fondo para que el gobernador y el fiscal general de la entidad Miguel Ángel Pech Cen se hayan decidido por este militar para encabezar a los ministeriales llamados antes judiciales.
De Ojinaga a Almoloya
Sobre Velarde Sigüenza en este Blog en marzo del 2017, se publicaron una serie de testimonios de integrantes de la Tercera Compañía de Infantería No Encuadrada (C.I.N.E.) con sede en Ojinaga, donde denunciaron la reclusión de un grupo considerables de militares por casi un mes para ser sometidos a tortura y se declararan culpables de una serie de ilícitos ocurridos durante la Operación Conjunta Chihuahua entre abril del 2008 y mediados del 2009 (La compañía que fue encarcelada por un anónimo https://www.estadomayor.mx/71830) .
En los primeros párrafos se leía:
La mañana del 18 de agosto un numeroso grupo de agentes de la Policía Judicial Militar arribó a las instalaciones de la compañía en Ojinaga. Eran 14 ministerios públicos militares, apoyados por 30 soldados del 23 batallón de Chihuahua. Iban al mando del entonces coronel David Enrique Velarde Sigüenza, apoyado por el también coronel Sergio Hernández Cancino, por esos días jefe de la sección de averiguaciones previas de la procuraduría de justicia militar, y el mayor Carlos Alberto Rivera Medeles, jefe de la sección de aprehensiones de la Judicial Militar.
“El motivo era investigar los abusos denunciados por el gobernador Reyes Baeza, en la práctica ejecutar órdenes de aprehensión en contra del mayor número de militares por “haber cuestionado el poder civil”, para esos momentos en el aeropuerto internacional “Roberto Fierro Villalobos” de Chihuahua ya se encontraba un avión de la Fuerza Aérea C-130 de los llamados Hércules, traído ex profeso para trasladar a los detenidos a la presión militar de Mazatlán, Sinaloa”. Fue un despliegue de recursos que utilizó la secretaría de la Defensa Nacional para la “investigación”, captura y traslado a la cárcel de un general, dos jefes, seis oficiales y 22 efectivos de tropa.
Cuando llegó a Ojinaga el coronel Sigüenza nunca dijo a sus compañeros de la guarnición ni a los integrantes de la compañía el “motivo verdadero” de intervenir a toda la unidad en un intento por disimular que fue a petición del gobernador Reyes Baeza. La Judicial Militar fabricó un anónimo fechado el 15 de agosto del 2009, el cual supuestamente fue enviado a la corporación, y que apareció en el expediente un mes después de iniciada la investigación”.
Tiempo después de aquella encomienda Velarde Sigüenza fue enviado a otra unidad y en noviembre del 2012, en la última promoción de Felipe Calderón como presidente de la república, fue ascendido al generalato.
Pocos años después cuando era comandante del octavo regimiento mecanizado cuyo cuartel se localiza a las afueras del penal de Máxima Seguridad de Almoloya, en el Estado de México, el ya general Velarde Sigüenza fue el foco mediático de atención ya que tropas a su mando nunca se percataron del túnel que se construía y que en julio del 2015 sirvió para que se fugara Joaquín el Chapo Guzmán.
Su unidad quedó exhibida desde sus grupos de búsqueda de información hasta la toma de decisiones como mando superior, lo cual dejó mal parado al ejército que tenía en esta unidad presencia permanente desde una década atrás en el perímetro del penal.
El general Velarde fue relevado al poco tiempo y enviado de comandante de la Guarnición Militar de Ciudad Acuña, Coahuila, donde dejó el cargo hace pocos años para asumir un cargo en la Sedena.
Esta semana casi para concluir su carrera, llegó a Cancún para retomar su labor policiaca que lo dejó marcado tras su paso por la Judicial Militar.
Juan Veledíaz
@velediaz424
Estadomayor.mx
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