El largo adiós del general Cienfuegos

De momento no hay visos de preocupación, más bien asoma una férrea voluntad por entregar en las mejores condiciones la secretaría de la Defensa Nacional a su relevo. Salvador Cienfuegos Zepeda comenzó a despedirse esta semana después de su primer encuentro con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Se le notó tranquilo, en puerta está el desfile militar del 16 de septiembre, siempre cargado de simbolismo cuando llega el último año de sexenio. Quizá los nubarrones comiencen al iniciar el nuevo gobierno, donde se habla de un cambio de paradigma en la relación de las fuerzas armadas con el mundo civil, y se menciona la posibilidad de crear una Comisión de la Verdad que buscará juzgar a los militares involucrados en casos como Tlatlaya y Ayotzinapa.

México, 27 de agosto.- Fue un mensaje que pareció el principio de la despedida. El sábado 25 de agosto el general de división Salvador Cienfuegos Zepeda comenzó la ruta del último tramo al frente de la secretaría de la Defensa Nacional en la misma semana en la que se reunió por primera vez con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Su discurso no estaba programado, se dio durante la ceremonia de graduación de los cadetes del Colegio Militar en la última promoción que le tocó como secretario.

Ahí dijo que “México requiere de unas fuerzas armadas cada vez más fuertes, mas fortalecidas anímicamente, mejor equipadas, mejor adiestradas y con toda la disposición para seguir sirviéndole a la sociedad y a los gobiernos en plural”. Ese “en plural”, llevaba dedicatoria.

El general Cienfuegos aseguró que hacia uso de la palabra fuera de programa, ya que el presidente Enrique Peña Nieto le había dado la instrucción para que les transmitiera a todos los graduados su reconocimiento y felicitación.

Cienfuegos se reunió el jueves en sus oficinas por primera vez con López Obrador, ambos habían dialogado el lunes en la reunión de Palacio Nacional entre el gabinete entrante y saliente encabezado por Peña Nieto.

De acuerdo a fuentes que estuvieron en la reunión, Cienfuegos hizo llegar la terna de aspirantes a sucederlo al frente de la Defensa Nacional a López Obrador. La lista dada a conocer por varios medios de comunicación, la encabeza el subsecretario Roble Arturo Granados Gallardo; el Oficial Mayor Eduardo Emilio Zárate Landero; el jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional Alejandro Saavedra Hernández y el Inspector y Contralor General del Ejército y Fuerza Aérea Pedro Felipe Gurrola Ramírez.

Un día antes de su mensaje en el Colegio Militar, el general Cienfuegos estuvo en la base aérea militar número 15, en la ceremonia de graduación en el Colegio del Aire de 110 oficiales de la Fuerza Aérea. Ahí reconoció el sacrificio y esfuerzo que todos los alumnos habían hecho para poder graduarse y los conminó a tener pasión por su labor. “Hay que seguir preparándose y siempre, siempre, siempre tener entrega y disposición, pasión por lo que hacemos, pasión por servir a México nuestro gran país”.

Ese mismo día unas horas antes había estado acompañado por el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, en la ceremonia de graduación de 302 elementos de la Escuela Militar de Transmisiones, a los que les dijo que la función que desempeñaran es “indispensable para las operaciones militares, sin ustedes esto no podría funcionar, de ese tamaño es la responsabilidad que hoy adquieren”. Vino después una referencia al cambio de administración que se avecina. “Vienen otros pasos, otros retos que vencer y sin ustedes no lo van a poder hacer”.

Escenarios a futuro

Algunos comentan que piensa radicar en Mérida, otros que se retirará a su casa en un municipio del Estado de México donde vive desde hace tiempo. A tres meses y días que deje el cargo, el general Cienfuegos no parece mostrar signos de cansancio o hartazgo ante el tiempo que le resta a su labor.

Por el contrario, oficiales con acceso al primer circulo del general secretario comentan que se le nota tranquilo, de buen humor, con la misma energía de siempre y sin preocupación alguna que altere sus planes para el 1 de diciembre próximo, cuando deje el cargo a su sucesor.

Salvador Cienfuegos Zepeda pasará a retiro ese día después de una carrera de más de cinco décadas en la milicia donde alcanzó los reconocimientos suficientes para culminar su servicio en lo más alto del escalafón. Una de las virtudes que se le reconoce es que logró devolver la disciplina a la plana mayor, y tuvo mayor control en cada una de las decisiones y órdenes que dictó. Todo lo contrario a lo que ocurrió con su antecesor en el sexenio de Felipe Calderón, donde los ataques entre los aspirantes a la titularidad de la Defensa Nacional y la ruptura de la disciplina entre algunos mandos territoriales que se negaron a acatar ordenes para enviar tropas contra grupos de armados, fueron la tónica en el ultimo tramo de ese gobierno.

Pero los problemas para el general Cienfuegos se avizoran muy diferentes, y todo apunta a que podrían por comenzar tan pronto inicie el gobierno de López Obrador. Al menos eso se desprende de las declaraciones de gente allegada al presidente electo, como Alejandro Encinas quien ocupará el cargo de subsecretario derechos humanos en la secretaría de Gobernación.

El aun senador aseguró en días pasados que se avecina un cambio de paradigma en la relación de las fuerzas armadas en el país. La finalidad sería acabar con la impunidad de las tropas que hayan cometido abusos contra la población.

En reiteradas ocasiones el ex jefe de gobierno interino de la Ciudad de México, ha dicho que su compromiso principal en su cargo será crear una Comisión de la Verdad para resolver los casos considerados emblemáticos en el gobierno de Enrique Peña Nieto como son, por mencionar dos, Ayotzinapa y Tlalaya.

En ambos casos, la desaparición de los 43 estudiantes normalistas sucedida la noche del 26 de septiembre del 2014 en Iguala, y la ejecución de 22 presuntos delincuentes el 30 de junio de ese año, involucran en la línea de mando a tropa, oficiales, jefes y mandos superiores que estuvieron al tanto y en su caso, dictaron ordenes en el contexto de lo sucedido en ambos episodios.

Deslindar responsabilidades, investigar la línea de mando e interrogar a los oficiales de más alta jerarquía, como generales con mando de zona militar, es algo que a lo que el general Cienfuegos se opuso con vehemencia después de ocurridos ambos sucesos.

El cenit de su rechazo se dio con el caso de los 43 estudiantes desaparecidos. Sucedió cuando el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, recomendó ir a fondo contra los mandos castrenses que estuvieron al tanto de todo lo ocurrido durante la noche de Iguala.

Hoy día uno de los principales oficiales que los padres de familia han exigido sea investigado, es el actual jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional, el general Alejandro Saavedra Hernández, quien estuvo al frente de la 35 zona militar en Chilpancingo el día de los sucesos.

De igual forma el general Cienfuegos ha rechazado la posibilidad de que se investigue la cadena de mando por lo sucedido en Tlatlatya, que podría llevar a declarar al entonces comandante de la 22 zona militar con sede en Santa María Rayón, Estado de México, el general de brigada José Luis Sánchez León, recién designado comandante de la sexta región militar con cuartel en El Lencero, Veracruz, y mando superior de las zonas militares en ésta entidad, Puebla y Tlaxcala.

Tanto con Saavedra como con Sánchez León, el general Cienfuegos ha mostrado una férrea defensa de su labor, y ha rechazado la posibilidad que sean llamados a comparecer fuera de una autoridad que no sea castrense.

¿Perdurará esta situación después del 1 de diciembre próximo?

 

Juan Veledíaz

@velediaz424

Estadomayor.mx

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