México, 13 de octubre.- En un principio los negocios. Los negocios desde el poder, para el poder, entre los poderosos. Los negocios como sinónimo de la política mexicana.
Los negocios que eran bien vistos por los ciudadanos porque aspiraban a ser parte, por el amigo de un compadre que tenía un compadre que era amigo de estos negocios.
La permeabilidad social que desapareció, empobreciendo a millones de mexicanos a perpetuidad, borrando todos los sueños de superación social, incluyendo ser parte de estos “negocios”.
De tal manera que los negocios políticos, entre políticos y para obtener puestos políticos, pasaron a convertirse en los villanos favoritos de toda historia que se respete. Cero tolerancia para éstos.
Realidad amenazada con lo petición del PRI para que desaparezca el financiamiento público a los partidos políticos, y entonces, otra vez, los negocios serán indispensables para obtener financiamiento y ganar una posición política, donde el precio a pagar serán negocio.
¿Queremos o no queremos que los políticos mexicanos hagan negocios desde el poder? Negocios que los enriquezcan.
Algunos gobernadores están en la cárcel o en el umbral de ser encarcelados, precisamente, por exagerar en la cantidad de negocios políticos que hicieron durante su mandato.
Ante esta realidad, aterradora si vemos que somos el país más corrupto según muchos expertos, el gobernador de Campeche ha sentenciado una frase espléndida: contra los negocios que no son honrados, o sea, negocios que no tienen honra. O, si se prefiere negocios que hacen los que no tienen honra… o sea muchos políticos mexicanos.
Alejandro Moreno ha sentenciado que “el primer capítulo del libro de todo servidor público debe ser la honradez”. Supongo que también incluyó a los priistas. No se conformó con esto, el gobernador insistió: quien pierda honra por negocios, perderá honra y negocios”. O sea…
¿Alito, Alejandro, quiere ser candidato presidencial? Como parece que el esquema que Emilio Gamboa, con o sin instrucción presidencial de por medio, había fijado para la sucesión dentro del PRI, con solamente cuatro precandidatos: José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Miguel Osorio Chong y José Narro, se movió junto con el sismo del 19 de septiembre, todo es posible.
¿Por qué puede ser Alejandro Moreno candidato presidencial del PRI?
De entrada, la mejor cualidad, porque es un priista de verdad, de los que comenzaron pegando propaganda, que ha tenido todos los cargos partidistas y de elección popular a imaginar.
Y porque, esto nunca estorba dentro del PRI, es el gobernador que tiene el mayor afecto del presidente Enrique Peña Nieto. Es el único político a quién, en público, le “pica la panza”, lo trata con el mayor afecto. Y en los hechos lo ha apoyado enormidades para que transforme Campeche pese a la crisis del desempleo por el desmantelamiento de Pemex.
En muchos sentidos, hacía dentro, sin ser alumno de Luis Videgaray que parece ser la mayor cualidad futurista, Alito lleva mano.
Por eso resulta tan extraordinario, en esta realidad política tan salpicada de errores monetarios, donde los ciudadanos aborrecen a los políticos precisamente por los negocios que han hecho, el planteamiento de Alejandro Moreno contra la corrupción. Que equivale a perder lo invertido, asunto que los señores del dinero, de los negocios con políticos, vaya que entienden.
Según el gobernador de Campeche, ninguno que haya tomado “un peso público para fines personales” merece indulgencia. Duro con ellos… que muchos son priistas.
Ningún precandidato, porque Alito solamente es el “caballo negro”, solo es precandidato en el imaginario priista de abajo, ha hablado así sobre la corrupción. Al contrario, a más de uno habría que revisarles su propia historia y su afición por vivir en las Lomas…
Sobre la honradez sentenció: La honradez es tan valiosa que la gente barata en principios y valores suele no tenerla. No permitamos que nadie haga adaptaciones de la moral y de la ética a su antojo”.
Por este tipo de pronunciamientos, de preceptos, es que los partidos políticos deben tener financiamiento público. De otra manera, si Alito Moreno fuese el candidato priista, todos tendrían que andar “boteando” porque ningún empresario invertiría en su campaña política a sabiendas de que no iba a darles negocios…
Cada cual con su cada cual…
Isabel Arvide
@isabelarvide
Estadomayor.mx
