Los juicios que comienzan a retrasarse

México, 19 de julio.- Si el gobierno apuesta por el olvido, la realidad es muy necia. Y no deja de refregarnos en la cara, de millones de mexicanos, la incalificable negligencia oficial detrás del socavón de la carretera de Cuernavaca.

Los muertos, víctimas de la muerte más angustiosa, siguen vigentes. No son un “mal rato” que deba “pagarse” con unos centavos.

Lo que hay detrás de ese inconcebible agujero seguramente está relacionado con la corrupción. Podría ser que nunca se logre comprobar, pero en el imaginario colectivo quedará establecido así. Para las páginas de la historia de este sexenio.

Hay un villano. Que aparentemente sigue gozando de la protección presidencial: Gerardo Ruiz Esparza.

Y una suma de torpezas, negligencias, silencios cómplices. Donde aparece, obvio, el gobernador de Morelos Graco Ramírez, que ni siquiera llegó al lugar del accidente.

La constructora Aldesa tiene que ser enjuiciada. Es responsable, además, de 21 muertes durante la construcción de ese “paso”, esos poco más de 14 kilómetros por los que cobró más de 2 mil millones de pesos, el doble del presupuesto que le permitió, supongo que legalmente, conseguir el contrato con la SCT. Esto sin importar los malos resultados en otras construcciones que había hecho, sin ir más lejos la 1a. etapa del distribuidor vial Benito Juárez en León, Guanajuato.

Ahí, a finales de 2016, la obra tuvo que ser detenida por fallas estructurales y, ¡oh sorpresa!, por problemas con el sistema hidráulico.

¿Por qué favorecerla? ¿Qué intereses hubo, hay, detrás de esto? Corresponde a Ruiz Esparza responder.

Y va retrasado.

De acuerdo con sus declaraciones este lunes pasado, 17 de julio de 2017, debió dar a conocer a la opinión pública el resultado de los peritajes técnicos sobre qué fue lo que realmente sucedió para que se formase ese inmenso “socavón”.

No hay comunicación al respecto.

Por eso lo que el Presidente Peña Nieto llamó “juicios prematuros”, corren el riesgo de convertirse en juicios muy retrasados.

Diga lo que diga no va a cambiar la opinión pública en su contra, no va a poder conjurar todos los negativos ni las sospechas. Sus multicitados 48 años en el servicio público no son argumento a favor.

¿Quiénes son, realmente, los dueños, los socios de la constructora Aldesa? Y, sobre todo, debemos preguntarnos, cuál es su relación personal con Gerardo Ruiz Esparza para haberles dado este contrato, y el de la construcción de la Torre de Control del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. ¿Por qué el gobierno tiene que utilizar a constructoras que han demostrado tener malos resultados?

Ahora en el Paso Express de Cuernavaca, esa “obra moderna” que presumió el mismo Presidente Peña Nieto, lo que hay es un problema inmenso de tráfico. Y no se ve cuándo va a quedar resuelto. A los vecinos de la zona donde sucedió el accidente, tuvieron que evacuarlos a un hotel en esta semana, casi de emergencia, por el riesgo de otro deslave. ¿Es que hicieron de lodo, de plástico la carretera de 2 mil millones de pesos?

Con la llegada de Javier Duarte al país, con el bien montado “show” de su traslado, con la intencionalidad mediática de distraer a la ciudadanía, no se va a olvidar ni el socavón, ni las torpezas extremas del discurso de Ruiz Esparza, ni la sospecha de corrupción, menos todavía los dos muertos.

Al menos muchos, millones, apostamos a ello…

 

Isabel Arvide

@isabelarvide

Estadomayor.mx

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