Los dos que ya hablaron: Manlio y De la Madrid

México, 7 de julio.- Manlio Fabio Beltrones es uno de los pocos políticos mexicanos a quien es imposible, absolutamente imposible, hacerlo decir algo que no quiere. Chucha Cuerera para muchos temas, lo es para los medios y los periodistas en forma absoluta.

Por eso resulta tan interesante leer, escuchar sus planteamientos al ser entrevistado sobre la sucesión presidencial, de la que abiertamente no se descarta.

Quién sabe, falta que pase la Asamblea del PRI como dijo él mismo, si con su partido o fuera de éste. Depende de qué suceda, de si los priístas, como afirmó, se dediquen a revisar estatutos, a eliminar a precandidatos, o a “hacerle un traje a la medida” a algún precandidato.

Enrique de la Madrid Cordero heredó, por partida doble, la prudencia. Es, en todo sentido, un hombre medido, suave, que no confronta. Es, también, un político completo con todo el derecho de aspirar a gobernar México. Como Manlio, él habla del futuro.

Es decir, de la necesidad de voltear a mirar el futuro de nuestro país más allá de temas partidarios.

Para ambos, esa es la urgencia.

Sobra decir que mirar ese futuro tiene que hacerse, indispensable, a partir de una realidad que cada día parece más irremediable, catastrófica y horripilante. No solamente por datos duros, como que en más del 10 por ciento de los hogares mexicanos un adulto se queda con hambre todos los días, sino por la percepción social de amargura y confrontación, de infinito enojo.

¿Cómo convencer a millones de mexicanos enojados? Esa es la verdadera hazaña, no solamente para los priístas, pero en primer lugar para ellos, porque el enojo está causado por un priísta. Sea real o imaginario, intencional o no, estos millones de mexicanos enojados lo están con el PRI, con Peña Nieto, con la realidad que han vivido este sexenio.

Por eso la necesidad, de tan obvio que parece absurdo que a otros no se les haya ocurrido antes, de mirar hacia el futuro. ¿Qué país queremos, qué país podemos construir?

De la Madrid habla, otra vez, de la necesidad de que seamos muchos, incluidos esos millones de enojados aunque no los nombre, quienes participen en este ejercicio. Por su parte, Manlio Fabio nos remite a Jesús Reyes Heroles y en sus “parábolas” nos dice, entre líneas con claridad, que hoy debe ser primero el hombre.

¿En quién pueden confiar los electores?

Beltrones, como de la Madrid, no han agraviado a los mexicanos. No han hecho nada que pueda ser contabilizado en su contra, ni temas de (in)seguridad, ni la devaluación, ni la inflación, ni la pobreza sin solucionar. No tienen casas en Malinalco ni en otros fraccionamientos de lujo, no viven en Las Lomas pagando más de 200 mil pesos de renta mensual o comprando al mismo contratista mansiones.

No trajeron al entonces candidato Donald Trump a nuestro país. No desmantelaron Pemex. No son responsables de espionaje a periodistas. No han justificado matanza tras matanza hasta sumar miles de muertos en “enfrentamientos entre bandas”.

El turismo es una de las pocas, sino es que la única, actividades productivas que funcionan en el país. Pese a la inseguridad. De la Madrid ha impulsado, como pocos, el turismo nacional, y el turismo de muy bajo costo para millones de mexicanos. Beltrones en su momento, en un Sonora muy complicado, controló y “corrió” a los narcocriminales de su Estado.

Ninguno de los dos está inmerso en el miasma inmenso de corrupción de priístas. De esos que, según Beltrones, hicieron que su partido, el PRI, “parezca taxi de delincuentes”. Los dos tienen muchos años de militancia, que se traduce en ascendencia.

De Beltrones todo se ha dicho y escrito. Es inútil insistir en sus cualidades. Como dijo Rita Varela al explicar por qué lo incluyeron entre los aspirantes presidenciales en su libro, Beltrones “está en el imaginario”. O sea, está, siempre está.

Por su parte, Enrique de la Madrid ha tenido una carrera impecable en el sector público, es economista, ha trabajado toda su vida lo que es doble mérito en alguien que pudo dedicarse a las discotecas y los negocios como muchos otros hijos de mandatarios.

Así que, por lo pronto, hay dos apuntados. Hay dos priístas. Hay dos con historia personal. Hay dos con distintas edades, con distintas visiones de la realidad, con distintas experiencias, que coinciden en que la Asamblea del PRI debe servir para algo.

A ver si…

 

Isabel Arvide

@isabelarvide

Estadomayor.mx

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