Bitácora de vuelo

México, 27 de junio.- Los proyectos de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) para fabricar aeronaves de entrenamiento que reemplacen el material de vuelo comprado tradicionalmente a otros países, avanzan de manera extraña, nebulosa, poco transparente, pero avanzan, son reales.

Durante la ceremonia para celebrar el Centenario de la Industria Militar (el 30 de enero de 2016), el general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, anunció adquisiciones y avances en la modernización de la planta de producción del ejército.

Cienfuegos ponderó la producción de municiones, de los fusiles de asalto FX-05, de vehículos blindados ligeros y medianos para operaciones especiales y transporte de tropas, y anunció también que “para el año 2018, se tiene proyectado culminar la construcción de un avión biplaza y dos aviones experimentales, para adiestramiento básico de vuelo, en la escuela militar de aviación”.

Agregaba el general que entre los proyectos a consolidar en su administración estaba el de “la fabricación de un cohete calibre 50 milímetros de práctica aire-tierra y su lanzador de siete bocas para artillar a nuestras aeronaves con armamento nacional”.

Los proyectos van, avanzan de alguna manera que es difícil conocer, porque la Sedena no difunde la situación real de cada uno de ellos. Reportes periodísticos, notas y comentaros de rebote en las redes sociales han dado cuenta de los acercamientos y probables avances de los que la FAM no ha dicho una sola palabra.

Cuando el general Cienfuegos habló de los proyectos para fabricar aeronaves, se anunció también que su administración y consecución serían responsabilidad de la Dirección General de Industria Militar (DGIM), no de la FAM.

El problema es que a partir de esa fecha (enero de 2016), ni la Sedena ni el secretario Cienfuegos ni la FAM ni el general Ricardo Bárcena Rosiles, titular de la DGIM, han informado algo sobre los proyectos, sus avances su estado de cumplimiento, sus etapas, etc.

En la página de internet de la Sedena aparecen micrositios con información más o menos detallada sobre todos los programas y proyectos en marcha en la institución y que deberán cumplirse durante el sexenio. En el enlace de Transparencia (sic) aparece la liga al micrositio Indicadores de Programas Presupuestarios, en donde se desglosan en parte los proyectos en marcha.

Se mencionan parcialmente ya que, por ley, los proyectos y programas relacionados con la seguridad nacional no pueden difundirse públicamente, pero más allá de esta disposición los avances y la situación de cumplimiento de los puntos a alcanzar deberían aparecer sin filtro o restricción alguna.

No sucede así con ninguno relacionado con el diseño y fabricación de aeronaves de entrenamiento para la FAM. No obstante, lo anunciado sigue en marcha.

En el micrositio señalado presenta 21 programas y proyectos a desarrollar, todos del 2014. No hay datos sobre el trascendental anuncio hecho por el general Cienfuegos en enero de 2016. No existe la menor actualización que permita seguir la “Información relativa al ejercicio de los recursos públicos por parte de las intituciones de la APF (sic)”, como se señala en el sitio en el que, además.

Por si fuera poco, la liga al sitio de la Secretaría de Hacienda que debería enlazar con la base de datos sobre Transparencia Presupuestaria en los royectos de la Defensa Nacional –por lo menos para el ejercicio fiscal 2014– está rota (http://transparencia.sedena.gob.mx/indicadores-de-programas-presupuestarios.html).

Cómo se administraron los recursos federales y que resultados se obtuvieron, es un misterio.

 

Oaxaca y Argentina

 

Todo parcial, incompleto o de plano inexistente. Sin embargo, mandos de la FAM y de la DGIM van y vienen por el país, por el continente, en busca de alianzas, de cooperación y tecnología para darle vida a los proyectos modernizadores, en especial al de la fabricación de aeronaves para entrenamiento de cadetes en la Escuela Militar de Aviación (EMA)

El general Carlos Antonio Rodríguez Munguía, Comandante de la FAM, ordenó a sus subalternos acercarse y dialogar con toda seriedad con empresarios, universidades, centros de investigación tecnológica dentro y fuera del país para acelerar los proyectos mencionados.

Uno de los acercamientos más llamativos es que el sostuvieron con los creadores del proyecto Pegasus, de la empresa Oaxaca Aerospace, presentado en abril en la Feria Aeroespacial 2017 (FAMEX 2017) en la Base Aérea de Santa Lucia.

El Pegasus es un avión biplaza, con una hélice en la parte trasera, una pequeña ala delantera además de una ala principal trasera; cuenta con una turbina adicional que puede ser usada en caso de emergencia o como evasión en situaciones de combate. El avión está fabricado con materiales compuestos.

De acuerdo con lo explicado a EstadoMayor.mx , las características y prestaciones del Pegasus son similares al avión T-6C, Texan, una de las principales aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, en la actualidad cuenta con más de 40 unidades.

Sin embargo, el costo del avión sería menor, alrededor de 2.5 millones de dólares. También el costo de mantenimiento bajaría ya que se realizaría en nuestro país con manos mexicanas, en vez de enviarlo a otra nación.

Con una velocidad máxima entre los 500 km/hr y 550 km/hr, su velocidad de crucero ronda los 400 km/hr. El costo por hora de vuelo es menor ya que su consumo de combustible es también inferior al de aviones similares.

El asesor del diseño del Pegasus, el ingeniero Oscar Ponce de León, habló en su momento con EstadoMayor.mx y adelantaba que la empresa fabricante del prototipo y la FAM habían firmado un acuerdo de cooperación para que el aparato comenzara a desarrollarse en firme en sus primeras fases en un complejo ya existente en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

En el sur del continente podría consolidarse otro acercamiento de la FAM –y de la industria aeronáutica civil de México– para sacar adelante el proyecto de los aviones. Argentina apunta a ser el mercado más concreto, ya que desde 2015 ha habido acercamientos entre los dos países.

En agosto de ese año, la entonces embajadora de Argentina en México, Patricia Vaca Narvaja encabezó la Primera Misión de la Industria Aeroespacial Argentina en México, en la que empresas de esa nación mostraron proyectos y escenarios de inversión y coinversión.

Hoy le toca al embajador argentino, Daniel Chuburu, afianzar de nuevo esos lazos y ayudar a concretar los avances logrados. Entre las empresas asistentes estaba la Fábrica de Aviones Argentinos (FADEA), golpeada severamente por la crisis financiera y por diversos actos de malos manejos financieros.

El tema con la FADEA es que hoy busca reactivarse a partir de la fabricación de una nueva versión de su otrora exitoso entrenador a reacción, el icónico Pampa, que será rediseñado y construido como Pampa III.

¿Cómo resurgir de las cenizas cuando la empresa no pudo entregar 40 Pampas que ya tenía prometidos para la Fuerza Aérea Argentina en 2014?

La solución está en la intervención e inversión de terceros, en este caso de empresarios mexicanos de los clusters del norte del país, quienes están interesados en comprarle diseños y componentes a la FADEA para construir el Pampa III en tierras aztecas.

El proyecto es por demás ambicioso y busca construir aparatos para venderlos a la FAM, llegando a un acuerdo en el que los ingenieros miliares participarían para insertarse en una dinámica que impulse las capacidades de la DGIM.

Las estimaciones de especialistas indican que la crecente industria aeroespacial mexicana está en condiciones de construir más del 80 por ciento de un aparato de tipo militar como el que requieren las fuerzas armadas.

Los acercamientos de la parte militar en este panorama siguen adelante. La FAM explora escenarios y posibilidades para sacar adelante una agenda que ahora ya marcha contra reloj y cuyos avances son nebulosos, oscuros.

 

Jorge Medellín

@JorgeMedellin95

Estadomayor.mx

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