Los asesinatos de periodistas, la omisión del gobierno, signos de la falla estructural del Estado

México, 2 de junio.- En los peores días de Colombia, cuando todo parecía perdido, cuando los jóvenes emigraban y la violencia mandaba la vida social, comenzaron a asesinar a periodistas.

Y, también, el gobierno comenzó a protegerlos. Los relatos de ese tiempo hablan de la inmensa incomodidad de los reporteros trabajando rodeados de guardaespaldas.

Pese a esto, a lo difícil que es ejercer un oficio como el de periodista rodeado de policías, el mensaje fue recibido con total claridad: al Estado, al gobierno en turno, le importaba la integridad física de los periodistas.

Esto, justamente, es lo que no ha sucedido.

Han pasado semanas del asesinato de Javier Valdez. Y lo que tenemos, los periodistas, es la omisión inmensa de las autoridades. Para resolver, siquiera enfocar el tema del riesgo de los periodistas, así como para encontrar a los culpables.

Otros periodistas, asesinados, corrieron la misma suerte. Cero respuesta del gobierno de la República.

Tema que le corresponde, uno de muchos, al titular de Gobernación.

Tal parece que todos, absolutamente todos en el gobierno de la República, están “entretenidos” en las elecciones del próximo domingo. Y que todo lo demás ha dejado de ser importante.

A lo que debe agregarse el cierre anticipado de este gobierno. A lo que en todas las oficinas públicas consideran ya el final del sexenio. Sin dinero. Cancelando las obras públicas, y también los proyectos. No hay dinero para proteger a los periodistas.

¿A quién le importa? Fuera del discurso oficial, a ninguna autoridad, del Presidente de la República para abajo.

Este 30 de mayo se cumplieron 33 años del asesinato de Manuel Buendía. De una muerte que cimbró las conciencias nacionales, las políticas, las de la sociedad, las del gremio. No solamente porque fue el primero en ser asesinado sino porque fue un reportero que escribió contra la corrupción.

En su momento hubo muchas versiones sobre las razones de su asesinato, una de ellas, muy fuerte, se refería a un crimen político. A un crimen de Estado. A que había sido mandado asesinar por el propio gobierno. Por eso, porque era importante limpiar el rostro institucional, o en su momento descubrir si esto había sido verdad fue que el Presidente entrante, ya habían pasado muchos meses de supuestas investigaciones, Carlos Salinas de Gortari, ordenó que fuese prioritaria esta investigación.

Se nombró a un Fiscal Especial. Y, simplemente, se investigó hasta llegar al responsable. Que era un jefe policiaco, que tenía la confianza de Buendía, que, obviamente, estaba metido con el crimen organizado.

Así, como sucede seguramente con Javier Valdez y con muchos otros compañeros, a Buendía lo mataron por lo que escribía, por lo que podía llegar a descubrir con sus investigaciones periodísticas. José Antonio Zorrilla estuvo muchos años en la cárcel, juzgado y condenado por el asesinato.

¿Eso ayuda? Mucho. Porque la impunidad es el peor mensaje. Para los periodistas que se juegan la vida cada día. Para la sociedad. Para este gobierno. Para la conservación de nuestras libertades.

Esto, lo que está en riesgo más allá de las vidas de muchos periodistas, es lo que no parecen entender en Los Pinos, en Gobernación, en todas las oficinas públicas que han sido, que han venido siendo, omisas en este tema. Y no digamos el regreso a la censura oficial… otro peligro inmenso.

Se trata de dinero. De voluntad política. De hacer las cosas. De cumplir con su responsabilidad.

Y si es cierto que este sexenio “ya se acabó”, ya no hay espacio para ninguna función pública… pues mejor que lo digan, que recojan sus cosas y que se vayan. No podemos, todos, estar jugando al “ya merito”, al “después de las elecciones”… y todavía más grave, a que todo se va a solucionar el “próximo sexenio”…

La autoridad, toda, tiene obligaciones. Y si no puede con ellas que se vaya. El ejemplo de Colombia donde imperó la voluntad social, de todos, sociedad y gobierno, para retornar a la paz, al orden, tiene que ser válido.

Los Estados fallidos no tienen futuro…

 

Isabel Arvide

@isabelarvide

Estadomayor.mx

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