México, 11 de enero.- El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas le respondió al presidente Enrique Peña Nieto con argumentos que tendrían que preocupar al Gobierno. No únicamente porque habla de la “indignación” por el gasolinazo, sino porque se refiere a recuperar a Pemex. Asunto que ninguno había tratado.
Su planteamiento no tiene desperdicio. Y se fortalece cuando vemos los precios a que exportamos e importamos petróleo, la ausencia de una política oficial para crear refinerías, para solucionar el tema de los precios de la gasolina desde su origen. Lo que no se ha hecho en este país.
Junto con Cárdenas han hablado gobernadores, empresarios, eclesiásticos, los mismos senadores que firmaron dicho aumento. Y, excepto el discurso lastimero y equivocado de Navarrete Prida, pocas voces se han elevado en su defensa. Aparte, obvio, de las oficiales. Que no convencen porque en el lado contrario hay realidades contundentes, como que la producción en el campo se incrementa, por el precio del diesel, mínimo en un 20 por ciento. O que casi todo lo que consumimos los mexicanos debe ser transportado.
Somos dependientes de la gasolina. Por eso es tan significativo su aumento.
Lo que pretenden presentar como una medicina amarga, pero necesaria, se ha convertido en la peor crisis política de este Gobierno. Riesgosa, además, porque se da cuando la popularidad presidencial está en los peores niveles. Cuando 7 de cada 10 mexicanos rechazan la medida.
Ya lo preguntamos antes, volvemos a hacerlo: ¿Cómo gobernar con tantos en contra?
Y ahora los gobernadores. Que no se presentaron a la firma del “Pacto”, de medidas que parecen originadas en la fantasía oficial, como la supuesta “repatriación” de capitales.
¿Qué hubiese sucedido si en lugar de Peña Nieto hubiese sido Felipe Calderón quién decretase un aumento a la gasolina, que hubiese coincidido con la mayor devaluación, casi cincuenta por ciento, del dólar? No habrían parado los gritos y las protestas, justo, de los gobernadores. El mismo Peña Nieto se habría manifestado contra el panista.
No hay defensa. No hay argumento que satisfaga.
Y eso que todavía no llega el recibo de la luz con el nuevo aumento. Que todavía no se han tenido que pagar los abonos de las tarjetas de crédito con los aumentos en la tasa de interés.
En contraste, ya no hablemos de una “diputada” parasita como Carmen Salinas que ni siquiera fue electa y gana millones al año por dormirse en su curul, los directivos de Pemex ganan como si fuésemos una potencia petrolera: Un mil 162 millones de pesos al año para pagar a 452 directivos. El director general, José Antonio González Anaya recibe mayores ingresos que el mismo presidente Peña Nieto.
O sea que los mexicanos, nuestros impuestos, le estamos pagando a directivos de una empresa quebrada que no puede vendernos gasolina al precio de Estados Unidos, una empresa que ha fracasado…
Esta incongruencia, este desfase brutal, tan agraviante como los vales de gasolina, o los millones de pesos que está gastando el PRI para un anuncio aburrido, mal hecho, donde su líder “chacotea” pidiendo amor y paz, es la que hierve la ira de millones de
mexicanos.
La percepción popular de tener un Gobierno que actúa en su contra, va a ser definitiva en las próximas elecciones. Y así se abre, en este caótico inicio de año, una interrogante todavía más peligrosa: ¿Por qué razones, a favor de quiénes, van a votar los mexicanos que eligen gobernador? Los que viven en Ecatepec pueden ver la realidad igual que quienes viven en zonas residenciales conurbadas a la Ciudad de México…
Votar con las tripas lastimadas es un riesgo inmenso para las instituciones que tanto trabajo ha costado construir. Pero así será, y así cambiará la realidad política de la Nación.
En los próximos días el Gobierno necesita, con urgencia, sumar voces. Sumar a los gobernadores. Sumar a los líderes sociales. Sumar a las voces de la Iglesia. Sumar a los empresarios. Sumar a los mexicanos. Pero no parece saber cómo hacerlo. Y esta incapacidad va a provocar un vacío, una crisis ya no de gobernabilidad sino de autoridad moral que puede ser gravísima…
Isabel Arvide
@isabelarvide
Estado Mayor MX
