Cuarteleras

México, 11 de julio.- En Coahuila, una de las entidades más golpeadas por la corrupción y el narcotráfico, el gobierno estatal y la Sedena intentarán dar pasos firmes para lograr un inopinado acercamiento con una ciudadanía masacrada por la delincuencia y en ocasiones por los abusos militares, navales y de los cuerpos policiales de élite de ese estado.

Este martes 12 de julio, alrededor de la mitad de las tropas desplegadas en la XI Región Militar ubicada en Saltillo, Coahuila, y que está bajo el mando del general de División Uribe Toledo Sibaja, realizarán un inusual desfile miliar y una parada aérea sin que exista fecha histórica qué conmemorar.

El desfile se realizará más bien en el marco de la exposición itinerante La Gran Fuerza de México, que está montada en Piedras Negras, Coahuila, desde hace casi un mes.

El evento, que es promovido por el Gobierno del Estado de Coahuila, por la alcaldía de Piedras Negras y por la Sedena, dispondrá de la mitad de sus fuerzas desplegadas en los dos estados que conforman la XI Región Militar (Chihuahua y Coahuila).

De acuerdo con la Defensa Nacional, en la XI RM hay alrededor de 7 mil 200 militares distribuidos por grado de la siguiente manera: 28 generales, 175 jefes, 827 oficiales y 6 mil 140m de tropa, para un aproximado de 7 mil 170 efectivos.

Los datos son aproximados, porque en mayo de este año comenzaron a llegar a Piedras Negras 700 efectivos a lo que serán las instalaciones del nuevo Regimiento Motorizado que operará en esa ciudad.

Los anuncios del gobierno coahuilense señalan que en el desfile y parada aérea participarán 3 mil militares, decenas de aeronaves y cientos de vehículos artillados. Para no causar un desajuste en la logística militar de la XI RM, el general Toledo movilizará tropas de la 5a Zona Militar (Chihuahua, Chihuahua), de la 6ª Zona Militar (Saltillo, Coahuila) y de la 42° Zona Militar (Hidalgo del Parral, Chihuahua).

El inusitado desfile comenzará a las ocho de la mañana y pasará sobre las principales avenidas de la ciudad de Piedras Negras.

 

Cosas en el cielo

El martes 5 de julio, los radares civiles registraron una inusual actividad desplegada en poco más de media hora y que abarcó el despegue de uno o dos aparatos desde el aeródromo de la FAM, en Santa Lucía, con rumbo aparentemente definido hacia Baja California, pero que terminaron su viaje en un punto inesperado.

Los radares registraron la salida de el o los aparatos y su paso sobre Toluca, luego su vertiginoso ascenso hasta alcanzar los 43 mil pies de altitud y una velocidad de crucero de 516 nudos (alrededor de 815 kilómetros por hora y acelerando).

El aparato voló en ruta directa hacia un Gulfstream que zurcaba los cielos de Jerez, en Zacatecas, y se dirigía a la península de Baja California. Todo indicaba que se trataba de una intercepción urgente, porque el o los aviones alcanzaron al Gulf pero luego parecieron escoltarlo.

Esto duró solo unos minutos porque el Gulfstream viró hacia Guadalupe y Calvo, luego hacia Puerto Peñasco, en Sonora, y después hacia la península, llegando finalmente a Tijuana.

En tanto, los aparatos, que ya habían disminuido su velocidad a las 428 nudos y descendido unos cuantos metros, enfilaron hacia Cananea, luego hacia Nogales y entraron a los Estados Unidos volando sobre Tucson, Arizona, para aterrizar, aparentemente, en Phoenix.

Los que saben de estas cosas dicen que en México solo los F-5E de la FAM pueden volar a esa altura y velocidad, pero ¿por qué acabaron en territorio norteamericano?

Redacción

Estado Mayor MX

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