Egipto: el Ejército es el que manda

Ejército egipcio. Foto: EspecialMéxico, 2 de agosto.- ¿Para qué está el Ejército? ¿Para salvaguardar la soberanía de un país o para gobernar o colocar en el poder al mandatario que defienda sus intereses? Y es que mientras el Ejército Mexicano celebra 100 años de existencia, en los cuales ha sido leal al gobierno en turno, en naciones como Egipto la situación es crítica por las diferencias en el poder, y las muertes y el derramamiento de sangre es una constante como consecuencia de los enfrentamientos entre civiles y militares.

En nuestro país la última vez que el Ejército encabezó un golpe de estado fue en febrero de 1913, cuando comandados por Victoriano Huerta las fuerzas castrenses derrocaron al Presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez. A raíz de ese acontecimiento, al cual se le conoce como la Decena Trágica, el XXII Congreso Constitucional de Coahuila emitió el 19 de febrero de 1913, el decreto 1421, en el que desconoció a Huerta como Jefe del Ejecutivo y al mismo tiempo le concedió a Venustiano Carranza, mandatario de la entidad, facultades extraordinarias para armar fuerzas y se exhortó a gobernadores de los demás estados, así como otras fuerzas federales para que apoyaran el acto, con lo cual nacería el Ejército Constitucionalista, que enfrentó a las instancias federales.

Desde entonces ya no ha habido sublevación contra algún presidente en México, de hecho, en estos 100 años, nuestro país es el único en América Latina que no ha sufrido un golpe de estado, amén de que el Presidente de la República es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, mismas que en cada inicio de sexenio le juran lealtad, obediencia y respeto.

Sin embargo en países como Egipto, la situación del Ejército es completamente diferente, y es que desde que se estableció el periodo republicano en 1953, en 60 años ese país ha visto gobernar a sólo cuatro presidentes, siendo el periodo de Hosni Mubarak, quien asumió el poder el 14 de octubre de 1981, una dictadura disfrazada de república semipresidencialista; autocracia sería el mejor calificativo. Dicen los críticos en el mundo que el pueblo egipcio ha pagado las consecuencias de gobiernos malos y represores. Y es que Mubarak se mantuvo en el cargo 29 años y ocho meses, ganando cinco elecciones, solapado y apoyado por las fuerzas militares.
Censura, discriminación, hambre, desempleo, inseguridad y demás problemas sociales terminaron poco a poco con la paciencia del país africano con la mayor cantidad de árabes en el mundo. Las protestas y manifestaciones se incrementaron en 2011, apareció la llamada Revolución Egipcia, ante la cual el Ejército ya no pudo hacer caso omiso y colaboró en el derrocamiento de Mubarak, quien oficialmente renunció a la presidencia de ese país el 11 de febrero de 2011.

Las Fuerzas Armadas de Egipto constituyeron un consejo militar de gobierno, el cual estuvo al mando de la nación africana y convocó a nuevas elecciones, las cuales fueron ganadas por Mohamed Morsi, del Partido Libertad y Justicia, quien asumió el cargo de presidente de la República Árabe de Egipto el 30 de junio de 2012.

 

El ultimátum del Ejército egipcio

Desafortunadamente la tranquilidad en Egipto duró poco, en noviembre aparecieron otra vez las inconformidades y tras una tensa calma llegaron a lo más alto el 29 de junio pasado, cuando millones de personas se congregaron en la Plaza de la Liberación exigiendo la dimisión de Morsi.

Ante la magnitud de la protesta, el jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto, Abdul Fatah al-Sisi, declaró un ultimátum para la renuncia del gobierno y dio a los partidos políticos del país hasta el 3 de julio para responder a las demandas del pueblo egipcio. El Ejército también amenazó con intervenir si el conflicto no se resolvía para ese entonces. “Si las demandas de la gente no se realizan en el periodo definido, entonces corresponderá (a las Fuerzas Armadas) anunciar una hoja de ruta para el futuro”, advirtió Abdul Fatah al-Sisi. A final de cuentas, a las 17:00 del 3 de julio Mohamed Morsi fue derrocado, siendo nombrado Adli Mansour, presidente provisional de Egipto.

En entrevista con CNN Chile, el analista internacional Andreas Feldmann, profundizó en el origen del golpe de estado en Egipto, asegurando que la clave fue el descontento contra la administración de Mohamed Morsi, a partir de la mala situación económica en el país, además de los altos niveles de inseguridad. Feldmann además destacó que las Fuerzas Armadas son “un actor muy importante de la historia de Egipto” y después de las elecciones “está presente como una especie de visor” que finalmente “tomó el poder” ante un gobierno de Morsi que heredó un pésimo escenario económico, pero “no fue capaz de generar movimientos de mayor consenso de una situación complicada en lo social, económico, político”.

La situación en Egipto es grave, las protestas y enfrentamientos de los simpatizantes de Morsi con los militares ha dejado cientos de muertos y heridos. Tal vez para fin de año haya un nuevo gobierno, pero nadie garantiza si el escenario será diferente.

Sin duda en México estamos muy lejos de vivir esta situación, el Ejército es respetado y reconocido por su labor de apoyo y protección a la ciudadanía, independiente de su lealtad al gobierno. En Egipto, en cambio, las Fuerzas Armadas son las que históricamente han “gobernado” a esa nación.

 

Luis Enrique Gutiérrez

@LuisE_Gutierrez

Estado Mayor

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