México, 10 de mayo (Milenio).- ¿A qué grado ha llegado la descomposición social en las entidades emblemáticas de narcoviolencia?
Como se vio antier en MILENIO Televisión y se leyó ayer en este diario, son cada vez más los menores de edad que torturan, asesinan y profanan los cuerpos de sus víctimas, efectivos de la Secretaría de Marina en este caso.
La clase política, entre tanto, sigue siendo incapaz de ver más allá de sus intereses y sigue sin aprobar leyes que den al Estado los elementos que se requieren hoy para ir contra quienes reclutan, inclusive, niños de 12 años.
¿Ni siquiera un preciso marco legal a las fuerzas armadas, cuando el que rige corresponde casi a cuando se imaginaba que la Tierra era plana?
La omisión diputadil en la aprobación de una nueva Ley de Seguridad Nacional solo beneficia a los delincuentes.
Qué bueno que, en protección de la sociedad, se establezcan cada vez más medidas restrictivas para la actuación de las fuerzas federales, pero no hay reglas claras para saber lo que pueden o no hacer contra el crimen, este sí, organizado.
Carlos Marín
El Asalto a la Razón
Milenio
