México, 4 de marzo (Excélsior).- Pese a los esfuerzos realizados, el estado de Guerrero es, sin duda, el que más cerca se encuentra de una pérdida real de gobernabilidad: las policías locales están profundamente corrompidas, las áreas de seguridad parecen estar sobrepasadas por grupos delincuenciales, armados, políticos, caciquiles, que en más de una ocasión terminan emparentados entre sí o impulsados por aparentes enemigos para imponer sus propias condiciones. Y las autoridades están apostando a diversas medidas publicitarias para mejorar la percepción, pero éstas se derrumban cada vez que se topan con la realidad…nota completa.
Jorge Fernández Menéndez
