México, 9 de febrero.- La imagen oficial de Presidencia envió la imagen del presídium oficial en el Aniversario de la Marcha de la Lealtad, primera aparición pública de Enrique Peña Nieto como comandante supremo de las fuerzas armadas junto al titular de la Sedena, general Salvador Cienfuegos, tuvo siempre al general Enrique Cervantes Aguirre detrás.
Y, en momentos, también al general Jaime Contreras.
Ambos retirados, su presencia precisamente en ese espacio privilegiado, con un significado inmenso hacía el interior del Ejercito. Si asistieron otros jefes militares de alto rango y fueron colocados en esa segunda fila, con algunos integrantes del Gabinete Presidencial como Enrique Martínez y Martínez, no se vio.
En cuanto a medios de comunicación, que no reconocen al general Contreras ni saben la inmensa paradoja de su presencia tan cerca del general que le “ganó” literalmente la “cuarta estrella” en el sexenio de Ernesto Zedillo, la imagen contundente que borró hasta el rostro del ayudante militar del Presidente, fue la del exsecretario de la Defensa Nacional.
Una reaparición que cimbró al uniforme militar. Y que tendrá muchas traducciones en los próximos días.
Para nadie es un secreto que el general Secretario, Salvador Cienfuegos, es cercano a Cervantes Aguirre, lo ha sido siempre… de ahí a ponerlo a su lado, literalmente, en su primera aparición pública, en su discurso formal, en su gran mensaje primero como general de cuatro estrellas… hay una distancia inmensa.
Si hubo ingenuidad en esto… Si no se cuidó la distribución de lugares en el presídium… si no se pensó que la transmisión oficial de SEPROPIE angostaría la imagen hasta solamente introducir a Cervantes Aguirre… es otro tema. En los hechos parece una intencionalidad del general Cienfuegos darle este inmenso espacio a Cervantes Aguirre.
¿Por qué lo hizo?
Es buena pregunta. Y solamente puede contestarla mi general Cienfuegos.
A lo mejor fue una simple cortesía, un arropamiento, un mensaje fraterno hacía quien fue su jefe… pero yo no lo creo ni lo puedo ver así. Tal vez la invitación se hizo también al general Antonio Riviello, el otro extitular de la Sedena vivo además del general Vega que se insiste en su deteriorada salud mental…
Puede ser que hubiese otros jefes militares de alto rango en ese presídium pero las cámaras de televisión no los mostraron en ningún momento. Todo fue Cervantes Aguirre por su colocación estratégica, y en algunos ratos Jaime Contreras con lentes oscuros.
¿Es el regreso de Cervantes Aguirre? ¿Puede, y debe, el general Salvador Cienfuegos traerse esa sombra a su ámbito de mando y poder militar?
¿Quién gana qué con la irrupción de Cervantes Aguirre en estos actos protocolarios, de cara al primer mandatario que lo saludó familiarmente porque estaba obligado al tomar su lugar en el presídium?
No habrá en los corrillos políticos militares otra referencia al Aniversario Cien de la Marcha de la Lealtad que esta presencia de Cervantes Aguirre. Para bien, para mal, para todo lo que se ofrezca. Si esto contribuye a fortalecer el liderazgo interno del general Salvador Cienfuegos, yo soy de la opinión de que no era necesario. Si esto ayuda a cerrar heridas internas, quién sabe…
Si fue simplemente un acto de amistad, de cortesía, de generosidad con el general Cervantes Aguirre que según me dijo José Antonio González Fernández, y debe estar enterado por su cercanía, está gravemente enfermo, sólo lo sabe a ciencia cierta Cienfuegos.
Isabel Arvide
Estado Mayor
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