Explosión de coche bomba exhibe el poder paramilitar

México, 9 de diciembre.- La táctica terrorista empleada con el coche bomba que explotó al mediodía del sábado 6 de diciembre en el centro del municipio de Coahuayana, en la costa de Michoacán, generó pánico entre la población civil del lugar donde hasta el lunes se contabilizaban seis muertos y 11 heridos. La dimensión de la explosión mostró que el uso de explosivos en este tipo de atentados escaló a otro nivel. Las primeras hipótesis apuntan a mercenarios extranjeros con preparación militar y conocimientos técnicos en el uso de materiales explosivos al servicio del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuya presencia en la zona fue documentada desde mayo pasado.

Un informe del Comité Especializado de Alto Nivel en Materia de Desarme, Terrorismo y Seguridad Internacional (CANDESTI), organismo intersecretarial del Gobierno Federal encabezado por Gobernación y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), advirtió desde hace tres años que el municipio de Coahuayana, ubicado en los límites de Michoacán con Colima en la costa del Pacifico, estaba entre los 10 municipios de “alto riesgo” en el uso de artefactos explosivos de “alto impacto”. El documento fechado en 2022 advertía que la evolución tecnológica en la confección de bombas con sistemas de detonación a distancia, sistemas de entrega mediante drones y tipo mina antipersona, se habían generalizado en la región que abarca Aguililla, Chinicuila, Aquila, Coalcomán, Tepalcatepec y Buenavista, entre otros. La preocupación que se dejó entrever con el análisis de los datos que mostraban el incremento en el uso de artefactos explosivos improvisados, se basaba en que el tráfico de materiales explosivos contemplaba también químicos, biológicos, incluso radiactivos.

La detonación del coche bomba el pasado sábado 6 de diciembre en las inmediaciones de la base de la Policía Comunitaria de Coahuayana, una corporación con fuerte arraigo como autodefensa frente a grupos de la delincuencia organizada desde el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), confirmó la preocupación por la escalada violenta que vive Michoacán, estado convertido en un escenario de guerra asimétrica entre grupos criminales y fuerzas federales, donde el atentado terrorista del sábado había dejado hasta el lunes 8 de diciembre seis muertos y 11 heridos.

Las primeras hipótesis señalaron que la camioneta donde se transportaban los explosivos camuflados en un cargamento de plátanos, explotó con todo y el chofer que iba con un acompañante, dos de las víctimas según las autoridades locales, permanecían en calidad de desconocidas mientras que cuatro más eran policías comunitarios que estaban en el perímetro de la detonación y fallecieron en el hospital. La explosión ocurrió el sábado a las 11.40 horas frente a la sede de la policía en la avenida Rayón, en el centro de Coahuayana, y abarcó un perímetro de 300 metros de forma horizontal y 50 de manera vertical. El poder de la detonación sería una de las más fuertes de las que se tenga registro entre los 20 ataques con coches bombas que se tienen contabilizadas a grupos del crimen organizado del año 1994 a la fecha.

Coahuayana es un municipio que está dentro de la jurisdicción del 65 Batallón de Infantería, colinda con Tecomán, Colima, donde opera el 88 de infantería. Ambas unidades pertenecen a zonas militares diferentes, el de Michoacán está en el área de la 43 de Apatzingán, mientras el otro responde a la 20 zona de Colima.

La importancia estratégica de Coahuayana para el crimen organizado estriba en su posición geográfica que permite el paso de precursores químicos que llegan vía marítima para abastecer laboratorios que se ubican en la región serrana de Chinicuila, Coalcomán y Aguililla. El municipio fue de los primeros centros de operación de la familia Valencia, conocidos como “los Cuinis”, cuñados de Nemesio Oseguera Cervantes “el Mencho”, líder del autodenominado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), organización a la que los integrantes de la policía comunitaria atribuyeron la autoría del coche bomba.

¿COLOMBIANOS O GUATEMALTECOS?

La huella del paramilitarismo en la costa michoacana con mercenarios de origen colombiano y guatemalteco, con instrucción militar en sus países de origen y conocimientos técnicos en el uso de explosivos y equipos especiales, quedó documentada de manera pública en mayo pasado cuando fuerzas especiales de la Marina lanzaron una operación especial en la región aledaña a Chinicuila contra el grupo que encabeza Abraham Jesús Ambriz Cano, conocido como “el Yogurt”, cabecilla de una célula del CJNG. En aquella operación que duró varios días donde hubo 12 muertos, se decomisaron artefactos explosivos improvisados, armamento, granadas y se detuvo a nueve personas la mayoría extranjeros de origen colombiano.

El nombre de Ambriz Cano volvió a ser mencionado esta segunda semana de diciembre por las autoridades de Coahuayana como el principal sospechoso de ser el autor intelectual detrás del ataque con el coche bomba. Tiene los recursos y se sabe que entre los integrantes de su célula hay militares extranjeros con conocimientos en el uso de explosivos, dijo a este Blog una fuente militar que pidió reservar su identidad.

Hasta el lunes las autoridades no habían informado si el chofer de la camioneta y su acompañante que transportaban los explosivos actuaron como “kamikazes” o fueron víctimas colaterales del suceso. Solo dieron a conocer que el vehículo ingresó por la carretera federal 200 en el tramo Colima- Lázaro Cárdenas, escoltado por cuatro individuos que viajaban en dos vehículos. El lunes se difundió un video en redes sociales donde se aprecia la unidad que es seguida por una suburban blanca de vidrios polarizados. En el trayecto no aparece una sola patrulla de la Guardia Nacional, ni de la Policía Estatal, nadie los molesta hasta que llegan a su destino. De la suburban descendieron dos individuos y fue una de los vehículos que quedó destrozado por la explosión. El radio de acción destruyó una panadería, una nevería, una farmacia, una carnicería entre otros negocios del primer cuadro de la comunidad. También afectó al hospital comunitario y dañó varios vehículos estacionados a las afueras de las instalaciones de la policía que tuvo daños en la fachada.

La Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana desplegaron personal en la zona en apoyo a las diligencias que equipos especiales de la Fiscalía General de la República realizaron en el área del atentado. Personal del Grupo de Respuesta a Emergencias (GRE), perteneciente al agrupamiento de Fuerzas Especiales, se desplegó en el terreno como parte de las primeras medidas que se tomaron para asegurar el lugar. El GRE tiene como misión realizar operaciones para prevenir y proteger la vida de las personas ante amenazas de tipo terrorista, el personal que apareció en algunas de las imágenes difundidas por las autoridades portaba equipo especial, como el que usa el escuadrón de búsqueda, localización, y desactivación de artefactos explosivos improvisados.

Juan Veledíaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx

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