Chiapas: Waterloo del sexenio

Bombardeo con drones a cuarteles del Ejército, civiles utilizados como “escudos” contra soldados por parte de los bandos criminales en disputa territorial, desplazamiento forzado de miles de habitantes de zonas rurales y otros más que se han refugiado en Guatemala. Chiapas como coladera de migrantes pertenecientes a las pandillas más violentas de América Latina, la región como “nicho” de negocio criminal para mercenarios al servicio de los carteles de la droga. El sexenio deja al estado en medio de un conflicto criminal con ingredientes que no existen en otras partes del país. 

Anuncios
Foto Cortesía Chiapas Paralelo

México, 2 de septiembre.- El epicentro del conflicto entre grupos criminales es toda la franja fronteriza de cinco municipios chiapanecos que van de Frontera Comalapa a Benemérito de las Américas, dentro de la jurisdicción de la 39 zona militar con cuartel en Ocosingo, al mando del general de brigada Juan Torres Torres, quien llegó en enero del 2023 a Chiapas. Al iniciar septiembre los reportes de pobladores del municipio de Benemérito de las Américas son que se registran enfrentamientos desde hace varios días entre grupos armados identificados con el Cártel de Sinaloa (CDS) y sus antagónicos autodenominados como Cartel de Chiapas y Guatemala (CC y G), quienes son grupos que se escindieron del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los choques son en las calles, se han extendido a las montañas aledañas y tienen tomados los caminos. Nadie entra, nadie sale. 

De acuerdo con estos reportes el Ejército ha detenido gente armada del CDS que estarían “muy diezmados, otros huyeron de la zona y los pocos que quedaron le están haciendo frente a las incursiones del CC y G”. La estimación de gente que ha salido de esa zona huyendo de la violencia, es que es cuestión de poco tiempo para que el CC y G se haga con el control de la cabecera municipal de Benemérito. “El Cartel de Chiapas y Guatemala se metió hasta Benemérito gracias a que el Ejército les limpió el camino”, dice un habitante de la zona. 

De momento los enfrentamientos en Chicomuselo, otro de los municipios clave en el conflicto por su posición de paso obligado en la ruta de Concordia a Frontera Comalapa, es de tensa calma, sin enfrentamientos en estos primeros días de septiembre después de varias semanas de choques que originaron desplazamiento forzado de habitantes de comunidades rurales. Los lugares donde las balaceras continúan a toda hora son Lázaro Cárdenas y Emiliano Zapata, comunidades de las que se sabe muy poco de lo que ahí ocurre. 

En la zona de enfrentamientos operan tres Compañías de Infantería No Encuadrada (C.I.N.E.), la 15 en Frontera Corozal, la octava en Chajul y Flor de Cacao, la 12 en Puente Ixcán y Flor de Café, y los batallones 38, 91 y 101 de infantería en Las Margaritas, Trinitaria y Frontera Comalapa. 

La séptima región militar con sede en Tuxtla Gutiérrez está al mando del general de división José Joaquín Jiménez Cueto, abarca cinco zonas militares distribuidas en Tabasco (la 30 zona en Villahermosa, la 38 en Tenosique) y en Chiapas( la 31 en Rancho Nuevo, la 36 en Tapachula y la 39 en Predio Toniná, Ocosingo). El estado de fuerza hasta principios del 2023 era por parte del Ejército de 12 mil 35 efectivos, mil 390 efectivos de la Fuerza Aérea, sumando 13 mil 715. Por parte de la Guardia Nacional había tres mil 345 efectivos en Chiapas y mil 648 en Tabasco. En ambas entidades están desplegados 11 batallones de infantería, tres Regimientos de Caballería Motorizados, un Regimiento de Artillería, 1 batallón de Ingenieros de Combate, 1 Grupo de Morteros cal 81 mm., un Grupo de Cañones y cinco compañías de Infantería No Encuadrada (C.I.N.E.). 

Punto geoestratégico clave

En esta región a lo largo del sexenio se conjugaron factores como crisis migratoria, disputa criminal por control territorial, corrupción política en los poderes locales, tropas al mando de oficiales con poca experiencia operativa, el caso del general Torres Torres quien ascendió a general de brigada hace poco más de un año es considerado un ejemplo, ya que venía de labores administrativas como subdirector de Infantería y llegó a una de las comandancias de zona más conflictivas del país. 

Algunos analistas señalaron que desde 2022 en Chiapas había un conflicto armado de perfil criminal no subversivo, pero sí con objetivos de dominio territorial. Los grupos delincuenciales que operan como franquicias del CDS y antes del CJNG hoy CC y G, impusieron como métodos para formar sus grupos armados el reclutamiento forzado, el secuestro de migrantes para adiestrarlos con mercenarios llegados de Centroamérica como el caso de ex kaibiles. 

En la primavera de este año un contingente de 12 militares norteamericanos equipados y armados impartieron un curso a militares mexicanos en Puerto Chiapas, como parte de un programa que finalizó el 25 de junio llamado “Entrenamiento de Ejercicios Combinados Conjuntos”, donde participaron como parte de la Mesa Redonda de Cooperación Militar Bilateral (BMCR por sus siglas en inglés) dentro del objetivo de “Desarrollar y compartir panoramas operacionales comunes” entre las fuerzas armadas mexicanas y el Comando Norte estadounidense. 

La importancia estratégica del estado de Chiapas quedó clara para los vecinos del norte cuando a principios de este verano ocho militares estadounidenses comenzaron con efectivos de la Armada de México el curso de adiestramiento para “fortalecer la capacidad de las fuerzas de operaciones especiales de la Semar” que concluyó semanas después en Puerto Chiapas. La presencia de militares estadounidenses se dio mientras los choques entre grupos criminales se intensificaron en comunidades de Frontera Comalapa como Chamic, y en Frontera Corozal, distantes a más de 200 kilómetros de un punto a otro en la zona limítrofe con Guatemala. En esta región comienzan la ruta del Golfo y la del centro, ambas de vital importancia para el tráfico de droga, armas y migrantes ilegales que alimentan la economía criminal en Veracruz en el primer caso, y Oaxaca en el segundo. 

Antes de las comunidades fronterizas están los 17 municipios de la región de los Altos de Chiapas, donde la dinámica criminal se caracteriza porque los grupos armados que ahí operan han recibido entrenamiento paramilitar. En otras zonas como Tapachula, Ciudad Hidalgo y Palenque, la pandilla Mara Salvatrucha tiene células activas que se cruzan con presencia de kaibiles desertores que operan para uno de los grupos que disputan la zona. En un reporte reciente dado a conocer por El Sol de México, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) identificó a 11 pandillas de América Latina que han usado esta región de Chiapas para ingresar a territorio mexicano y dirigirse a la Unión Americana camuflados como migrantes. Entre los grupos delictivos de alto impacto por su tamaño, recursos que manejan y nivel de violencia que caracteriza a sus integrantes están la Mara Salvatrucha, con presencia en El Salvador, Honduras y Guatemala; Comando Rojo de Brasil; Tren de Aragua de Venezuela; y los Chaneros de Ecuador. Entre 2022 y 2023, 43 integrantes de estas pandillas fueron detenidos en la frontera del lado estadounidense, mientras que en Chiapas el Instituto Nacional de Migración (INM) reportó el arresto de 46 pandilleros pertenecientes a alguna de estas organizaciones. 

Choques y bombardeos 

“Existen factores como el narcotráfico, el tráfico de personas, estupefacientes, armamento y diversas mercancías ilícitas, que deterioran la seguridad, aunado a los numerosos pasos informales, porosidad de la frontera y la escasa vigilancia de autoridades, que facilitan a integrantes de la delincuencia organizada a desarrollar sus actividades con impunidad”, dice un documento militar titulado “VII Región Militar. Panorama Situación de la Frontera Sur”, fechado en 2022. Lo que el documento resume no ha cambiado dos años después, por el contrario, se han añadido otros factores que se habían presentado en otros estados como Michoacán y Guerrero como es la utilización de drones artillados.

El pasado 20 de agosto las instalaciones militares en Chicomuselo, sede del 101 batallón de infantería fueron atacadas con drones artillados sin que se reportaran muertos. El ataque vino después de que el Ejército liberara bloqueos en Jaltenango en medio de la tensión originada por el incremento de las hostilidades entre los bandos que se disputan las rutas, comunidades y economía criminal de la región. 

El conflicto reactivó a un grupo que se presentó a principios de agosto como ex integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que por video mensaje anunciaron que defenderán a las comunidades de Chiapas desplazadas por organizaciones criminales que se disputan los territorios donde se dio el levantamiento indígena hace 30 años. 

Se presentaron como autodefensas, formado por mujeres y hombres, quienes se pronunciaron contra el asedio de las bandas criminales que ha dejado docenas de comunidades fantasmas en al menos 10 municipios de la región. 

La presencia de este grupo, del que no se tenía registro desde hace algunos años, se sumó al escenario del conflicto social donde la población quedó a merced de los grupos criminales convirtiendo a Chiapas en el epílogo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. 

Juan Veledias / @velediaz424 / EstadoMayor.mx

Anuncios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *