Ruptura por falta de pago en Tamaulipas

Con un incremento de la violencia en 75 por ciento en los primeros tres meses del 2018 comparados con el mismo periodo del año pasado, la situación en Tamaulipas pinta para empeorar en el cierre del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. En días pasados se hizo oficial la salida de las últimas tropas del ejercito de la entidad, las cuales venían de otras partes del país a reforzar las labores de seguridad, lo que encendió los focos rojos en las cámaras de comercio, organizaciones civiles y empresariales, ante el repunte de los índices delictivos en gran parte de los municipios. Frente al “vacío de poder” que perdura ante el auge de bandas armadas que tienen controladas amplias zonas del estado, el que la Sedena se quede solo con las unidades orgánicas, podría hundir más la gobernabilidad del estado.

México, 21 de mayo.- Alrededor de dos mil efectivos del ejército, una brigada completa, fueron retirados de las calles de Tamaulipas en las últimas semanas al no cumplir el gobierno del estado la parte que le corresponde del convenio de coordinación en materia de seguridad con la secretaría de la Defensa Nacional.

En medio de acusaciones de que los elementos castrenses tienen “bajo desempeño” o “acuden tarde” a los llamados de emergencia, el gobierno que encabeza el panista Francisco García Cabeza de Vaca dejó de pagar los 25 millones de pesos mensuales que forman parte del acuerdo para la operación y logística de las tropas que desde el año 2011 realizan labores de seguridad en la entidad.

Fuentes castrenses señalaron que la penetración del crimen organizado en la policía estatal y en la fiscalía del estado, así como en gran parte de las corporaciones municipales, ha hecho que mandos del ejército tengan sus reservas para compartir información y llevar con cautela sus misiones.

Cuando en el año 2011 el gobierno del entonces mandatario Egidio Torre Cantú firmó el convenio con la Sedena, en los primeros días de casa mes se cubría el pago para no afectar la operatividad de las tropas las cuales venían de otras entidades del país. Desde que el pasado mes de abril la actual administración dejó de depositar el recurso, la Sedena decidió regresar a sus efectivos a las bases del país a las que pertenecen.

El convenio incluía que los militares realizaran labores de seguridad entre las que destacan asumir funciones de policía estatal y tener presencia con agentes en 22 de 43 municipios tamaulipecos.

Tras el retiro de las tropas foráneas, la orden del general de división Luis Cresencio Sandoval González, comandante de la cuarta región militar, que comprende los estados de Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí, fue de continuar la labor de apoyo a la ciudadanía con unidades de la octava zona con sede en Reynosa, en ésta ciudad así como Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Matamoros, donde se han concentrado gran parte de los 237 asesinatos que se registraron en el primer trimestre del 2018. De acuerdo a estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cifra se incrementó 75 por ciento más en comparación al mismo periodo pero del 2017.

El retiro del ejército estaba contemplado al finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto, la salida adelantada pone en entredicho la viabilidad del plan de construir tres campos militares en la entidad así como un cuartel proyectado en el municipio de Hidalgo, cuya ubicación estratégica ayudaría a tener mayor capacidad de respuesta a eventos violentos en la zona que va de Reynosa a Nuevo Laredo, dijo la fuente militar consultada que pidió no ser citada con nombre ni rango.

Visos de ruptura

En marzo pasado mil 400 efectivos pertenecientes a los batallones 11 de infantería que venía de su base en Mérida, Yucatán, y el 101 de Chicoasen, Chiapas, comenzaron a abandonar Tamaulipas sin que fueran relevados. Su área de operaciones había sido la zona norte del estado en apoyo a la seguridad en la frontera, donde las disputas entre las bandas armadas se incrementaron tras la ruptura al interior de las dos organizaciones criminales hegemónicas.

A principios de abril pasado un avión Hércules de la Fuerza Aérea despegó de Tampico con destino a la ciudad de México, imagen que fue registrada por medios locales, con lo que se dio el segundo registro de la salida de tropas de la entidad. En ese momento no se informó del motivo, políticos locales como el diputado federal Edgar Melhem Salinas adelantaron que se debía a que no se renovó en convenio de seguridad.

Con la finalización adelantada del convenio, la presencia militar quedaría a cargo de alrededor de tres mil 500 efectivos dispersados en Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Tampico y Mier. Esto implica que las cuatro zonas de acción en que se dividió el estado cuando en mayo del 2014 el entonces secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong anunció el relanzamiento de la estrategia de seguridad, desaparecerían.

Dos de las zonas, la centro y sur habían estado a cargo del ejército, mientras la región frontera y costa eran responsabilidad de la marina. En las cuatro se habían registrado en los últimos dos años enfrentamientos constantes y detenciones de cabecillas de bandas locales.

Tocará al general de brigada Adelfo Castillo López, comandante de la octava zona militar con sede en Reynosa, llevar el mando en el cierre del sexenio en esta zona del país donde desde hace más de una década el crimen organizado se hizo con el control del territorio y se infiltró en el gobierno.

 

Juan Veledíaz

@velediaz424

Estadomayor.mx

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