México, 19 de septiembre (Reforma).- En 1997, siendo Gobernador interino, Ángel Aguirre prometió, tras el paso del huracán “Paulina”, que impediría “con mano dura cualquier nuevo asentamiento fuera de la ley” en la zona afectada y donde se ubican humedales en Acapulco; hoy, esa área, está bajo el agua.
Nuevos asentamientos han sido construidos en zonas de humedales en la ciudad. Empresas como Geo, Ara y Homex han edificado conjuntos residenciales en Llano Largo, así como en las inmediaciones de la laguna de Tres Palos, y planean levantar más.
Tras el paso de la tormenta tropical “Manuel”, se puede observar desde la Avenida Escénica que la zona inundada se encuentra entre dos lagunas -la Negra y Tres Palos-, el mar, así como los brazos del río La Sabana, en Llano Largo.
Ambientalistas consultados por Grupo Reforma consideraron que gran parte de las afectaciones provocadas por las lluvias del fin de semana se pudieron evitar si las autoridades no hubieran permitido la construcción de zonas habitacionales en las áreas de humedal.
“Son años y años de lucha, pero las autoridades no hacen caso porque están coludidas con los grandes empresarios y no les importa la naturaleza. Lo que han hecho en esa zona es un ecocidio”, sostuvo Robin Sidney, defensora del medio ambiente.
Organizaciones ambientalistas advirtieron sobre los riesgos; sin embargo, los Gobiernos municipales han aprobado, a través del Cabildo, el cambio de uso de suelo en zona de humedales para la construcción de conjuntos residenciales, por lo que a finales de los años 90 comenzó la edificación.
“Y ahora se quejan, la naturaleza reclama su propiedad, por eso sucede lo que sucede ya son tres veces, con ‘Paulina’, ‘Henriette’ y ahora estas lluvias”, señaló Sidney.
Para la organización no gubernamental Guerreros Verdes tanto empresarios como el Gobierno estatal son los principales depredadores de la naturaleza y sólo les importan los intereses económicos.
Los activistas coincidieron en que la primer construcción indebida en la zona es el Aeropuerto Internacional “Juan Álvarez”, pues a partir de entonces se detonó el desarrollo de la zona sin considerar la sustentabilidad ecológica del área.
Luego de las lluvias del fin de semana, la terminal aérea de Acapulco se encuentra totalmente anegada.
Mapeos aéreos en posesión de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) han advertido que los afluentes del río y las lagunas se encuentran cerca de las viviendas.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha llevado a cabo clausuras; pero las constructoras han continuado con la edificación de zonas habitacionales, ya que cuentan con el permiso de construcción y con el cambio de uso de suelo.
“Lo que sucede es lo de siempre, los primeros en construir como Cotsco construyeron a un nivel bajo, casi al ras de los humedales. Luego vinieron otros que hicieron más altas sus construcciones y cuando llueve los que están arriba se salvan pero los que quedaron abajo se inundan”, explicó un inspector federal de la Profepa.
A finales de 2007, el Gobierno de Zeferino Torreblanca autorizó la construcción de 143 viviendas en una área de riesgo, para el desarrollo denominado Marquesita, zona que ahora también se encuentra bajo el agua.
Los niveles de agua en la Colonia Colosio comenzaron a descender; sin embargo, las zonas de la Marquesa y Llano Largo, así como la Alborada, aún continúan anegados y a la espera de más ayuda.
Raras coincidencias…
Uno de los últimos desastres provocados por fenómenos naturales se registró en 1997, cuando el huracán “Paulina” dejó cientos de muertos de acuerdo con cifras oficiales, en aquel entonces Ángel Aguirre Rivero era el Gobernador interino.
“Los guerrerenses no recordamos que se haya presentado un huracán con tantos estragos, lo más penoso son las pérdidas humanas”, dijo en aquella ocasión en entrevista televisiva.
Alfonso Juárez
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