México, 1 de noviembre.- Objetivos militares venezolanos en la mira, esa fue la versión que entre jueves y viernes dos medios estadounidenses difundieron con la evidencia del reforzamiento de operaciones aéreas y el despliegue de aeronaves de diferente tipo utilizadas para bombardeos en anteriores campañas en otras regiones del mundo. La cuenta regresiva parece haber entrado en su etapa final a la espera del arribo a la zona del portaaviones USS Gerald R. Ford para que los pronósticos se cumplan o actúen como medida de presión para un cambio de régimen en Venezuela.

El miércoles 29 de octubre varios monitores digitales registraron interferencias en sus sistemas globales de navegación por satélite en algunas regiones de Venezuela, según un reporte del sitio web GPSJAM especializado en operaciones aéreas que usa datos proporcionados por ADS-B Exchange para producir mapas de señales de GPS. Las interferencias coincidieron con los ejercicios militares que la tripulación y aeronaves que viajan a bordo del USS Gravely, el destructor que repostó en abril pasado en el puerto de Veracruz camino a las costas venezolanas, que realizaron en Trinidad y Tobago a solo 5 millas de la zona continental de Venezuela.
Los ejercicios militares ocurren en medio del incremento de la tensión entre Estados Unidos y Venezuela ante la presencia naval, aérea y de unidades de infantería de marina y del cuerpo de marines en ejercicios de guerra abierta en bases militares de Puerto Rico coordinados por el Comando Sur (USSOUTHCOM).
Las maniobras militares se realizan en medio de versiones periodísticas publicadas el jueves 30 de que el presidente estadounidense Donald Trump ha tomado la decisión de “atacar instalaciones militares dentro de Venezuela, y los bombardeos podrían ocurrir en cualquier momento”, publicó el Miami Herald.
El periódico The Wall Street Journal también publicó que los planes de ataque están listos y tendrían como objetivo instalaciones militares que la administración estadounidense considera son utilizadas por la organización del narco llamada Cartel de los Soles encabezada por el presidente venezolano Nicolás Maduro y operada por funcionario de primer nivel de su gobierno.
“Fuentes dijeron al Herald que los objetivos —que podrían ser atacados por aire en cuestión de días o incluso horas— también tienen como fin decapitar la jerarquía del cartel. Funcionarios estadounidenses creen que el grupo exporta alrededor de 500 toneladas de cocaína al año, divididas entre Europa y Estados Unidos. Aunque las fuentes declinaron decir si Maduro es en sí mismo un objetivo, una de ellas aseguró que su tiempo “se está acabando”. “Maduro está a punto de encontrarse atrapado y pronto podría descubrir que no puede huir del país, incluso si lo intentara”, dijo la fuente. “Lo peor para él es que ahora hay más de un general dispuesto a capturarlo y entregarlo, plenamente consciente de que una cosa es hablar de la muerte, y otra es verla venir”, publicó el Miami Herald en su sitio web.
MISILES, AVIONES Y MARINES LISTOS
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales publicó el viernes 31 un informe donde asegura que Estados Unidos ha desplegado la fuerza militar suficiente en el Caribe para “lanzar ataques inmediatos contra Venezuela”. El análisis considera que la cantidad de misiles disponibles es comparable a los registrados en campañas militares pasadas de escala y duración limitada.
El CSIS señala que los buques de guerra estadounidenses desplegados en el Caribe sur transportan alrededor de 115 misiles Tomahawk y la llegada para los primeros días de noviembre del portaaviones USS Gerald R. Ford escoltado por tres destructores le dará 70 misiles más, aumentando el arsenal a cerca de 186.
El documento se acompaña de un gráfico donde se compara este dato con campañas anteriores de las fuerzas armadas estadounidenses. Los 186 misiles que en unos días estarán en los buques y aeronaves en la zona marítima internacional limítrofe con Venezuela, supera los 150 utilizados en el bombardeo en Libia (2011), a los 135 que se usaron en los ataques a objetivos hutíes en Yemen (2024-25), y es cercana a los 218 lanzados durante el bombardeo de Yugoslavia en 1999.
Los especialistas del CSIS coinciden con las versiones de los rotativos estadounidenses de que los ataques aéreos podrían producirse en cualquier momento. Los objetivos de la administración Trump son al mismo tiempo una guerra contra los cárteles de la droga como una campaña militar para desestabilizar al régimen de Maduro, y los misiles “podrían usarse contra instalaciones de los cárteles de la droga o blancos del régimen de Maduro”.
Las fuerzas estadounidenses están al paso de los días cada vez mejor posicionadas para lanzar una campaña aérea, dice el informe, “pero no cuentan con la capacidad de combate necesaria para una invasión terrestre o anfibia”. Esta misión implica buques anfibios suficientes y fuerzas terrestres adicionales.
En las conclusiones el documento señala que los portaaviones son “recursos bélicos escasos” y su demanda es alta en otros teatros de operaciones, además del costo que implican. Se prevé que tan pronto el USS Gerald R. Ford llegue a la zona, el Comando Sur (USSOUTHCOM), “estará bajo presión para atacar rápidamente o abandonar la misión del portaaviones”.
Ante la publicación del documento retomado por varios medios digitales como el venezolano Lapatilla y las versiones difundidas por The Wall Street Journal y Miami Herald, el presidente Trump rechazó el vienres que considere un ataque a Venezuela.
“La Casa Blanca salió al paso el viernes por la mañana para minimizar los informes de que las fuerzas estadounidenses están cerca de tomar medidas dentro del territorio venezolano. “Las fuentes anónimas no saben de qué están hablando. Cualquier anuncio relacionado con la política hacia Venezuela provendría directamente del presidente”, reportó el Herald.
Juan Veledíaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx
