México, 7 de octubre.- Las presiones de funcionarios de la administración Trump para echar a andar una operación militar en Venezuela crecen al paso de los días, mientras se acumulan ataques a lanchas presuntamente operadas por los carteles de la droga. En las últimas semanas los buques de guerra han incrementado sus maniobras militares con ejercicios anfibios como presagio de que en cualquier momento puede llegar la orden para la Unidad Expedicionaria del Cuerpo de Marines de desembarcar con el objetivo de deponer al dictador venezolano Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico y por quien se ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.

En las cuentas de redes sociales de la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU por sus siglas en inglés) y en la del Comando Sur estadounidense (U.S. Southern Command), se publicaron durante el pasado fin de semana imágenes y videos de ejercicios militares que se realizaron en puntos indeterminados del Mar Caribe y en la base militar estadounidense de Campo Santiago, en Puerto Rico. Los ejercicios de operaciones anfibias están considerados “piedra angular en la integración naval” y es una de las habilidades cruciales del Cuerpo de Marines que acompaña al despliegue naval frente a las costas de Venezuela.
Este último ensayo de varios que se han realizado durante el pasado mes de septiembre, fue una muestra del “despliegue de los marines desde buques navales hasta la costa, apoyando los objetivos estratégicos de los Estados Unidos”, de acuerdo con un comunicado de la oficina de prensa de la Segunda Fuerza Expedicionaria del Cuerpo de Marines. “El desafiante terreno y el clima tropical de Puerto Rico proporcionan un entorno ideal para que el 22o MEU realice un entrenamiento anfibio realista y perfeccione habilidades especializadas como patrullaje, reconocimiento y técnicas de supervivencia, asegurando un alto nivel de preparación mientras se despliega hacia adelante”, dice el comunicado.
Los ejercicios militares se incrementaron en los últimos días después de que el viernes 3 de octubre el secretario de Guerra estadounidense Pete Hegseth diera a conocer en su cuenta de X, el que sería el cuarto ataque contra una lancha venezolana tripulada presuntamente por cuatro “narcoterroristas”.
El anuncio se dio mientras en redes sociales se daba cuenta del seguimiento en mapas satelitales del buque de asalto anfibio USS Iwo Jima (LHD-7), que habría partido de las Islas Vírgenes para comenzar una ruta “indeterminada” por el Mar Caribe. Este sería el reinicio de las operaciones del Grupo de Preparación Anfibia (ARG por sus siglas en inglés) de uno de los tres buques que navegan con la mira puesta en las costas venezolanas. Un ARG está considerada como una fuerza naval expedicionaria conformada por tres buques anfibios y una Unidad Expedicionaria de Marines a bordo, integrada por dos mil 200 infantes de marina, con capacidad para responder a situaciones de crisis, realizar asaltos anfibios o en su caso proporcionar ayuda humanitaria.
El USS Iwo Jima tiene funciones de portahelicópteros y opera naves de despegue vertical como los cazas F-35B y los convertiplanos MV-22 Osprey, lo que se considera en términos militares como una fuerza y poder bélico de relevancia desde el mar. Un despacho informativo del medio digital venezolano Lapatilla.com hacía hincapié que el despliegue naval se da en un contexto de máxima tensión entre la administración de Donald Trump y el régimen de Nicolás Maduro, luego de la suspensión hace unos días de la vía diplomática por parte de la casa Blanca así como las denuncias cruzadas sobre la presencia de aeronaves y buques militares en las costas venezolanas.
En otro reporte se informó que el buque de asalto anfibio USS San Antonio (LPD-17) de la Marina estadounidense zarpó del puerto de Ponce, en Puerto Rico en dirección al sur del Mar Caribe donde realizará una serie de operaciones. La nave está considerada una de las más completas plataformas de transporte y desembarco de marines. En las imágenes que circularon en días pasados en redes sociales se aprecia cómo el buque sale del puerto mientras se destacaba su capacidad para transportar helicópteros pesados CH-53 Super Stallion y aeronaves de rotores basculantes V-22 Osprey conocidos como convertiplanos.
Las capacidades del USS San Antonio están diseñadas para embarcar, transportar y desembarcar unidades anfibias de marines, entre infantes de marina, vehículos y equipos para realizar diversas misiones expedicionarias en cualquier parte del mundo. Las aeronaves como el CH-53 y el MV-22 Osprey permiten el despliegue rápido de tropas y equipamiento desde alta mar a la costa a gran velocidad y distancia. Son las herramientas clave para operar un desembarco.
“CONFLICTO ARMADO”
El pasado jueves 2 de octubre el presidente estadounidense Donald Trump informó al congreso de su país que Estados Unidos estaba inmerso en un “conflicto armado” formal contra los cárteles del narcotráfico en América Latina, sin mencionar a las organizaciones que en febrero pasado fueron catalogadas como terroristas entre las que estaban cinco mexicanas y dos venezolanas.
El anuncio se dio poco antes de que Hegseth, secretario de Guerra, anunciara que el ejército estadounidense mató a cuatro hombres que iban a bordo de una embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela. El ex comentarista de la cadena Fox y oficial de menor rango ahora convertido en funcionario de primer nivel de la administración Trump, dijo que los fallecidos traficaban drogas, pero no presentó ninguna evidencia. En su cuenta de X señaló que los cuatro tripulantes de la embarcación estaban “afiliados” a uno de los cárteles de la droga venezolanos que fueron designados como organizaciones terroristas extranjeras sin especificar a cuál.
El del viernes 3 de octubre fue el cuarto ataque que se conoce de manera oficial en un mes llevado a cabo contra embarcaciones menores en el Mar Caribe. El ejército estadounidense ha quitado la vida a 21 personas en estas acciones de las que se dijo traficaban drogas.
El primer ataque fue el 2 de septiembre cuando fuerzas de operaciones especiales atacaron una embarcación en la que viajaban 11 presuntos integrantes de la banda criminal venezolana conocida como Tren de Aragua, catalogada como terrorista por la administración Trump.
El segundo ataque fue el 15 de septiembre donde murieron tres venezolanos, según Trump. No se especificó a qué grupo pertenecían. El tercero sucedió el día 19, donde también fallecieron tres personas de las que no se especificó nacionalidad ni si pertenecían a algún grupo delincuencial. De acuerdo a una nota de The New York Times, el ejército estadounidense ha elaborado una propuesta para ampliar “potencialmente la campaña a ataques dentro del territorio venezolano”, sin que quede claro si Trump ha tomado alguna decisión al respecto. Se sabe, según el rotativo, de que varios de sus principales ayudantes han estado “presionando para que se utilice la fuerza militar para destituir al presidente de Venezuela Nicolás Maduro”. Sobre el dictador venezolano existe una acusación penal por tráfico de drogas y se ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.
Juan Veledíaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx