El fentanilo en la agenda geoestratégica

México, 9 de diciembre.- La agenda bilateral con los Estados Unidos en el segundo periodo de Donald Trump en la Casa Blanca arrancará con las palabras Fentanilo y Migración como punta de lanza. Se considera que la presión más grave estriba en que el republicano designe a los cárteles mexicanos como grupos “narcoterroristas”, lo que le permitiría actuar extraterritorialmente. Con la mira puesta en China, México aparece en el tablero geopolítico como trampolín en la cadena de suministros de la droga contemporánea más letal. 

FOTO: Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana

El radar de la Armada de México tenía mapeado tiempo atrás el movimiento de precursores químicos que desembarcaban por Manzanillo con destino al norte de Sinaloa. Mientras, la inteligencia militar había ubicado también con antelación los lugares donde Fausto Isidro Meza Flores, alias “el Chapo Isidro”, pernoctaba cuando salía de Guasave hacia la sierra sinaloense. El pasado martes 3 de diciembre pocas horas después del arribo de Omar García Harfuch a Culiacán, se anunció el decomiso de más de una tonelada de fentanilo en pastillas, precursores y otros aditamentos además de la captura de tres integrantes del grupo que lidera Meza Flores. 

El golpe fue considerado “histórico” por el volumen, las autoridades calcularon en 400 millones de dólares el precio de la droga. El decomiso se hizo en dos acciones ambas en el municipio de Ahome, en el primero se incautaron 11 bultos con 300 kilos de la droga y en otro se hallaron 800 kilos en el interior de una camioneta. La detención de dos individuos en estas acciones derivó horas después en la captura de Adrián “N” apodado “el Gallero”, señalado como el cerebro detrás de la fabricación de la droga. Su captura se realizó en el tramo de la carretera Los Mochis-Navojoa, después de que Javier Alonso “N” alias “Tito”, fue aprehendido en la operación durante el decomiso. Este grupo forma parte de la organización del “Chapo Isidro”, asociado en su origen con el clan de los Beltrán Leyva, facción que dentro del escenario de confrontación que se vive en la capital y sur del estado entre los grupos Guzmán y Zambada se ha dicho que estarían cercanos a los segundos. 

La llegada del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana a Sinaloa se dio mientras el canciller Juan Ramón de la Fuente viajó Washington y otras ciudades de Estados Unidos, en lo que se consideró una primera ofensiva diplomática ante la amenaza de Donald Trump no solo de una expulsión masiva de migrantes, sino de lanzar ataques selectivos contra los cabecillas de las organizaciones del tráfico de drogas dentro de territorio nacional, como parte de su discurso de acabar con las cadenas de producción y suministro de fentanilo cuyo origen en los laboratorios chinos los ve como una amenaza para la seguridad de su país. 

GEOPOLÍTICA DEL FENTANILO 

A mitad del sexenio pasado mientras el Covid-19 hacía estragos a nivel mundial, el tráfico y producción de fentanilo se ralentizó debido a que los principales proveedores de las mafias mexicanas tenían su sede en Wuhan, ciudad considerada epicentro de la pandemia que paralizó al mundo. Esta coincidencia entre el origen del Covid-19 y la sede de los principales laboratorios de la droga sintética más letal de los últimos tiempos, generó sospechas y alentó especulaciones en los círculos políticos estadounidenses y chinos. La prensa internacional dio cuenta de las acusaciones de los Estados Unidos a China de ser responsable del flujo de opioides sintéticos utilizando a México como la ruta principal para el trasiego. Los estadounidenses señalaron que el fentanilo es un medio utilizado para conducir una “guerra híbrida” donde China está detrás empleando el “soft power” originando una disputa donde México aparece como actor intermediario con capacidades limitadas para contener las operaciones de Organizaciones Criminales Transnacionales (OTC). Para China fueron los estadounidenses los responsables de sembrar el virus en su territorio. Ambas acusaciones adolecen de evidencias firmes hasta el momento, pero generaron sospechas en círculos académicos y gubernamentales sobre esa “extraña coincidencia” entre Wuhan, el Covid y la meca china del fentanilo. 

De tiempo atrás se detectó que el fentanilo como droga sintética comenzó a desplazar el consumo de heroína en los Estados Unidos, donde provocó una crisis sanitaria ante el considerable número de muertes por sobredosis en los últimos años. Los especialistas han señalado que el fentanilo se sintetiza en “cuatro etapas y no requiere de la participación de mucha gente”. Al tener a China como origen, el tráfico hacia los Estados Unidos emplea a México como intermediario para la fabricación de “pastillas apócrifas”. Las principales rutas de trasiego se dirigen hacia territorio estadounidense y llegan en pequeñas cantidades por medio de servicios de mensajería internacional o en grandes cantidades a través de Canadá y México. 

El crimen organizado en México obtiene ganancias económicas lo que ha fomentado disputas violentas por territorios, rutas y economías regionales. Para analistas militares “el futuro del crimen organizado se concentra en el trasiego de drogas sintéticas y México deberá entender cuál es la nueva dinámica de este fenómeno criminal”.

Se ha publicado de tiempo atrás que la ruta principal del fentanilo parte del puerto de Qingdao, en China, pasa por el puerto de Busan, en Corea del Sur, y llega al puerto de Manzanillo, en Colima. En menor medida el puerto de Lázaro Cárdenas también es puerta de ingreso y se tienen registros de la llegada de esta droga por los puertos de Veracruz y Tuxpan en el Golfo de México. Las píldoras son fabricadas en laboratorios clandestinos en el Valle de México y en Culiacán, Sinaloa, y son transportadas por tierra hacia los Estados Unidos utilizando la ciudad de Tijuana como punto de entrada para cruzar la frontera. 
Un estudio titulado “Entendiendo el impacto del fentanilo en México”, elaborado a mitad del sexenio pasado por el general César Tapia Jiménez, piloto aviador de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y ex oficial de enlace de la secretaría de la Defensa Nacional con el Comando Norte, explica el impacto en la relación bilateral con los Estados Unidos el que México sea clave en la “cadena de suministro” del fentanilo. En esta “se observan distintas fases como la propia síntesis (creación) del fentanilo, el trasiego, la manufactura de dosis en forma de medicamentos falsificados, la internación a los E.U.A., la distribución hacia las ciudades importantes, el narcomenudeo, la adicción a la droga, el tratamiento médico y eventualmente la muerte por sobredosis”. (…) “Además, es complicado dar seguimiento a esta droga porque tiene la característica de ser publicitada y vendida a través del internet (Deep web) en donde se emplea la moneda encriptada (bitcoin)”.

En el ensayo se advierte que el fentanilo no es “sólo otro producto” que comercializan los carteles mexicanos, “sino de un producto sumamente adictivo y letal que está desplazando a otras drogas”. En este sentido se avizoraba, como sucedió, una situación complicada con el incremento del tráfico de esta droga, lo que generó ganancias importantes a las organizaciones criminales para comprar armamento lo que a su vez ocasionó que se incrementaron los niveles de violencia en el país. 

La vigencia del ensayo del general de ala y egresado de la maestría en Estudios Estratégicos y en Ciencias y Arte Militar Operacional por la Universidad de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, radica en los preparativos que tiene en marcha el gobierno mexicano ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. En su estudio de hace cuatro años se leía: “La principal manera de presionar a México ha sido la de incrementar los aranceles comerciales y cerrar la frontera, lo cual tendría graves daños a nuestra economía. Otra forma de presión es la de incrementar los impuestos a todas las transferencias de remesas de los mexicanos en los Estados Unidos. Sin embargo, la presión más grave radica en la de designar a los cárteles como grupos narcoterroristas, porque esto les permitiría a los Estados Unidos actuar extraterritorialmente. Es recomendable emplear el término “taller de manufactura” para la redacción de reportes relacionados con los aseguramientos de lugares donde se fabrican pastillas que contienen fentanilo, con la finalidad de hacer una clara diferencia con un “laboratorio” en donde se lleva a cabo la síntesis del fentanilo empleando precursores. Lo anterior, evitará confusiones con las autoridades norteamericanas, a la vez, que reducirá las presiones políticas que implican la fabricación de fentanilo en México”. 

Juan Veledíaz / @velediaz424 / EstadoMayor.mx

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