Cancela Sedena licitación de placas balísticas por el COVID-19

Ciudad de México/ 25 mayo.- Por primera vez en lo que va de la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) ha cancelado una licitación argumentando los riesgos que implica el procedimiento en sí, la parálisis de los mercados de importación y la inevitable fluctuación cambiaria que perjudicaría las adquisiciones.

En este marco de situaciones que escapan al control de la Defensa Nacional, pero que de alguna manera están previstas en las posibles causas que cancelarían un contrato por causa de fuerza mayor, se decidió cancelar el procedimiento para la adquisición de dos lotes de poco más de 17 mil placas balísticas para chalecos antibala.

El procedimiento comenzó en marzo de este año al lanzarse la Licitación Pública Electrónica Internacional LA-007000998-E17-2020, con la que se buscaba adquirir dos lotes de 8,735 placas balísticas delanteras y laterales cada uno, con fechas de entrega en septiembre, octubre y noviembre de este año.

De acuerdo con el calendario establecido por la SEDENA en la licitación, la primera entrega de 3,500 placas balísticas sería el 8 de septiembre, la segunda entrega, también de 3,500 placas, hubiera sido el 14 de octubre y la última, de 1,735 piezas, el 4 de noviembre, para totalizar 17,475 placas balísticas.

El procedimiento iba avanzando con la participación de ocho empresas:

  • México Montecitos, S.A. de C.V.
  • Suma Partners, S.A. de C.V.
  • Citycon, S.A. de C.V.
  • Flamma Corporation, S.A. de C.V.
  • José Ramón García Guerrero.
  • Sistema Software Global, S.A. de C.V.
  • Distribuciones y Proyectos, S.A. de C.V.
  • Protective Materials Technology, S.A. de C.V.

De acuerdo con las Especificaciones Técnicas exigidas por la SEDENA, cada juego de placas balísticas –solicitadas con características específicas para mujer y para hombre– debería tener Nivel de Blindaje III-IV, con funcionamiento Stand Alone, con construcción de cerámica Monolítica, material cerámico hecho de carbono de silicio o carbono de boro, con un área de protección balística de 700 centímetros cuadrados.

También se exigía que en las pruebas balísticas, la marca de impacto de un disparo hecho con un calibre 7.62 mm, AP perforante (de 147 granos), dejara una marca no mayor a 40 milímetros, pidiendo la misma densidad con un disparo del mismo calibre, pero con una bala NORMAL, de 149 granos.

En cuanto a la forma y dimensiones de las placas, se pedía que fueran rectangulares, de 350 por 300 milímetros, con 25 milímetros de espesor y esquinas recortadas. El juego de placas para hombre fue solicitado con 2 curvas y el de mujer con una curva y una multicurva. El periodo de vida útil de las placas se pidió que fuera de siete años como mínimo.

Las pruebas en directo para revisar la calidad del material entregado contemplaban realizar 6 disparos a 15 metros de distancia, con un ángulo de 0 grados, con 2 pulgadas entre cada disparo y 3 pulgadas al borde de la placa.

En “el primer disparo se medirá la deformación y el resto se verificará si hubo perforación; se verificará la integridad estructural de la placa y se inspeccionará si hay perforación o desprendimiento de fragmentos”, indica la ficha técnica de la licitación.

Además, la SEDENA planteaba -como es común en este tipo de licitaciones- que en las pruebas de calidad de las placas balísticas solo podría estar presente un representante de la empresa ganadora del concurso, no se les permitiría tocar o manipular las piezas en el laboratorio de pruebas, ni hacer comentarios durante las pruebas y no se le permitiría tomar fotos ni gravar videos con ningún tipo de aparato.

El procedimiento avanzó hasta el punto de realizarse al menos tres reuniones y levantarse el mismo número de actas de suspensión de las sesiones de preguntas hechas por los participantes entes de conocerse el fallo de la SEDE, que nunca se produjo.

Durante las reuniones virtuales sostenidas entre los mandos de la SEDENA y los representantes de las empresas, la pregunta que invariablemente le hacían al Ejército tenía que ver con la imposibilidad de cumplir a tiempos o con absoluta precisión debido a los problemas para conseguir el material y lograr su importación a tiempo a causa de la crisis sanitaria.

La secretaría insistía en que los requerimientos para la entrega y calidad del material balísticos debían cumplirse al pie de la letra.

El 22 de abril, a las 12:30 horas, ante el Mayor Intendente José Hugo Pulido Galindo, Jefe del Departamento de Adquisiciones de la Dirección de Fábricas de Vestuario y Equipo de la SEDENA, se leyó el acta de cancelación del procedimiento, en la que se citan las Políticas, Bases y Lineamientos en materia de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público de la Secretaría de la Defensa Nacional para sustentar la decisión.

Ese día se explicó que “las dependencias y entidades podrán cancelar una licitación, partidas o conceptos incluidos en estas, cuando se presente caso fortuito; fuerza mayor; existan circunstancias que extingan la necesidad para adquirir los bienes, arrendamiento o servicios, o que de continuarse con el procedimiento se pudiera ocasionar un daño o perjuicio a la propia dependencia o entidad”.

Luego, se indicaba que la dependencia estaba obligada a explicar con precisión las causas de la cancelación del procedimiento.

La SEDENA explicó en un solo párrafo que “la determinación de la convocante tiene el fin de evitar daños y perjuicios a los intereses de esta Secretaría, derivados de una fuerza mayor por la pandemia mundial del Covid-19 que ha interrumpido las cadenas de suministro a nivel internacional y la variabilidad de la paridad cambiaria del peso mexicano”, concluye la argumentación.

Jorge Medellín / @JorgeMedellín95 /EstadoMayor.mx

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