Se calienta el “corredor insurgente”

Oaxaca. Foto: EspecialHoras decisivas este viernes y sábado previo a la jornada electoral del domingo 7 de junio. Si los diálogos en la secretaría de Gobernación entre la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el subsecretario de asuntos políticos Luis Miranda fracasan, las elecciones intermedias del gobierno de Enrique Peña Nieto podrían pasar a la historia no solo por el hartazgo contra el sistema de partidos, sino por un posible rechazo tácito a lo que ha sido el signo de su gobierno: corrupción, impunidad y violencia del crimen organizado. En estas días llama la atención la prudencia con la que las fuerzas armadas han actuado, tolerando humillaciones, pero mostrando que su presencia disuasoria sigue siendo la última alternativa ante el descrédito y desgaste de los políticos y sus fuerzas de seguridad.

México, 5 de junio.- El epicentro fue Tlapa, la ciudad considerada la capital de la Montaña de Guerrero. El jueves 4 de junio, a tres días de las elecciones, tropas de la 35 zona militar tendieron un cerco a una bodega del Instituto Nacional Electoral (INE) para impedir que integrantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG), sacaran boletas y otros objetos los cuales, como ocurrió con la quema de papelería electoral tres días antes, intentarían prenderles fuego.

Los inconformes momentos antes del medio día habían realizado una manifestación por calles del municipio, en protesta por las elecciones del próximo domingo donde está en juego la gubernatura del estado, el congreso local y las alcaldías. Tras concluir la protesta varios contingentes entre los que se encontraba el de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), llegaron a la bodega del INE ubicada rumbo a la salida a Puebla. Ahí se plantaron e intentaron derribar una malla ciclónica que rodeaba las instalaciones. Hubo un intercambio de pedradas entre los manifestantes y los policías antimotines que formaban el primer círculo de seguridad. De acuerdo a reportes de varios medios locales, no hubo heridos y el ejército no tuvo que intervenir.

A la misma hora en Chilpancingo policías antimotines se enfrentaron a un contingente de maestros de la CETEG en la lateral de la Autopista del Sol. La policía estatal replegó a los inconformes hacia una de sus sedes ubicada en la colonia Jacarandas, en el trayecto hubo un connato de bronca cuando los agentes arrojaron gases lacrimógenos en respuesta a las pedradas que comenzaron a lanzar los manifestantes.

De manera paralela en otro punto de la capital guerrerense, un contingente de profesores agrupados en la CETEG ingresaron por la fuerza a la sede estatal del PRI donde quemaron lonas y propaganda electoral. A un costado de la entrada principal a la sede del tricolor, los maestros sacaron sillas de plástico, papelería y bidones con gasolina a los que prendieron fuego.

Este mismo contingente se trasladó momentos después a la sede del congreso del Estado, donde quemaron propaganda en uno de los accesos, mientras lanzaban consignas contra las elecciones. Su sola presencia ameritó que se desplegarán varias columnas de antimotines los cuales cubrieron la retirada de los manifestantes sin que el acto pasara a mayores.

Por la tarde otro contingente de la CETEG tomaron los micrófonos de algunas radiodifusoras que se localizan en el andador Zapata de Chilpancingo, y solicitaron a la población que se sumara a su lucha para la localización con vida de los 43 normalistas desaparecidos desde septiembre pasado. Acusaron al gobernador interino Rogelio Ortega de amagar con reprimir las protestas una vez que el pasado martes comenzaron a llegar a la entidad vehículos blindados del ejército usados para contener disturbios.

El domingo no habrá elecciones, decían. “No puede salir a votar el día 7 de junio, a los funcionarios de casilla y los consejeros electorales les pedimos que no sean irresponsables y no vayan a las casillas”, clamaba al micrófono uno de los maestros.

Oaxaca “sitiado”, Chiapas en tensión y Michoacán respira

La imagen del martes 22 en la ciudad de Oaxaca, donde maestros de la Sección 22 “expulsaron” a un pelotón del ejército que custodiaban las boletas electorales en la junta distrital del INE, al igual las tropas que hacían lo mismo en tres mas ubicadas en los municipios de Santa Lucía del Camino, Tlacolula y Miahuatlán, pudo parecer un acto de humillación, pero a decir de varios militares consultados fue un acto de prudencia. De suma prudencia ante el cauce que comienza a tomar la protesta en esta entidad al igual que en Guerrero.

Fue parte de los que los maestros llamaron “plan de acción” para boicotear las elecciones del domingo próximo, con lo que las juntas distritales quedaron bajo su control. La retirada del ejército, ordenada desde la ciudad de México y ejecutada por disposición de la comandancia octava región militar, fue para evitar roces que desembocaran en un posible enfrentamiento, dijo a este blog una fuente castrense en la capital oaxaqueña. De momento solo será la policía federal y la estatal la que se encargue de contener y replegar a los inconformes, añadió este oficial que solicitó no ser citado por su nombre ni grado.

De manera paralela desde el martes 2 de junio integrantes de la sección 22 bloquearon tres instalaciones de Pemex, dos en Santa María del Tule, en los valles centrales, y una en Salina Cruz en la región del Istmo. Esto con el fin de impedir el abasto de combustible al resto de la entidad.

La espiral violenta continuó en la ciudad de Oaxaca después de que integrantes de la CNTE tomaran las instalaciones estatales del PRI, de donde sacaron documentos, fotografías, como una del presidente Peña Nieto y otra del líder del PRI, César Camacho Quiroz, a las que les prendieron fuego en la vía pública. Reportes de la prensa local registraron que el jueves los maestros tenían contemplado también acudir a las sedes del resto de partidos políticos, pero taxistas afiliados a la Confederación de Trabajadores de México, bloquearon la vía federal 190 que comunica la capital con el Istmo, a la altura de Santa María del Tule, donde los maestros mantienen el bloqueo a las instalaciones de Pemex, para protestar por el desabasto de combustible que ya lo empiezan a resentir en el parque vehicular.

En Chiapas las instalaciones del INE y del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPEC) en la capital, quedaron custodiadas desde el jueves por agentes estatales de seguridad después de que el miércoles maestros de la sección 7 y 40 de la CNTE provocaran destrozos en dos sedes del órgano electoral. En las protestas los inconformes prendieron fuego a un vehículo de la Comisión Federal de Electricidad.

En Tuxtla Gutiérrez se reportó que maestros de ambas sección de la CNTE permanecen en guardias rotativas en los accesos a la capital, mientras otros contingentes mantienen tomadas las plantas de distribución de Pemex en ésta ciudad y en Tapachula.

En Morelia los maestros decidieron al caer la tarde del jueves, levantar los plantones que mantuvieron en los últimos días en las sedes de las instalaciones electorales de Michoacán, después de que se informara que se llegó a un principio de acuerdo en las negociaciones entre la sección de la CNTE en el estado y Gobernación. Su pliego petitorio abarcaba una serie de puntos que iban desde la seguridad laboral, mejorar la infraestructura educativa en planteles así como aumentar apoyos con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Este viernes 5 se espera una gran movilización magisterial en ésta entidad junto a Guerrero, Oaxaca y Chiapas, el llamado “corredor insurgente”, como parte del plan de acción para boicotear las elecciones del domingo entrante.

Juan Veledíaz

@velediaz424

Estado Mayor

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