México, 7 de julio.- Parece que lo único que demuestra la captura del Doctor Mireles Valverde, es que unos se han entregado de tal forma, que incluso no se les arrugó ni la camisa. Los narcotraficantes más famosos desfilaron como en pasarela para los medios de comunicación, pero la captura de Mireles fue como de preso político, su vida como vocero de las autodefensas a la velocidad de un helicóptero.
¿Pero por qué tanto interés en hacer notar a Mireles ocultándolo tras una capucha?, ¿por qué el gobierno federal permite que se grabe y transmitan las imágenes de la captura de Mireles cuando aparece encapuchado?, ¿por qué no negociar una entrega?, ¿será que se negoció su captura?
Se le rapa la cabeza y traslada a un penal con fama de practicar la tortura, pero al final también parece una imagen mediática, un escarmiento visual.
Lo que revela una captura es la necesidad de diferenciar, de que no es lo mismo yo tengo el poder de capturar a los narcotraficantes, a que incluso ese poder lo ejerce otro hasta porque ya le fue permitido. En el fondo de esta captura, no importa el personaje, Mireles, pues no tiene mayor relevancia para el gobierno federal. Lo que es importante, radica en enviar un mensaje de “la lucha contra el narcotráfico es mi lucha”.
Pero además, la captura del Doctor Mireles, ocurrida el 26 de junio, era predecible y tampoco estremeció a la sociedad mexicana; algunos protestaron de manera aislada, otros crearon mensajes en Internet que buscaban ser virales, algunos pocos se raparon, emulando un lugar común: “todos somos…Mireles”.
Lo que a la mayoría sorprende, incluso al propio Doctor Mireles, es el trato recibido por las autoridades al momento de que lo arrestaron; algunos hasta dicen que se le considerado peor que al Chapo Guzmán. Lo cual no es posible saber.
Lo único que se sabe es que se presentaron imágenes en Televisa y el video que circula en Youtube, donde se ve a Mireles encapuchado mientras es subido a un helicóptero con lujo de violencia.
Antes de que lo capturaran, el Doctor Mireles Valverde había activado a otros grupos de autodefensas al margen de la ley, se había declarado masón y seguía posicionado como uno de los personajes más entrevistados por la prensa.
Ahora, Mireles es “el encapuchado”, “el rapado”, el que se comía una pieza de pollo previo a su captura. Es el hombre cobijado por el gobierno federal primero, y después, descobijado del poder concedido. A diseño del Estado, comienza y se acaba la estrella fugaz de Mireles.
Consentido antes por las fuerzas federales; regularizadas sus autodefensas y con sueldos superiores al de la policía y el ejército; se cayó de la gracia del gobierno federal, y como si no fuera obvio que el uso de armas, así como el trasiego de drogas se han popularizado en Michoacán, a Mireles lo detienen con drogas y armas.
Lo que sí se sabe, es que los sueños llegan hasta donde el gobierno quiere, y a Mireles le tocó despertar.
El Doctor Mireles Valverde autoproclamado líder de las autodefensas fue capturado bajo enormes dudas en términos de su presunta responsabilidad en los delitos de posesión de armas y drogas. Más allá de no contar con elementos para señalar a Mireles, sólo se puede analizar quién es y cual fu el contexto de la captura.
Mireles Valverde tuvo la oportunidad de mostrarse mucho antes de ser arrestado, incluso se declaró masón, en algunas fotos aparece con su anillo que lleva la escuadra y el compás; en otras, lleva una camiseta polo con símbolos masónicos; pero esto lo que indica es que Mireles forma parte de muchos grupos de poder, algunos tan frágiles como su libertad.
Yuriria Rodríguez
Estado Mayor
