Aterrados por bandas del narco, en Cadereyta “sólo confían en Dios”

México, 20 de mayo (La Jornada).-Cadereyta Jiménez, NL. Eran las 3:30 de la madrugada cuando Antonio Ovalle Escobedo escuchó el canto de los gallos y se levantó para ir a visitar a su hijo a Reynosa.En pocos minutos se arregló, se preparó un café y comió una pieza de pan dulce; luego salió a la calle para abordar el autobús que va de Pueblo Nuevo al casco urbano; sólo él y una mujer –junto al chofer– ocupaban el vehículo cuando al salir a la autopista, a la altura del kilómetro 47, en el poblado de San Juan, un alboroto los obligó a detenerse de manera repentina…nota completa.

 

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