Las drogas y la Cumbre de Cartagena

Bien vista, la negativa del presidente Barack Obama a la legalización de las drogas en la VI Cumbre de las Américas de Cartagena fue una apertura.

Por primera vez, presidentes latinoamericanos en funciones plantearon en un foro oficial la necesidad de revisar el consenso punitivo y abrirse a otras opciones.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo en su discurso inaugural: “Llegó el momento de analizar si lo que hacemos en materia de lucha antidrogas es lo mejor o buscamos una alternativa más efectiva y menos costosa”.

El presidente de Guatemala, Otto Pérez, había planteado antes, reiteradamente, la legalización de las drogas como una alternativa.

Obama respondió que “la legalización de las drogas no es la respuesta”, pero añadió que es “completamente legítimo entablar una discusión sobre si las leyes que están ahora en vigor son leyes que quizá están causando más daños que beneficios en algunos campos”.

Se diría que, para todo efecto práctico, el debate queda abierto. Los jefes de Estado y sus gobiernos pueden ahora revisar la situación de sus países y plantearse oficialmente lo que hasta ahora parecía imposible: discutir el problema, no solo obedecer las reglas que lo rigen.

Entre los daños que las leyes vigentes causan a los países, Estados Unidos podría revisar, por ejemplo, los efectos de las establecidas por Ronald Reagan para penar con cárcel delitos asociados a las drogas.

Cuando Nixon anunció la guerra contra las drogas en 1971, informa The Observer, EU tenía en la cárcel a 0.2 por ciento de su población. Hoy tiene tras las rejas a 0.8 por ciento, 2 millones 250 mil personas, y 5 millones más libres bajo palabra.

En 2003, más de la mitad de las mujeres presas en EU lo eran por venta o consumo de drogas; en 2006, uno de cada ocho presos, por delitos vinculados a la mariguana.

Estados Unidos tiene el más alto porcentaje de adultos presos del mundo —500 mil de ellos, por delitos asociados a las drogas.

Para repensar su enfoque sobre el tema el presidente Obama no tendría sino que volver a sí mismo, retomar las palabras que un político en ascenso llamado también Barack Obama dijo en enero de 2004:

“La guerra contra las drogas ha sido un claro fracaso. Necesitamos repensar y descriminalizar nuestras leyes sobre la mariguana… necesitamos repensar nuestro manejo de la guerra de las drogas” (The Observer: “Time for Obama to join the debate over the failed war on drugs”. 8/4/12).

Héctor Aguilar Camín
Día a Día
Vía Milenio

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