México, 14 de enero (Reforma).- El ex Canciller Bernardo Sepúlveda Amor, quien impulsó en los 80 a nombre de México el grupo Contadora -que llevó a la pacificación de los países de Centroamérica- dijo que México debe recuperar liderazgo y trabajar en una estrategia de concertación regional y multilateral en su política exterior.
El problema del narcotráfico y el crimen organizado -dijo el diplomático- se debe enfrentar a partir de una colaboración y coordinación entre los países de la región, principalmente los productores de la droga, y con el gobierno de Estados Unidos, que es el principal consumidor.
En entrevista con REFORMA a propósito de los 30 años de la creación del grupo Contadora, el ex Embajador de México en Estados Unidos y Reino Unido y actual vicepresidente de la Corte Internacional de Justicia de la ONU, se manifestó a favor de lo que llama “una nueva arquitectura” de seguridad, nacional, regional e internacional que resuelva las demandas en esa materia de los ciudadanos.
Después de más de una década en donde se pasó del “comes y te vas” a Cuba a la agenda monotemática de lucha contra el narcotráfico con EU y la mayoría de los países, el ex Canciller consideró que México debe trabajar en varios frentes para recuperar el papel que ha tenido en el concierto internacional.
La palabra “concertación”, construida poco a poco en el grupo Contadora –integrado por México, Panamá, Colombia y Venezuela–, así como el grupo de Apoyo que más tarde integraron Brasil, Argentina, Uruguay y Perú–, es la referencia constante del ex Canciller, que lo lleva a plantear que se podría pensar en un nuevo momento de la diplomacia mexicana.
¿Qué ha significado Contadora?
Lo que significó de manera fundamental fue la pacificación en Centroamérica.
En 1983, cuando se inicia esta gestión diplomática, Centroamérica se encontraba en una situación extremadamente crítica, había la posibilidad de que se generalizara un conflicto bélico; había al interior de varios de los Estados centroamericanos guerras civiles que se prolongaban y que amenazaban extenderse por el territorio centroamericano; conflictos serios entre estados centroamericanos como por ejemplo la instalación de la contrarrevolución nicaragüense en territorio hondureño que realizaba operaciones bélicas en contra del gobierno sandinista.
dicionalmente había una carrera armamentista, la presencia de asesores militares extranjeros, la instalación de bases militares, la realización de maniobras militares extranjeras y todo ello por supuesto afectaba el interés nacional y la seguridad nacional de México.
Lo mismo sucedía por cierto con otros países aledaños a la región como es el caso de Colombia, de Venezuela. Se iniciaron consultas en un inicio entre el Presidente (Miguel) de la Madrid y el Presidente (Belisario) Betancourt (Colombia). Era tal la emergencia que se advertía que desde el primer momento se emprende este proceso consultivo y se decide por parte de los dos Presidentes ampliar las consultas con Venezuela y con Panamá. Se acuerda que celebremos conversaciones los cancilleres de los cuatro países, Panamá ofrece su hospitalidad y convenimos reunirnos en la isla de Contadora el 8 y 9 de enero de 1983.
Hoy podemos decir que los países que originaron Contadora –Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras–dejaron atrás los conflictos que en ese momento vivían…
Ese es el gran éxito de Contadora. El gran éxito de Contadora es que al cabo de 30 años en la región centroamericana es evidente que se ha instaurado una zona de paz en el área, que se ha restaurado también un diálogo político entre las distintas facciones que antes estaban en conflicto y en guerra. Hay que decirlo, que se ha implantado la democracia; que los procesos electorales son la regla y no la excepción, que la alternancia en el poder es también algo que sucede sin mayores sorpresas; que la sociedad civil actúa regularmente como parte de un esquema perfectamente aceptable; el desarrollo económico es notable (…).
¿Esta experiencia diplomática podría ser un referente quizá o podría tomarse en cuenta a la luz del nuevo fenómeno que azota a la región, como es el narcotráfico y el crimen organizado?
Contadora nos enseñó que había una capacidad real por parte de América Latina para resolver sus problemas con métodos y mecanismos propios, esto es, que existía la competencia para concertar acciones conjuntas y sacar adelante asuntos muy delicados que afectaban la seguridad nacional de la región. Ahora enfrentamos una situación extremadamente difícil que tiene que ver con la delincuencia transnacional. En el caso de Colombia, en el caso de Perú, de Bolivia, de toda la región centroamericana y de México éste es un asunto de capital importancia (…). En Brasil y Argentina la naturaleza de su problema es de una índole distinta. Perú, Bolivia, Colombia, los países centroamericanos y México tienen como principal mercado de consumidores el mercado estadounidense. Ese es un asunto central que se tiene que considerar. Existe el imperativo categórico de establecer una articulación de estrategias conjuntas para atacar de manera regional el problema de la delincuencia organizada transnacional en esa región en particular. Tiene que ver esto con la concertación de servicios de inteligencia, el combate al lavado de dinero, la guerra a la corrupción; con un esquema de cooperación regional para el combate al crimen organizado. Es decir, lo que requerimos es una nueva arquitectura de acciones colectivas regionales en el combate al crimen organizado.
¿En esa arquitectura, que papel tiene Estados Unidos?
Yo lo que señalaría es que la primera cuestión fundamental es asegurar que existe esa coordinación por parte del área latinoamericana. En la medida en que haya un primer esquema latinoamericano, que haya un entendimiento común de lo que se puede hacer por parte de los productores y de los que exportan el producto, será quizá más fácil determinar las acciones que se pueden negociar y acordar con el principal país consumidor del área (EU). Que exista realmente esa concertación que permita negociar con un entendimiento común de suerte tal que exista también poder de negociación. Desde luego resultará absolutamente imposible actuar sin el concurso de Estados Unidos. Excluyo totalmente esa posibilidad. Es absolutamente necesario alcanzar acuerdos con Estados Unidos (…).
¿Usted ve el liderazgo de México en esta posible política de concertación regional? Ya lo tuvo en Contadora…
El tema es tan delicado que puede suceder que exista un enorme interés de la parte mexicana para emprender iniciativas en este sentido. Desde luego hay un equipo muy competente muy capacitado en materia de seguridad nacional que se ha instalado ahora en la Secretaria de Gobernación. Debo decir que por ejemplo Manuel Mondragón es una persona que tiene una gran experiencia en estas cuestiones y que seguramente querrá emprender no sólo medidas a nivel nacional, porque seguramente advertirá que no son suficientes sino que hay que emprender acciones que trasciendan allende nuestras fronteras. Hay también un elemento notable que es la presencia del General Oscar Naranjo (…).
“Naranjo es un personaje que tiene una historia notable de éxitos y que seguramente con su asesoría se puede lograr un avance muy significativo en una estrategia de seguridad nacional y de concertación regional a la luz de la experiencia que él ha tenido en Colombia (…) Podría resultar útil acudir a la experiencia de gobiernos que han abordado cuestiones semejantes o equivalentes como puede ser el caso del gobierno italiano con relación a la mafia; en el caso del gobierno británico que tuvo unas épocas dramáticas con actos de terrorismo y con actos muy difíciles. Experiencias de servicios de inteligencia de esa naturaleza pueden enriquecer significativamente las acciones del gobierno mexicano con relación a esos temas.
Y en todo este contexto de estrategia hacia adelante ¿cómo ve usted la Iniciativa Mérida?
Yo lo que diría es que seguramente lo que querrá el gobierno mexicano es establecer su propia estrategia en lo que hace al combate al crimen organizado, el combate al narcotráfico. Es decir, todas estas cuestiones que tienen que ver con seguridad nacional y con seguridad pública están sin duda alguna en un proceso de definición fundamental (…).
¿A revisión la Iniciativa Mérida en función de la estrategia global?
Eso se tendrá que determinar una vez que se establezca esa estrategia global. La Iniciativa Mérida al final del día no significa una aportación económica que resulte indispensable para la aplicación de la estrategia global que se ha venido aplicando hasta la fecha. Sí representa, es probable, un esquema de colaboración que puede resultar útil (…). Puede suceder que resulte indispensable también ampliar significativamente esa colaboración con muchos otros Estados que tienen una gran experiencia en estos temas. En la medida en que se diversifique esa colaboración, en esa medida los márgenes de maniobra se abrirán de manera también muy importante.
¿ Qué balance hace usted a nivel diplomático de los 12 años de los gobiernos panistas?
Una política exterior para ser eficaz necesita identificar los objetivos que se propone alcanzar; identificar los intereses y los valores que pretende proteger, precisar los instrumentos que tiene a su alcance (…). Y tengo la impresión que en esos doce años en ninguna circunstancia hubo una definición clara (…). Todo ello trajo como consecuencia una situación que no condujo al ejercicio de una política exterior que protegiera de manera adecuada los intereses nacionales.
Guadalupe Irizar

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