Sedena, primer lugar en actuación ante el COVID19 en Latinoamérica, indican analistas

Ciudad de México/07 mayo.- El papel que han jugado las fuerzas armadas latinoamericanas frente al coronavirus ha sido creciente y variado; va desde el despliegue para distribuir ayuda médica y la adecuación de sus espacios de operación para recibir a civiles infectados, hasta la imposición de medidas extraordinarias de control social para evitar contagios masivos.

En este espectro, la actividad de 17 ejércitos del continente es seguida por analistas de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL), que iniciaron una revisión de lo que ha sido el despliegue y la respuesta de las fuerzas armadas latinoamericanas ante el COVID19, esto a partir de sus capacidades, sus doctrinas y marco jurídico para actuar en consecuencia.

Las fuerzas armadas sometidas a revisión y seguimiento son las de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

La primera revisión de lo hecho por estos 17 ejércitos, fuerzas aéreas y marinas de guerra en el continente, abarca el lapso del 10 de marzo al 10 de abril y en ella el Ejército Mexicano se ubica en el primer lugar en cuanto a despliegue, misiones, alcances y actividad en el combate al COVID19.

El documento La Labor de las Fuerzas Militares en el Contexto de Crisis COVID-19, elaborado por la RESDAL muestra a grandes rasgos lo que ha sido la respuesta de los ejércitos a la pandemia, en una dinámica en la que predomina la presencia militar en materia de “asistencia a sistema de salud”, con un 43 por ciento de participación.

En segundo lugar, aparecen las misiones de “orden público y vigilancia de fronteras”, con un 30 por ciento de ocurrencia, seguidas de las misiones de “distribución de alimentos y/o agua potable”. En tanto, el restante 7 por ciento de las misiones que cumplen las fuerzas armadas latinoamericanas en el combate al coronavirus, se dirigen a la distribución, vía aérea, de víver4es e insumos de todo tipo a los sectores de la población más afectados.

Los analistas de la RESDAL colocan a las fuerzas armadas mexicanas en primer lugar en las cuatro misiones principales, toda vez que el Plan DN-III-E (y el Plan Marina, el cual no mencionan) es un instrumento de ayuda a la población civil en casos de desastre y situaciones graves que contempla el despliegue militar en donde se requiera.

Así, el 76 por ciento del despliegue y esfuerzo militar mexicano se concentra en el despliegue de militares mexicanos en apoyo al sistema de salud del país comprometido en el combate al COVID-19, con un 24 por ciento de ocupación en labores que, en efecto, han incluido la repatriación de connacionales que estaban varados en otros países (alrededor de 8 mil mexicanos), labores de desinfección de instalaciones militares para uso civil y entrega de despensas y víveres en comunidades y ciudades aisladas.

Sin embargo, el análisis de RESDAL no toma en cuenta las carencias y atrasos en materia de sanidad militar y naval que presentaban hace unos meses el Ejército y la Marina, con un déficit de 3.694 elementos el primero y cerca de 300 la segunda, de acuerdo con cifras comentadas por el secretario de Marina, aunque nunca ha dicho en realidad cuáles eran las carencias de la dependencia antes de que comenzara la crisis sanitaria en el país.

El 4 de abril, durante el recorrido de supervisión del presidente López Obrador a las instalaciones del Centro Médico Naval (CEMENAV), el almirante Rafael Ojeda Durán dijo que “para fortalecer a este Plan Marina, hemos contratado hasta el día de hoy 100 médicos y 189 enfermeros, entre enfermeros y enfermeras, médicos y doctoras”.

En segundo lugar, con una cobertura y despliegue del 61 por ciento en atención al sistema de salud, están las fuerzas armadas de Brasil, con un 10 por ciento de acciones para la distribución de agua potable, 3 por ciento para la seguridad en fronteras y 26 por ciento para otras actividades.

En tercer sitio están las fuerzas armadas de la República Dominicana, con el 57 por ciento de su despliegue en asistencia al sistema de salud de su país, 8 por ciento para la distribución de agua potable, 33 por ciento en acciones de mantenimiento del orden público y control de fronteras (comparte territorio con Haití) y 2 por ciento para otras actividades.

Le siguen en cuarto sitio las fuerzas armadas de Bolivia, con el 59 por ciento de su despliegue territorial en asistencia al sistema de salud de su país, 2 por ciento de despliegue para la distribución de agua potable y alimentos, 34 por ciento para el mantenimiento del orden público y seguridad fronteriza y 10 por ciento para otras actividades.

Después están las fuerzas armadas de Chile, con el 55 de su despliegue territorial empeñado en acciones de asistencia al sistema de salud de su país, 10 por ciento de su despliegue para distribución de alimentos y agua, 32 por ciento para mantenimiento del orden público y 3 por ciento para otras actividades.

En cuanto a las medidas extremas de control, medidas de emergencia y medidas de aislamiento de la población para evitar contagios, en estas tres categorías las fuerzas armadas mexicanas solo aparecen en las dos últimas, junto con Perú, Ecuador, Venezuela, Chile, Haití, El Salvador, Bolivia, Guatemala, Paraguay, Costa Rica, Panamá, Colombia, República Dominicana y Argentina.

Jorge Medellín / @JorgeMedellín95 /EstadoMayor.mx

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