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“No somos criminales ni represores”, reviran Cienfuegos y Soberón a AMLO


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México, 26 de marzo.- No dejaron pasar la ocasión. En sus terrenos y para que no hubiera duda de lo que le espera al equipo de negociadores y asesores de Andrés Manuel López Obrador de cara a las elecciones presidenciales en las que, según las encuestas, va como caballo de hacienda, los altos mandos del Ejército y de la Marina no solo le marcaron límites; también le dejaron en claro que no es bien visto y no sería bienvenido como posible Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

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Con el presidente Enrique Peña Nieto como testigo de calidad y momentos antes de que 60 unidades de combate, inteligencia y logística recibieran menciones honoríficas por cumplir misiones que no les son propias y para las que no están hechas, el general secretario de la Defensa Nacional Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda, era el primero en tomar la palabra para desagraviar, una vez más, a sus soldados y a los del almirante Vidal Soberón Sanz.

En el patio de honor de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), el general Cienfuegos se tomó 15 minutos para hablar de la trascendencia del evento, que no existiría si las fuerzas armadas no estuvieran combatiendo al crimen ante la corrupción e ineficacia de todos los cuerpos policiales del país.

El alto mando de la Sedena enfatizó el esfuerzo de sus muchachos y le recordó a todo mundo que pueblo y soldadesca son la misma cosa, que las tropas emanan de la gente común y por eso no hay forma de separarlas, aunque haya gente empeñada en esa tarea.

Cada palabra y cada gesto del general llevaban dedicatoria y timbre postal para el tabasqueño López Obrador, que no solo ha calificado de represoras a las fuerzas armadas en los últimos meses, sino que además presentó en sociedad un gabinete presidencial en el que sus alfiles para la Sedena y la Semar son militares en retiro, sin ascendencia entre sus pares en los cuarteles y oficinas, sin galardones, méritos, reconocimientos, cargos, misiones o una cadena de mando que los respalde en su paso por las instituciones armadas.

La primera parte del gabinete obradorista fue presentada el 14 de diciembre de 2017. No incluía a los propuestos para las carteras de seguridad y fueras armadas. El 4 de enero se hizo esa presentación. El general Audomaro Martínez Zapata y el vicealmirante José Manuel Solano Ochoa aparecieron ante los reporteros como los próximos secretarios de Defensa y de Marina.

El anuncio provocó una mini crisis en las oficinas del Subsecretario de la Defensa, el general Roble Arturo Granados, y del Oficial Mayor de la Marina, el almirante José Luis Vergara Ibarra, quienes se perfilan, de acuerdo con los usos y costumbres de cada dependencia, como los sucesores de sus jefes.

Lo dicho por AMLO significó no solo una ruptura con las tradiciones, la dinámica, los tiempos y los procesos internos del Ejército y la Marina. Reveló no solo el desconocimiento del tabasqueño y de su gente respecto a lo que sucede en las oficinas y cuarteles y se tradujo en una abierta señal de desconfianza hacia la estructura militar y una afrenta que se sumó a los señalamientos del candidato de Morena acusando a militares y marinos de servir como represores del gobierno.

Andrés Manuel agregaría semanas antes que e su gobierno los militares regresarían a los cuarteles, se crearía una Guardia Nacional integrada por soldados, marinos, pilotos y policías federales y se tendría a un ejército para la paz y no para la guerra. Cada declaración fue un paquete de pólvora seca en el ánimo de Cienfuegos y Soberón.

La chispa vino cuando Obrador dijo hace dos semanas en Acapulco ante banqueros, industriales e inversionistas, que revisaría de nuevo todo el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) porque le parecía poco transparente y con afectaciones a la población y beneficios para ciertos grupos.

La cosa no paró ahí. Obrador apareció en un programa de televisión hecho para inmolarlo. No ocurrió así. Al día siguiente las encuestas lo ubicaron con mas de 20 puntos arriba de sus perseguidores. Horas antes, durante la emisión nocturna, el tabasqueño retomaba el tema del nuevo aeropuerto para agregar que buscaría la manera de promover amparos o algún otro instrumento para detener la obra -que ya lleva un año de arranque-.

Obrador agregaba esa noche que la solución para no construir el NAICM era construir dos pistas e instalaciones en la Base Aérea Militar Número 1 de Santa Lucía (BAM 1). La mecha prendió.

Cienfuegos afinó la mira y dijo ante el presidente, el almirante y el resto del gabinete: “hay quienes quisieran distanciarnos del pueblo; imposible, somos uno y lo mismo, que entre nosotros no hay cabida para quien se guía en otro sentido (sic), que somos el pueblo en uniforme militar, nunca criminales ni represores, nunca cobardes ni abusivos”.

Minutos después el almirante Soberón cerraba la pinza y apuntalaba las palabras del general en un doble mensaje dirigido a Peña Nieto y a López Obrador, recordándoles que “en los últimos años, además de nuestros deberes cotidianos, hemos tenido que apoyar a los diversos cuerpos de policía, a fin de fortalecer su actuación a favor de la seguridad ciudadana; una encomienda que llevamos a cabo con honor, deber, lealtad y patriotismo”.

El presidente remachó la ceremonia de desagravio con otro misil para AMLO, señalando que “sería ingenuo y negligente creer que con buenos deseos se puede detener a los criminales”. Luego el presidente dio cifras alegres sobre la lucha contra la delincuencia detallando que en su administración se ha logrado captura o abatir a 109 de los 122 objetivos prioritarios de la delincuencia organizada.

Peña Nieto aseguró que “los golpes asestado a esas organizaciones han diezmado su presencia territorial, su capacidad financiera y la fuerza de sus liderazgos (sic)”.

Detalló que en los cinco años de su gobierno “se han erradicado 210 mil plantíos de marihuana y 825 mil plantíos de amapola, y se aseguraron 4.5 millones de kilogramos de marihuana y 48 mil kilogramos de cocaína”.

El presidente aseguró también que se han realizado convenios de colaboración entre las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, lo que “ha permitido capacitar a la totalidad del personal naval y militar, más de 280 mil elementos, en esta materia, y con ello fortalecer la observancia de los derechos humanos (sic)”.

 

Jorge Medellín

@JorgeMedellin95

Estadomayor.mx

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