México, 25 de noviembre.- Coahuila ha sido Territorio Zeta durante mucho tiempo. No es secreto para ninguno. Por eso los líderes de esa organización criminal vivían ahí con la mayor tranquilidad. Su protección principal estuvo en manos de la policía estatal y municipal. Eso es historia sabida.
Que el nuevo jefe de plaza de los Zetas en Saltillo haya sido detenido, tengamos cuidado en calificar justamente esto, en un operativo encabezado por los marinos en compañía de trece policías federales que lo “cuidaban” sí que es tema novedoso.
Quiero decir policías federales de los buenos, de los nuevos, de los que nos han vendido como los mejores, los educados, los profesionales, y sobre todo, policías federales que han pasado todos los exámenes de confianza en estos años. Policías federales como los que se juntaron para formar una banda de secuestradores en Guerrero y que, en octubre pasado, también fueron detenidos. Policías federales que eran simples guardaespaldas del mugroso Zeta que encabezaba la delincuencia en la capital de Coahuila.
¿En manos de quiénes estamos? Porque esta policía es la que piden los gobernadores en aprietos con el tema de seguridad. Es la que mandan a provincia a salvar a los buenos de los malos. Sobre todo al Norte del país. La que exigen que permanezca.
Esta noticia, tan extremadamente triste, es la que hace pensar si los michoacanos que han conformado guardias civiles no tendrán, al menos, un poquito de razón en sus argumentos de “limpiar” a sus poblaciones de los delincuentes. Lo grave es que ya no está Genaro García Luna a cargo de la hoy desaparecida Secretaría de Seguridad Pública Federal. Ni Felipe Calderón es Presidente de la República. Porque entonces el camino fácil sería satanizar a sus policías y a sus políticas de seguridad. Tema muy masticado.
Este es otro sexenio. Y quienes nos gobiernan llevan un año en funciones. Antes que nada esta participación abierta de policías federales en el crimen organizado nos demuestra que los exámenes de confianza no sirven.
Porque a diferencia de lo que sucede en varias entidades del país estos individuos han cumplido con todos los requisitos y enfrentaron al detector de mentiras varias veces. Faltaba organización en el tema de seguridad pública nos dijeron. Y eso hasta Calderón Hinojosa me lo admitió.
Ahora están organizados… ¿Y el control? ¿Qué puede hacerse para que los policías federales que pagamos con nuestros impuestos no se conviertan en criminales, no estén actuando en todo el país como tales? ¿A quiénes preparamos? ¿Quiénes son estos policías? Manuel Mondragón es un político inteligente, es un hombre de muchas capacidades, tiene toda la experiencia pertinente al haber encabezado a la policía más grande del país.
No es tema de cualidades humanas, ni de aventar huevos podridos al primero que se nos ocurra. Es que algo está espantosamente podrido en el tema de las policías. Tanto locales como federales.
Y si no se toman medidas urgentes vamos a perder enormidades de lo que se ha construido en el país. Simplemente la existencia de guardias civiles que actúan fuera de la Ley, armados quién sabe por quiénes, lesiona al Estado Mexicano, a sus instituciones. Mondragón y Kalb presentó hace pocas semanas un informe de su primer año al frente de las policías federales…
Sus cuentas eran buenas… la aparición de estos policías no sólo cómplices de los Zetas sino que utilizaban la fuerza del uniforme y las armas oficiales para protegerlos, desmiente cualquier buen resultado. A todo esto, no es lo menos, hay que agregar que en las detenciones importantes ha participado la SEMAR, que son los marinos los que investigan y logran ubicar, detener a los criminales.
Esto no es gratuito. No sólo debemos ponderar su eficiencia, aquí sí que sinónimo de que están impolutos a grandes rasgos, sino qué hacen, qué han venido haciendo otras instituciones…
Lo definitivo es que nos estamos equivocando. Gobierno y ciudadanos. Y que si no se pone remedio desde las mismas entrañas de la corrupción, todos nos vamos a arrepentir. Y más pronto de lo que imaginamos.
Isabel Arvide
@isabelarvide
Estado Mayor

10 comments for “Policías criminales y secuestradores”