Comunicar como estrategia contra la inseguridad o la percepción social como meta…

Osorio Chong. Foto: EspecialMéxico, 15 de abril.- Otra hubiese sido la historia de Felipe Calderón si hubiese tenido un responsable del Gabinete de Seguridad que entendiese de política y de comunicación.

O, en su caso, un titular de Gobernación como Miguel Osorio Chong.

Porque todos los avances, los éxitos, las capturas de los líderes de los Carteles de la Droga, todo lo que pudo haberse contabilizado a favor de su mandato presidencial se perdió en la bruma inmensa de la “percepción” social de que era responsable de una violencia inclemente y en aumento.

Los responsables del área de comunicación durante su sexenio no entendieron, como tampoco lo harían en la SSP federal de García Luna, en la Sedena o en la Marina, que el gran reto era comunicar sus logros y definir a los responsables como enemigos de la sociedad.

En cambio Osorio Chong ha puesto en marcha el programa integral de combate a la inseguridad más ambicioso e integral que pueda imaginarse.

Que paradoja que esto suceda en un gobierno que no tiene como bandera la guerra contra el crimen organizado.

El Secretario de Gobernación entiende perfectamente que la premisa de gobernar está en comunicar.  Y que para comunicar debe partirse de la percepción, nunca de la realidad.

Necio, panista formado en esta escuela de oposición necia, Felipe Calderón intentó cada día de su sexenio que la fuerza de la realidad, como él la veía, se impusiera al reflejo de esa realidad en medios y sociedad.

Obviamente no lo consiguió.

De ahí que sea tan importante la reunión que tuvieron los jefes de prensa del ámbito de Seguridad, de todo el país, en Acapulco la semana pasada para recibir las directrices de la Secretaría de Seguridad Pública sobre cómo comunicar lo que sucede día a día en esta materia.

Justamente lo que yo impuse en el “Modelo Coahuila”, lo que no se ha podido implementar en Quintana Roo, una estrategia integral de combate a la inseguridad y la violencia donde son tan importantes los operativos armados como la comunicación.

No se puede hacer nada en el país sin la participación abierta, interesada, de grandes grupos sociales.  Ni como autoridad ni como institución o gobierno.  Por eso la comunicación eficiente resulta tan vital en el tema de la Seguridad, es, debe ser siempre uno de los ejes de las batallas contra los criminales y el delito.

Osorio, como operador del Presidente Peña Nieto, recibió un país convencido de que el combate al crimen organizado, la “guerra de Calderón” había sido un error.  Pero también, junto con su jefe, recibieron una realidad de inseguridad, violencia, instituciones de aplicación de justicia y policiacas corruptas e inoperantes, que tiene su propia inercia de muerte.  Y que, sobre todo, no pueden cambiar en cuestión de días.

Por eso resulta tan innovadora su estrategia de comunicación que apela, simplemente, al sentido común.  A premisas que yo vengo repitiendo todos los días y que no son escuchadas por razones de poder o de simple inercia-indiferencia.  Y estas parten de no comunicar como autoridad, gobierno, institución pública lo que contribuye a la percepción social de “inseguridad”.

“Dar Línea” como gobierno federal, como jefe de gobierno federal mejor dicho, sobre lo que debe “erradicarse en la narrativa” de la lucha antinarco es el paso más audaz y eficiente a imaginar.  Porque bastará con eliminar vocablos que inciden en la percepción social de la gravedad de la inseguridad y violencia, para que automáticamente se “sienta”, se “asuma” que estos temas han disminuido.  Para que en la mente de millones se haya avanzado en el combate a la violencia desde el escritorio del Presidente Peña Nieto.

Es decir, en los medios, en los comunicados oficiales, se ha optado por eliminar la fuerza de la muerte, del crimen, de los decapitados, de los sicarios, de los carteles.  Y esto se traduce como un triunfo del gobierno frente a ellos.

Simplemente los están sacando del escenario.

Y eso será motivo de un gran cambio.  Al tiempo.

Obviamente no basta cambiar la estrategia de comunicación.  Habrá que continuar el combate frontal, en el día a día de la fajina policiaca-militar, a los criminales.

Una de las premisas de este cambio de estrategia es esencial y fue tema de propuestas de comunicación presentadas formalmente a Genaro García Luna, sin éxito, el sexenio pasado por mi oficina.  Que, insisto, forman parte de la concepción bajo la que operó el “Modelo Coahuila” en dicha entidad el sexenio pasado. Que también le presenté verbalmente y por escrito al entonces Presidente Felipe Calderón, que fue materia de los muchos cursos que junto con Bruno Cárcamo he dado sobre comunicación.

Esta premisa es muy simple: Al presentar como héroes, como poderosos, como los más fuertes criminales a los delincuentes mexicanos lo único que se consigue es darles más poder.  Hacerlos crecer.

Y cuando los criminales crecen, la autoridad disminuye.  Aunque sea ésta autoridad la que los detenga.  Eso le sucedió a Felipe Calderón.

Ahora, desde la oficina de Osorio Chong habrán de comunicar en contrario, los héroes serán  las autoridades, y los criminales no serán sino eso, unos mugrosos delincuentes.

Si en esta estrategia participa, directamente, como parece el general Oscar Naranjo, mis congratulaciones porque el señor parece ser mucho mejor político, comunicador que militar o policía.

Isabel Arvide

Estado Mayor

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