De coronas, narcos y policías

México, 11 de febrero (Excélsior).- Alguna vez recibí una corona mortuoria en la que entonces era mi casa. El remitente no era en absoluto anónimo: la envió el gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, luego de que publicara una extensa investigación sobre el funcionamiento del narcotráfico y otras ramas del crimen organizado en su estado. Llevaba la corona una tarjeta que decía, “siempre te leo, Mario”. Me limité a avisarle al general Enrique Cervantes, en esos años secretario de la Defensa. Me dijo que no me preocupara, que las horas bajas de Villanueva eran ya inevitables. Unos meses después el gobernador estaba prófugo de la justicia…nota completa.

Jorge Fernández Menéndez

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