Banalización de Seguridad Pública

México, 19 de noviembre (La Crónica).- No fue mala la del Vicente de crear la Secretaría de Seguridad Pública y dejar bajo su mando el sistema carcelario a nivel federal y la Policía Federal.

Esa decisión, tomada en el 2001, tuvo su origen en el incremento de la incidencia delictiva, que derivó en la necesidad de con una secretaría de Estado que se encargara de promover condiciones de seguridad.

Lo malo fue que durante el segundo gobierno emanado del PAN, el que está por terminar, se banalizó la labor de la Secretaría de Seguridad Pública con un titular proclive a los montajes y a las acciones espectaculares con escasa efectividad.

Esa banalización le dio herramientas al Presidente electo, Enrique Peña Nieto, para proponer una reforma que implica la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública y el traspaso de sus funciones a la Secretaría de Gobernación.

No se trata de devolverle a Gobernación el de la seguridad pública ni el mando de la Policía Federal, sino de confiárselo por primera vez, pues no lo tuvo durante los emanados del PRI.

La Policía Federal fue creada en 1999, con el nombre de Policía Federal Preventiva, ya prácticamente al del sexenio de quien es hasta el momento el último presidente emanado del PRI, Ernesto Zedillo.

Apenas en ese último sexenio priista fue creada la Subsecretaría de Seguridad Pública dentro de la Secretaría de Gobernación, que tuvo bajo su mando, por un muy breve periodo, a la naciente Policía Federal Preventiva, integrada en ese tiempo exclusivamente por unos cinco mil militares con licencia y controlada, en los hechos, por la Sedena.

De aprobarse la iniciativa impulsada por Peña Nieto, la Secretaría de Gobernación absorbería las funciones de la actual Secretaría de Seguridad Pública, entre ellas el mando de la ahora ya consolidada Policía Federal, que cuenta con un importante Centro de Mando y con cerca de 40 mil efectivos.

La Secretaría de Gobernación tendría dientes para poner orden en donde existan amenazas a la seguridad pública y a la paz pública, algo de lo que careció durante los dos gobiernos encabezados por presidentes panistas. Eso sería positivo.

Pero la mezcla de atribuciones para la negociación política y para manejar a la Policía Federal puede ser peligrosa.

La Secretaría de Gobernación podría caer en tentaciones autoritarias y utilizar a la Policía Federal con motivos políticos.

La iniciativa presentada por Peña Nieto a través de diputados federales del PRI debe ser analizada con mucho cuidado para evitar precisamente dar al próximo gobierno un instrumento que pueda ser usado como medio de represión política.

Debe valorarse la posibilidad de conservar, con sus facultades, a la Secretaría de Seguridad Pública, a pesar la banalización a que la llevó su titular en el actual sexenio.

El titular de la SSP, Genaro García Luna, no obtuvo buenos resultados en la lucha contra la delincuencia.

En cambio, realizó diversos montajes, gastó recursos públicos en la producción de un programa de televisión promocional y hasta violó la Constitución al recibir una condecoración de un gobierno extranjero sin permiso del Senado.

A pesar de las constantes críticas, el presidente Calderón lo mantuvo en su cargo al grado de que será de los pocos que empezaron y terminarán el sexenio.

Tener más cuidado en el nombramiento del secretario de Seguridad Pública y en el del comisionado de la Policía Federal y establecer mejores mecanismos de transparencia y rendición de cuentas quizá resolvería el problema de la banalización y la ineficiencia.

Desaparecer a la SSP puede ser más complicado por la reubicación de personal, readecuación de espacios físicos en Gobernación y otras cuestiones logísticas que incluso tendrían un impacto presupuestal.

Es cosa de pensarle bien.

OFF THE RECORD

**REINO DEL NARCO

Un ejemplo de la incapacidad de las instituciones del Estado para garantizar la seguridad es el asesinato de la ex alcaldesa de Tiquicheo, Michoacán, María Santos Gorrostieta Salazar.

El 15 de octubre del 2009 la camioneta en que viajaba fue atacada a balazos; su esposo murió y ella resultó herida.

Los delincuentes la atacaron de nueva cuenta el 22 de enero de 2010 en Ciudad Altamirano, Guerrero, acción a la que también sobrevivió.

Pero ya estaba sentenciada a muerte y la sentencia fue cumplida el pasado viernes.

**¿AL DIABLO? MMM…

Como senadora del PRD, Rosalinda López Hernández  era una de las incondicionales de Andrés Manuel López Obrador.

Mandó al diablo a las instituciones y fue una de las organizadoras de la toma de la tribuna del Senado en abril del 2008, cuando se discutía la reforma petrolera.

El pasado viernes, Rosalinda fue nombrada coordinadora general del equipo de transición del próximo gobernador de Tabasco, Arturo Núñez.

Apunta para secretaria general de Gobierno.

¿Qué hará cuando algún grupo político de Tabasco decida mandar al diablo las instituciones locales o le tome algún edificio público?

No es lo mismo estar del otro lado.

**PROYECTO  MARCELO

El dirigente de la corriente Unidad y Renovación (UNyR) del PRD, Armando Quintero, dio un espaldarazo a Marcelo Ebrard, quien pretende ser el próximo dirigente nacional del PRD.

Lo hizo durante un evento en el que estuvieron presentes la crema y nata de los Chuchos, quienes tienen en sus manos la dirigencia nacional.

¿Así o más claro?

José Contreras

Opinión

La Crónica

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