Se agita sucesión en la Sedena

México, 19 de agosto.- Cada seis años al interior de la secretaría de la Defensa Nacional aparece una lista con nombres de generales de división con posibilidades de encabezar la dependencia, en un hándicap que finaliza horas antes de que inicie el nuevo sexenio. El poder económico por el abultado presupuesto para las obras emblemáticas, las evidencias de malos manejos, aunado a un papel preponderante en la construcción de infraestructura, han empoderado el rol de la dependencia en el gobierno que está por concluir de Andrés Manuel López Obrador. Lo que está en juego en esta sucesión es el control de la Sedena en manos del grupo que encabeza el actual secretario.

El general Luis Crescencio Sandoval González busca por todos los medios que quien lo suceda al frente de la secretaría de la Defensa Nacional, sea alguien de su grupo compacto integrado por oficiales de su promoción en la Escuela Superior de Guerra (ESG), o un general de absoluta confianza que como él, tenga en común pertenecer al arma de caballería. Al menos así lo ha dejado entrever en los últimos meses en los que ha colocado sobre la mesa del equipo de transición de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, la hoja de servicios del general Gabriel García Rincón.

Hacia la recta final del mes de agosto y a poco que comience septiembre, el último mes del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el nombre del actual subsecretario de la Defensa Nacional aparece como el mejor posicionado en un sector del equipo que asesora a Sheinbaum, quien hará el anuncio a pocas horas de que tome posesión de la presidencia de la República. El general García Rincón, quien forma parte de la 55 promoción de la ESG, al igual que el general Sandoval y los generales Jaime González Ávalos, actual Inspector y Contralor del Ejército y Fuerza Aérea y el Oficial Mayor José Alfredo González Rodríguez, es visto como “el favorito” del secretario de la Defensa no solo porque son compadres, sino porque ha sido el hombre que en el actual gobierno manejó los recursos de los proyectos emblemáticos como el Aeropuerto “Felipe Ángeles”, el Tren Maya, las sucursales del banco del Bienestar entre otras obras encargadas a la Sedena, en su paso como titular de la Oficialía Mayor. 

García Rincón inició en el equipo de Sandoval como Inspector y Contralor General del Ejército y Fuerza Aérea, venía de una larga estancia en la frontera norte donde había sido comandante de la segunda zona militar en Tijuana y titular de la comandancia de la segunda región en Mexicali tras una breve estancia al frente de la 34 zona en Chetumal, Quintana Roo. Oficial de infantería con cursos de contrainsurgencia como el de Operaciones en la Jungla, en Panamá, y el avanzado de infantería en Fort Benning, Georgia, su hoja de servicios es de las más completas en la lista de los aspirantes a encabezar la Sedena aunque existen cuestionamientos sobre sus méritos. Al interior del Ejército se sabe que fue dado de baja por un presunto plagio en una de sus varias estancias académicas en Estados Unidos, donde realizó cursos en el Colegio Interamericano de Defensa, el Colegio de Inteligencia y en el Colegio Industrial de las Fuerzas Armadas de los EU. Con 63 años de edad, fue comandante del 49 de infantería y del grupo de fuerzas especiales del alto mando, ascendió al rango de general de división pese a tener problemas serios de salud. El que el general Sandoval “herede” a su compadre la Sedena, es visto por un sector del generalato como una medida para “cuidarle las espaldas” ante el cúmulo de irregularidades que se documentaron en el ejercicio del gasto a lo largo del sexenio en las obras emblemáticas. Quizá por ello el nombre de García Rincón es clave detrás del Proyecto Estratégico Nacional del Ejecutivo Federal que contempla la propiedad, operación y administración por medio de empresas paraestatales del  Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA), que al igual que el Tren Maya y los aeropuertos de Palenque, Chetumal y Tulum, quedaron bajo resguardo militar. 

Plan B

El plan B del general secretario se llama Ricardo Trevila Trejo, actual jefe de Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional (EMCDN), quien forma parte del grupo compacto con quienes tiene en común pertenecer al arma de caballería. El general Trevilla Trejo formó parte de la 59 promoción de la Escuela Superior de Guerra, al igual que el general de división Enrique Covarrubias López, actual comandante de la doceava región militar con sede en Irapuato y jurisdicción en los estados de Michoacán, Querétaro y Guanajuato., así como el director de Industria Militar Andrés Fernando Aguirre Osunza, ex agregado militar en la Embajada de México en Washington y ex secretario particular del general Salvador Cienfuegos Zepeda; y el comandante de la tercera región militar con cuartel en Mazatlán y jurisdicción en Sinaloa y Durango, el general Francisco Jesús Leana Ojeda, quien será comandante del próximo desfile militar del 16 de septiembre, último reconocimiento antes de pasar a retiro. 

Poco se ha dicho que el general Trevilla Trejo es cabeza visible de un grupo militar cercanos al calderonismo donde se encuentra su antiguo jefe el general de división retirado Luis Arturo Olver Cen, quien fue jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional en el sexenio de Felipe Calderón, donde el actual jefe del EMCDN fue titular del área de comunicación social. Para algunos generales Trevilla huele a Felipe Calderón, ya que su principal impulsor el general Oliver Cen, quien será diputado federal plurinominal por Morena, forma parte de la misma promoción de la ESG que los generales Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, ex subsecretario de la Defensa con Calderón, y Guillermo Galván Galván, titular de la Sedena en aquel gobierno. 

De su hoja de servicios militares, más allá de cursos en cuestiones administrativas y sobre medios de comunicación, resalta que el general Trevilla tiene poca experiencia operativa y es el más político de los generales que aparecen con posibilidades de encabezar la Sedena en el gobierno de Sheinbaum Pardo. Al igual que el grupo militar donde se formó, es considerado por su posición como jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, como el principal ejecutor de las purgas contra los militares que han tenido una trayectoria destacada en el Ejército que genera celos y envidias en el grupo compacto del general secretario. Al interior de la Sedena hay consenso en que los generales Trevilla y García Rincón, garantizan a Sandoval que no habrá auditorías “incómodas” a los gastos y adjudicaciones directas a empresas creadas al vapor que se documentaron en el sexenio. 

El sello Sandoval

En el equipo de la presidenta electa que analiza las hojas de servicio de los generales que podrían ocupar el cargo de secretario de la Defensa Nacional, ha llamado la atención la forma en como se ha querido colocar por delante a la dupla García Rincón-Trevilla. Algo que si bien no es ajeno a lo que ha ocurrido en otros sexenios, donde ha habido favoritismos del titular saliente, sí ha agitado las aguas al interior de la dependencia por la forma en cómo se condujo el general Sandoval durante su gestión. 

Generales con los que se ha platicado en los últimos meses coinciden en señalar que los escándalos por los viajes suntuosos al extranjero de la familia de Sandoval, con el uso de recursos públicos como se evidenció con documentos obtenidos en el hackeo de Guacamaya a la Sedena; la compra de un lujoso departamento en Bosques Real, Huixquilucan, en un millón de dólares a un proveedor de la Defensa; y la notoria falta de liderazgo para incidir en una revisión de fondo en la fracasada estrategia de seguridad, han sido el sello de su gestión al frente de la dependencia.  

Hasta su secretario particular Francisco Javier Montejano Andrade, quien ascendió a general de brigada en 2022, han imitado el modo suntuoso de exhibir sus privilegios. Existen registros en redes sociales de cómo sus hijas participaron en el campeonato mundial de Equitación en Canadá, con caballos, traslados y gastos, que se presume salieron de recursos públicos. 

Existe la posibilidad de que en el equipo de transición que analiza las hojas de actuación de los generales con rango de divisionario que podrían ocupar la titularidad de la Defensa, se abra el abanico a otros oficiales ajenos al grupo compacto del general Sandoval. Entre los nombres que aparecen está el del general Aguirre Osunza, quien antes de ser director de Industria Militar tuvo una labor destacada como director del Colegio de Defensa Nacional; el general Ricardo Flores González, quien está al frente de la décima región militar en Mérida, Yucatán, se le menciona al igual que su colega Julio Alvarez Arellano, comandante de la sexta región en Puebla. 

Nombres como los de los ingenieros militares Gustavo Vallejo Suárez y Salvador Cervantes Loza, cuyo único mérito fue encabezar las faraónicas y costosas obras del sexenio, con una viabilidad financiera en duda, aparecen en columnas políticas como distractores. Se dice que ahora no solo basta el pulso y conocimiento del terreno en operaciones, suma también la discrecionalidad para marcar distancia de los políticos en la era de la sobreexposición en redes sociales. 

Juan Vlediaz / @velediaz424 / EstadoMayor_mx
 

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