México, 23 de enero.- Los trabajos para darle vida la ley de seguridad interior avanzan en la Cámara de Diputados, pero lo hacen con maña.
Grupos de la sociedad civil y organizaciones interesadas en la creación de un marco legal que defina y delimite las acciones de las fuerza armadas mexicanas en el combate al crimen organizado y en labores de apoyo a la seguridad pública, ya alzaron la voz para denunciar las reuniones, discusiones y análisis que se han efectuado para sacar adelante el proyecto.
Luego del manotazo que el general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda dio sobre la mesa presidencial para exigir un marco jurídico que proteja a sus soldados, los legisladores se apropiaron de la iniciativa alterna de la Sedena y crearon todo un entramado de tiempos, espacios, plazos y discusiones para cobijar la exigencia del mando militar.
El resultado: el lanzamiento de una serie de encuentros y páneles de supuesto análisis para sacar adelante la ley de seguridad interior, hecha a mano para los militares, dicen legisladores de oposición en abierta queja por el sesgo que tomaron las sesiones en la Cámara de Diputados.
La pluralidad de los encuentros en los que se discuten los detalles de la iniciativa (en realidad son cinco los textos los que se presentaron originalmente en San Lázaro) es una burla, aseguran.
En las convocatorias no hay académicos, investigadores, especialistas, representantes de organizaciones civiles y críticos del quehacer militar. Lo que hay son diputados, ex diputados, analistas afines al ejército y juristas encargados de sacar a la Sedena de cualquier aprieto legal por excesos y crímenes cometidos por el personal de la institución.
En la sesión del 17 de enero, por ejemplo, la convocatoria reunió a cinco personajes vinculados de una u otra forma con el mundo castrense. La lista estuvo encabezada por el Doctor José Elías Romero Apis (candidato a doctor por la Universidad Anáhuac y la Universidad de la Sorbona); por el Doctor Elías Huerta Psihas (doctor en derecho por la UNAM, doctor en Administración Pública por la facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Nápoles, Italia); Doctora María Leoba Castañeda Rivas (doctora en derecho por la UNAM y catedrática definitiva en la Facultad de Derecho y en la División de Estudios de Posgrado de la misma institución).
Completaron la lista Juan Ibarrola (periodista y columnista en temas militares en el diario Milenio y conferencista invitado en el Colegio de Defensa Nacional, la Escuela Superior de Guerra y el Centro de Estudios Superiores Navales de la Marina) y el abogado penalista Juan Velázquez (ex defensor del ex presidente Luis Echeverría ante la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado –FEMOSPP–, con 47 años de litigante y abogado de la Sedena para el caso Tlatlaya).
La Universidad Anáhuac, en donde es catedrático el doctor Romero Apis, imparte maestrías y diplomados en seguridad nacional y cuenta desde hace tres años con la carrera de Inteligencia, la cual es impartida por militares con amplia experiencia y civiles vinculados con tareas de su especialidad.
En las listas de personajes convocados para analizar el tema, brillan por su ausencia los académicos y expertos en temas militares, con décadas de trayectoria y decenas de libros, ensayos y artículos con diagnósticos y propuestas sobre la problemática civil-militar.
Personajes como Raúl Benitez Manaut (UNAM), Marcos Pablo Moloeznik (UAG), Erubiel Tirado (UIA), Jorge Chabat Madrid (UNAM), Mónica Serrano (UNAM y Colmex), Lilia Bermúdez (UNAM, FLACSO), María Cristina Rosas (UNAM), Marcelo Bergman (CIESAS), Arturo Arango (UNAM), María Celia Toro (UNAM, Colmex) y Guillermo Garduño Valero (UAM-Azcapotzalco), Alejandro Carlos Espinosa (UNAM), Martín Gabriel Barrón (INACIPE), Ernesto López Portillo Vargas (INSYDE), no fueron convocados aparecen a las mesas de análisis.
Discusión trucada, dicen en San Lázaro. Al final, la oposición perredista espera que la ley de seguridad interior salga con un perfil a modo de la Sedena, que opera, cabildea y presiona –también en nombre de la Marina– con una visión de largo plazo.