Entre ríos y pantanos

Gral. García Cortés. Foto: EspecialLa línea fronteriza de Tenosique en Tabasco, está considerada como uno de los pasos con la orografía más compleja de la franja sur del país que colinda con Guatemala. El mando militar en esa zona recae en un especialista en inteligencia militar, quien conoce del valor geopolítico de la zona que comanda, donde el paso de migrantes, armas y droga son un riesgo latente para la seguridad nacional.

México, 21 de octubre.- A Rigoberto García Cortés la rebelión zapatista de enero de 1994 le tocó cuando era Subjefe de Estado Mayor de la 30 zona militar en Villahermosa, Tabasco, uno de los cuarteles que recibió la orden en aquellos meses de despachar unidades de combate a la zona del conflicto. En ese entonces era teniente coronel de caballería, con una hoja de servicios “impecable”, lo que fue considerado argumento de peso por el alto mando para enviarlo en el verano de aquel año a El Salvador, a la agregaduría militar en la Embajada de México en aquel país centroamericano, donde recibió el curso avanzado de inteligencia militar nivel tres.

Años antes en 1991 cuando ostentaba el grado de mayor, García Cortés se graduó con honores del curso básico para oficiales, “comando e inteligencia militar estratégica avanzada”, en la Escuela de las Américas del ejército norteamericano en Fort Benning, Georgia, Estados Unidos. El adjetivo de “impecable” en su hoja de servicios se debe a que es de los muy pocos generales en activo del Ejército que inició su carrera militar como soldado raso.

Nacido en 1955 en el estado de Puebla, García Cortés ingresó al Ejército en 1972 como soldado en el segundo batallón de fusileros paracaidistas donde permaneció dos años. En 1974, cuando el Ejército estaba enfrascado en la operación militar contra la guerrilla de Lucio Cabañas en Guerrero, entró a estudiar al Colegio Militar donde se graduó como subteniente de caballería cuatro años después. A principios de los años 80 estudió para profesor de equitación y después fue alumno de la Escuela de Aplicación de Caballería en Puebla. Como oficial de dragones en el 14 regimiento y después en la 14 zona militar, aplicó en 1983 para la Escuela Superior de Guerra donde obtuvo en 1986 el Diplomado de Estado Mayor (DEM).

Como especialista en inteligencia militar el General García Cortés llegó en 2010 a la frontera norte como comandante de la guarnición militar de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde permaneció poco más de dos años. De acuerdo a sus contemporáneos, se convirtió en uno de los mandos militares que mejor conoce sobre las operaciones de Los Zetas, no sólo por su estancia en ese paso fronterizo, sino porque con anterioridad logró acumular un bagaje importante de las operaciones de este grupo criminal cuando estuvo en Ixtepec, Oaxaca, como comandante de la 46 zona militar. En esa jurisdicción en la región de Istmo, zona considerada de “alto valor” estratégico para la delincuencia organizada, no sólo por el paso obligado de migrantes, drogas y armas, sino por la conexión para ambos océanos, ascendió en 2009 a general de brigada.

En mayo del 2012 García Cortés regresó a Tabasco, ahora a Tenosique, para hacerse cargo de la comandancia de la 38 zona militar, un cuartel del que depende la frontera que la entidad tiene con Guatemala. Toda esta área está caracterizada por los ríos y pantanos que la atraviesan, donde la recopilación de información de inteligencia es una tarea clave para monitorear el paso de armas, droga, indocumentados que vienen de Centroamérica, y en los últimos tiempos de posibles células terroristas.

Su área de acción son los cuatro municipios de la zona conocida como de los ríos, Balancán, Jonuta, Emiliano Zapata y Tenosique, esto en Tabasco. Muy cerca le corresponden también los municipios de Palizada, Campeche, así como Marqués de Comillas, Benemérito de las Américas, La Libertad, Playas de Catasajá y Palenque, en el vecino estado de Chiapas. Todos estos municipios tienen algo en común: es zona de tránsito de migrantes por su cercanía con la frontera de Guatemala además de que fue hasta hace poco tiempo un territorio ocupado por el grupo paramilitar conocido como Los Zetas.

Información e inteligencia

Eran un par de individuos que iban a bordo de una camioneta gris con placas de Guatemala en dirección al paso fronterizo del Ceibo. Hubieran pasado desapercibidos para el Ejército, si no fuera porque en el área de carga de la unidad llevaban varios tambos con capacidad de más de 100 litros con un líquido que se iba regando. Era gasolina, recordaba un oficial del 18 batallón de infantería, se les interrogó sin que pudieran ponerse de acuerdo sobre el origen de la carga.

Uno de ellos era ciudadano guatemalteco y otro mexicano, ambos confesaron que llevaban el combustible de contrabando hacia Guatemala. Terminaron por confesar que eran parte del eslabón de la ordeña de combustible en los ductos que corren por carreteras y caminos del estado, los cuales vienen desde las zonas petrolíferas en la región de Tabasco cercana a Veracruz.

En mayo pasado, después de la captura de ambos individuos, tropas del Ejército durante un patrullaje en la zona selvática encontraron abandonados varios paquetes de droga. Es el tipo de hallazgo que es común cuando se realizan patrullajes constantes, añade este oficial adscrito al 18 de infantería, unidad que vigila los caminos y pasos de frontera en Tenosique y Emiliano Zapata. Pese a ello los mandos militares reconocieron hace unos meses que las tropas resultan insuficientes en número para patrullar toda la línea fronteriza de Chiapas y Tabasco. “Recorremos la frontera y se habla de pasos formales e informales, pero en realidad todo el río Suchiate es un solo paso abierto y puede entrar la gente y salir cuando ellos quieran. No hay capacidad para estar a lo largo de toda la frontera”, declaró en marzo pasado el General de División Cuauhtémoc Antúnez Pérez, comandante de la séptima región militar que abarca las zonas militares de Chiapas y Tabasco.

Hasta hace un par de años esta región de Tabasco con Guatemala estaba dominada por Los Zetas. Era uno de sus bastiones para el tráfico de indocumentados, el paso de armas y droga. Hubo capturas de varios líderes y golpes a la red financiera que los mermó. Tuvieron que moverse hacia otros municipios y en estos días de octubre su preocupación es no perder el control de la ciudad de Cárdenas, distante a menos de una hora de Villahermosa. En esta ciudad que abre camino hacia el Istmo y hacia Veracruz, es donde mantienen una lucha por la zona con el Cártel del Golfo y una célula de los Templarios, de acuerdo a un reporte de inteligencia hecho público en Estados Unidos hace unos días.

Hasta el primer semestre de este año la labor de inteligencia había permitido al Ejército decomisar más de 40 armas de diferentes calibres y detener a 55 personas, sólo en la zona de la frontera.

Proximidad con la ciudadanía

El año pasado poco tiempo después de que el General García Cortés asumió el mando de la 38 zona militar, la comandancia organizó un desayuno de acercamiento con los periodistas de éste y otros municipios aledaños. El mensaje fue que “en el Ejército trabajan seres humanos dispuestos a servir a la patria, y ante cualquier contingencia que se pueda presentar, pero requiere también de la colaboración de todos para el combate a la delincuencia organizada”.

Era parte del discurso de acercamiento a la ciudadanía, ese día se ponía en marcha una exposición denominada “Conoce a tu Ejército”, y fue durante el evento y desayuno que el General de Brigada García Cortés proporcionó un número telefónico para que los medios locales lo difundieran y se conociera que era la línea de denuncia ciudadana de cualquier acto delictivo que pusiera en riesgo a la ciudadanía. “El objetivo es que la población tenga la confianza de que las Fuerzas Armadas están integradas por hombres y mujeres como cualquier persona de la sociedad civil, pero que su deber es estar siempre dispuesto a servir en el cuidado de la patria, ante cualquier contingencia y en el combate pleno a las actividades de la delincuencia organizada”, reiteró en su mensaje el General.

A últimas fechas pareciera que la beligerancia de los grupos armados está bajo control, no deja de moverse la droga, las armas y los indocumentados por la zona de los ríos, pero como lo han dicho los mandos militares, el personal resulta insuficiente para abarcar toda la geografía, dice un oficial adscrito al Estado Mayor de la 38 zona militar. Explica que en el último año la ciudadanía se ha acercado más con el Ejército, y eso se debe en mucho a que el General García Cortés sabe del valor de la información y de la proximidad que debe de haber con todos los sectores de la sociedad. No por algo tras su paso por Nuevo Laredo, en la frontera norte, y desde su llegada a la frontera sur, en Tenosique, es de los pocos mandos del Ejército que conoce a fondo la inteligencia estratégica.

Juan Veledíaz

@velediaz424

Estado Mayor

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